2 de julio de 2013

para trazar lo (im)posible/ Arturo Borra




 








ED. AMARGORD

impreso     7/mayo/2013
 
 



















extractos de…

III – POÉTICA DE LA REVUELTA

 

[ … ]

 

A pesar del consenso mortífero, el acontecer ha estallado. Sobran padres benevolentes: no se trata de una aventura de juventud.

 
///

 
La revuelta late. Si indignarse es resistirse a perder dignidad, la rebelión es su acto más genuino: la esperanza de los condenados.

 

///
 

Más allá del teatro de la representación.

 

///

 
Quieren imponer el miedo en los cuerpos, mientras insisten en redimirnos.

 

La razón de estado hace manifiesta la locura homicida del orden.

 

 
extractos de…

II – EN TIERRA DE NADIE

 
ζ

 

La deriva del poema no trae una tabla de salvación, sino que aproxima al naufragio en el lenguaje: más allá de las ruinas en las que sobrevivimos.

 
ζ
 

La intemperie está ahí. El viento levanta una polvareda y sólo cuando se dispersa deja asomar otro mediodía: el sueño entrevisto en la escritura.

 
ζ
 

¿Seguiremos ajenos a un monólogo de soledades? No basta que el poema diga: “aquí no hay ningún muro, allá no hay nada” si no se alza como un martillo.

 
ζ
 

No realizar la vida en el poema sino –como quería Artaud- realizar el poema en la vida.
 

ζ

Escribir como se vive: resistiendo la asfixia.




de….
I – ALEGORÍAS DEL VIENTO

 

Diáspora


Esa vez que fuiste caricia en mis labios
esas sombras que estallaron más allá
de la retina –cuando la desnudez
se hizo promesa a pesar
de tanta tierra horadada.

 

Esas veces que los nombres vislumbraron
su exilio

 

                                   relámpago recóndito

arriesgando nuestra superficie.

 


Ese incendio de árboles.
Esa vez tu voz encendiendo mis oscuridades.
Esas veces –esas voces– resuenan

todavía

cuando saben

callar.

 

Resquicios
por los que entrás cada noche

a una región clara

 

en la grieta
donde te encuentro

inundándome
de vos.

 


Vendrán otra vez a invocar una plegaria
derramada sobre mi boca.

 
 

Vendrán las palabras
que desaparecen cuando las llamo.

 

En esa zozobra

                        hasta el silencio

resuena

sin que nadie le responda.

 
 

-La herida es un pozo:

no hay medida que la nombre.
Hasta la dulzura
tiene filo y el subsuelo

asfixia.
 

-No bastan

islas del porvenir ni repetir

los huesos en el mismo salto.

  

-¿Y si el mundo que somos

se fractura?


-¿Y si el viento se hace llaga?

 
 

Y nos abrazamos
y la noche
cubrió nuestros cuerpos
de silencio.

 
 

¿Cuándo nos ocultamos en esta lengua
regresando como una pregunta
a su exilio?

 
Vivimos así:

arrancados
de los árboles
que nos conocían.

 

Ronda la derrota –el signo

que expira. Seguirá esa fuga:

sus bullicios tristes


                             –la fractura insistiendo

 
en un balance
que cuenta sus números
abatidos.

 

Y sin embargo

todavía la sombra brilla

en su exilio nocturno.

 

La noche rasga: es revuelta
contra el derrumbe –erguirse
ante lo que nace solo
como la intemperie.

 
 

Trazar caminos
más allá de nosotros.
Caminos


                                   sin que la frente

                                   se confunda.

 

Sin salida –si salir es herir
al que viene en su paso inesperado.

Esquivar
el dardo de un dios
empecinado en desoír
toda súplica. Hacer del tránsito

una patria oscura.

 

Noche incansable y el viento
que pasa como el río
que pasa en su dulce desazón.

 
Hay lugares y señas y repentino temblor
que pasa como pasan gritos
y llantos

(vírgenes del rencor)

y un hálito de flores como lluvia
y un hallazgo:

quien ama y quien olvida

el espanto y el perdón.

 

                             La historia huérfana

                             –asilos de la memoria–
 

que pasa como este saber en los labios
y este ardor en los ojos
–su rastro imborrable.

 

 
El rostro de dios en su altura
indiferente: una batalla para renacer.


Otros días
traerán una revuelta en la espalda y la rabia
sacudirá este vano sacrificio.

 


Más allá del júbilo: fosas.
Más acá: el grito que no quiere

                                                           arrodillarse.

 

Este balbuceo se incendia
en la boca del mundo: también lo que brilla
se apaga en el suelo.


