21 de marzo de 2014

instante fatal día_de marzo/Raymond Queneau



Parece ser que hoy es el día internacional de “la” poesía. Dejaré unas poemas de Raymond Queneou (Le Havre, 1903-París, 1976) quéntró o pasó por la corriente del surrealismo. Creo básicamente por su ardiente filia creativa y desconfianza total en el taller del inconsciente. El simulacro se rompe cuando la representación lo hace.

RAYMOND QUENEAU
EL INSTANTE FATAL
Colección Visor de Poesía
Traducción de Adolfo García Ortega
UN ENFANT A DIT

Un enfant a dit
je sais des poèmes
un enfant a dit
chsais des poaisies

un enfant a dit
mon cœur est plein d’elles
un enfant a dit
par cœur ça suffit

un enfant a dit
un enfant a dit ils en sav’ des choses
un enfant a dit
e tout par écrit

si lpoète pouvait
s’enfuir à tir-d’aile
les enfants voundraient
partir avec lui

***

TULLERÍAS DE MIS PENAS

Tullerías de mis penas
Tullerías de mis deseos
Muerto está el Sena
muerta está París

Un Señooor pasea
a dama archibonita
Muerto está el Sena
Muerto está París.

Más lejos el Puente de Iena no lleva
A ninguna parte Es el fin
Muerto está el Sena
Muerta está parís

Que ella me detenga
que yo diga amante
Muerto está el Sena
Muerta está París

Pero sólo hay odios
juegos olvidados
Muerto está el Sena
Muerta está parís

Mi amor mi pena
tendrán que morir
Muerto está el Sena
Muerta está París

***
PINOS, PINOS Y ABETOS

El cielo la mar salada y los peñascos llenos de agua
el corazón de la anémona junto a los pinos testarudos
el camino pegado al cielo el camino pegado al agua
y la carrera sedienta hacia los pinos testarudos

hierbas musgos líquenes y todos los bichitos
la mirada se ha perdido bajo los abetos testarudos
la mirada que se extravía en pos de tantos bichitos
los pueblos espantados bajo los abetos testarudos

el cielo la mar salada donde el sable del sol
cercena la cabeza plana a los abetos perdidos
que se yerguen en el cielo que se yerguen en el agua

mientras que un bichito a la sombra de un líquen
rodea en su trayecto el bosque de los pinos testarudos
sin que ni una mirada se desperdicie en una ruta inútil
***

La lectura más incómoda es la que se multiplica. La que te hace/deja nómada resonante. Queneau se sentó en las nervaduras de la sombra de un árbol y escribió textos centrándose en la narractiva de la novela. Al igual que Italo Calvino o Georges Perec, amigos que se adicionaron al Taller de literatura Potencial (OULIPO) entre otros. Taller creado por Raymond Queneau. Conocido taller por sus sonetos ad infinitum, cuerpos que se convertían en un gigantesco cubo de Rubik.
***
LES A-PEU-PRÈS
LOS CASI CASI

Al casi casi de los cisnes
cantan los cañizales
al casi casi de un pino
tañen dos campaniles

al casi casi de un asno
se menea un raspador
al casi casi de un pavo
susurra un avispón

al casi casi del aliso
crece altiva la cebolla
al casi casi de uno
pasan demasiados gilipollas

al casi casi de un poema
maúllan los violines malos
los violines malos críticos
y las muecas hurañas

de… [un niño ha dicho  (1943-1948)]

***
Entre los vivos se oyen los muertos. Entre los muertos se oyen los vivos. Cabría preguntarse si al oir a los muertos los vivos hacen o no caso. En caso afirmativo si lo hacen de manera crítica y además, consolidan la interlocución en una dialéctica digamos estúpida que acaba multiplicándose virtualmente.
Entre la escritura(lo muerto) y escribir(lo vivo) hay una estructura. A veces llamada Autor. Que cAnaliza el flujo, reúne caminos a su propia muerte, por segunda vez, la primera es al nacer, cuando la voz pierde el llanto que lo hizo nacer.
***
LOS VIVOS Y LOS MUERTOS

Los vivos y los muertos
tienen grandes orejas
los vivos y los muertos
oyen el agua quieta

Los vivos y los muertos
cuando duermen no velan
los vivos y los muertos
siempre se ponen de acuerdo

Los vivos y los muertos
beben a morro
los vivos y los muertos
no son inodoros

Los vivos y los muertos
mutuamente se vigilan
los vivos y los muertos
cambian de pasaporte

Los vivos y los muertos
se tuestan al sol
los vivos y los muertos
animan su desconsuelo

Los vivos y los muertos
se hunden en sus sueños
los vivos y los muertos
tienen largas pesadillas

Los vivos y los muertos
abrumados de consejos
los vivos y los muertos
tienen muy triste sino

los vivos y los muertos
caminan de puntillas
los vivos y los muertos
no corren demasiado

Los vivos y los muertos
piensan en las musarañas
los vivos y los muertos
a la postre se evaporan


de… [ el instante fatal (1943-1948)]