Rabia de labios cocidos –llorosas
cárceles en las que depositaron
los huesos de una promesa.

 
                                               Entonces

tus muertos volverán a alzarse

contra los vaticinios.

 

 

¿Qué hay más allá

del nombre? ¿Qué sabe el día

de las rutas del frío? ¿Qué agua

de derrama ante el espejismo de la sed?

 

Habrá que fecundar

el desierto: abrir

la noche a su travesía –dejar

de esconderse

en esta claridad

ciega.

 

Desnudarse en la espesura: ser

páramo (viento que lo transita).

Recorrer otra vez el vacío

sin temer la oscuridad. La noche abre

 

                                                    una fuga

 

y no nos desconoce.

 



todos estos recorridos mecidos por el viento entre... "Para trazar lo (im)posible"

ARTURO BORRA

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nota/enlace del 09/07/2013 
..un trazo abierto sobre la actualidad en la poesía
 




esta tarde con la propósito de tomar alguna foto para esta publicación, o que la fotografía me encontrase o me trajese algo qué decir para este libro del que me vi/veo incapaz de añadir palabra o narración legítima deambulé digo de un modo mecánico. Decidí atravesar una parte de esta ciudad donde “lo exclusivo” es tendencia. Para mí es una zona fantasmagórica donde gentes de avanzada edad ataviados de una dignidad ungida por la cosmética del ombligo y lengua de funeral toman sus insípidos aperitivos. Entre tiendas de diseño, con monederos que alcanzan la cifra de un salario mínimo. El ridículo de la situación me hizo recapacitar y dar vuelta y volver al parque que tengo cerca de casa, sentarme, leer, y tal vez esperar a que una hoja cayese al suelo para fotografiarla. En cambio, mientras esperaba en un semáforo observé a una chica en una esquina, sentada sobre una maleta portando un cartón y un vaso vacío de plástico enfrente. Mi cabeza entonces pensó que debería acercarme para tomarle una fotografía. Pero al acercarme no pude resistir a preguntar su nombre y saber si esa noche tenía lugar para dormir, además de pedirle permiso para fotografiarla. A lo que, Tume, nigeriana, me dijo que no. Le di algo de dinero y de regreso, mi cabeza no podía evitar cierta vergüenza al querer retratarla. Detrás de ella tenía un fabuloso cartel-escaparate de ropa, de muchachos bien vestidos, y gestos impolutos. Mi intención de convertirla en mito, de domesticar aquella realidad era un poco como querer elaborar una ilusión real. O lo real envuelto de la ilusión más bien. Pero del titubeo de sus labios pude sentir el regaño de su aliento, una evidencia o un llamamiento de cordura. Esta evidencia percibida, tomada de un no-lugar por parte de una pobre emigrante, delante de otro no-lugar, la exhibición de una copia de nuestra piel...


En cambio aquella joven mujer lleva en su piel y en su mirada una pureza que seguramente me acompañará por el resto de mis días como una enseñanza más fiel que cualquier palabra.


 
“La noche abre una fuga

y no nos desconoce”


…tal vez en estas fechas tan  lustrosas para prodigarnos en viajes exteriores, en los que retratar las ruinas, sería necesario viajar hacia nosotros para…

2 comentarios:

  1. Precisamente del lote de libros que me dejate, estoy leyendo "Materia oscura". Y sí, los ojos limpios llevan una acusación implícita de complicidad. Lo fácil es apartar la mirada, lo difícil profundizar en su lectura. Supongo que el libro de Arturo caerá desde tus manos a mis manos....Bico, irmanciño.

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    1. Mirada pura sí, aunque no limpia, el polvo de los desiertos todavía estaba allí presente a pesar del acercamiento a estos lares supuestamente más civilizados. Cuya simplicidad transmite la urgencia de lo caduco, de lo muerto, protegido por el manto de lo permanente; creer que sabemos algo de la vida cuando no sabemos nada del nacimiento. Este libro tiene mucho de nacimiento en cambio. Dice Arturo…”La revuelta late. Si indignarse es resistirse a perder la dignidad, la rebelión es su acto más genuino: la esperanza de los condenados”…aquí se despierta el cuerpo sagrado de la libertad. No creo en una crisis del porvenir, más bien vivimos en una crisis del por-venir. Hemos de profundizar en su lectura, para que la mirada nos sea devuelta, “para trazar lo (im)posible”.

      Déjame un tiempo en estos trazos antes de hacértelo llegar. Que será en breves.
      Apértolas y bicachos irmanciña.

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