18 de marzo de 2014

razón de más / antonio mèndez rubio

RAZÓN DE MÁS
ANTONIO MÉNDEZ RUBIO








Prólogo de Eduardo Milàn
PALABRAS PARA ANTONIO MENDEZ RUBIO
I
Pasión es la palabra que define la actitud literaria de Antonio Méndez Rubio (1967): una pasión de discernimiento entre lenguajes. Méndez Rubio no ve el lenguaje poético como momento privilegiado sobre otras formas de lenguaje: lo ve como momento específico, no exclusivo. El rechazo a lo excluyente no subyace sino que se evidencia en esta poesía que, operativamente, bifurca su modo de acción en reflexión y creación. La reflexión denuncia estadios de falsa claridad: por ejemplo, la luz (Trasluz se titula uno de sus libros de poesía) es para Méndez Rubio más una herramienta que un estado — “iluminación”- al que se llega por una búsqueda de “pureza” o como intento pseudontológico de desvelar “lo que no es”, epifenómeno de un cuerpo, el lenguaje poético, que no existe sin esa cobertura de superficie. El oscurecimiento referencial, la incomunicabilidad gnica, no sólo como función del lenguaje sino como algo distinto de la “mentira de ser verdad” (Adorno), no necesariamente constituye un requisito de fidelidad a un proyecto de liberación social. ¿Hablaríamos de poesía como liberación oscura? Una provocación, tal vez, pero ¿en honor a qué claridad? “La luz no: la lucidez…” decía Severo Sarduy.
[ … ]
II
Asomarse a los poemas de Razón de más es caer atraído en un espacio de tensión del lenguaje que intenta crearse o re-crearse a pesar de lo que sabe —en especial de lo que sabe del lenguaje. La tensión gana: es la imposibilidad LA QUE DICE SU NOMBRE, la que está pidiendo lugar entre la conciencia y su objeto, esa herida que no deja de manar y que posibilita, por eso mismo, la escritura. Ninguna resolución: de poemas abiertamente reflexivos a poemas abiertamente descriptivos la escritura sigue abierta. No hay cierre posible. Méndez Rubio pertenece a esa tradición de la poesía crítica que absorbe o no, nunca como imperativo de legitimidad política, la crítica del mundo de manera explícita, manifiesta. Se trata de la convicción de que la poesía real –poesía crítica de su lenguaje- constituye un acto crítico a toda dimensión de poder o toda tentación totalitaria del lenguaje. Por eso cualquier “oscuridad” de sentido no puede resultar encontrada con la apuesta inicial, que acepta el lenguaje poético como contradictorio. La poesía es un cuerpo extraño no en las entrañas —ya hay quienes lo quisieran así- pero sí en las villas de lenguaje —en la realidad, esas Villas Miseria en donde Zizek ubica a un posible sujeto de transformación en el capitalismo tardío. Seres que se parecen a la poesía en esto: tienen y al mismo tiempo no tienen lugar.


                            MUNDO

QUERENCIA en el horror
consiste. Se desentierra. Es
como si nada estuviera de más
el sin que asume: es por fin el milagro
de suerte contra el aire

                                   donde
lo que vemos sin olvidar
nos desdice.
Más mundo o menos, de otro mundo.
Sube la hiedra negra, pero sube
hacia el único cielo
que, hecho de azar, nos
asiste.


                   HISTORIA EL DAÑO

LAS hojas transparentes,
las más embelesadas
me hacen daño.



                     RAZÓN DE SER

1/
EN un descuido, entonces, le escrutaron el rostro que no tenía y pensaron que lo estaban ocultando. Había vuelto el calor. Los nogales mecían el aire exhausto. Mientras casi sonaba el sueño de los pájaros, como una negación que no se olvida, presintió alzarse de la tierra una luz polvorienta, reseca.
            Nada se oyó después. No era suyo, pero siguió el camino.

1I/
AQUELLA noche habría sido una huella que no hace nada de ruido. El sol de la mañana estaba más sereno.
            Miró sin comprender, pero eso le avivaba el deseo de mirar: había soldados hablando con la gente, un silencio de fondo, un desconcierto mal disimulado. Se encaminó hacia la espesura, donde pasaban pequeñas mariposas negras. Y se paró un momento. Agachó la cabeza, como para ayudarse a despertar:
            ¿A quién dar la razón que había perdido?

3/
ESTUVO junto al pozo del que –se llegó a decir- volvían sin oírse los desaparecidos de cuando la guerra. Los matojos cubrían la tierra oscura, la protegían de nada. Era agosto. La visión de aquel paisaje infértil le removió los pasos: ningún regreso es más fiel que el del miedo: espera más que reconocimiento.
            La luz se dispersaba de otra forma. El límite de la ciudad podría ser otro, otra silueta de las casas, la sensación de sudor. Se levantaba cerca un aire nuevo. Pero el cielo seguía siendo im-
posible.

[Teruel, 1.005 fusilados, 1936]




         A TODAS LAS PREGUNTAS

HUNDIÉNDOSE  esa voz.
Haciendo un agujero
en la tierra inocente, entre la hierba fresca,
con la mano que existe. Presintiendo
neblina que, mientras desciende, fulge.

¿Habrá además semillas
    sin costumbre
inventadas con una sien de frío?
¿Es desdicha o piedad lo que se oye?
¿Es cierto que hay palomas
que no vuelan sin sueño? ¿Y  adónde van?

Aquí sigue la mano,
la insegura.
Haciendo un agujero
en tierra con silencio.

          RIFIRRAFE

-LA desaparición ¿de qué se acuerda?
-¿De lo que saben los ojos?
-¿Cómo dices? ¿nada más?
-¡Lo saben de memoria!
-La luz se vence en ramas que no existen.
-¿Qué ramas desprovistas? ¿de qué luz?
-Si no tiene lugar no será un alba.
-De la que se va en los ojos.

-Sí, puede que sea así…


14 de marzo de 2014

El Puente / Franz K.



…del libro [el corazón de la literatura
y el cincelado de dragones]

LIU XIE

ed. COMARES
Trad, intro, notas de
Alicia Relinque Eleta

44. —EPÍTOME:

En el terreno literario, en el jardín de los pinceles,
hay técnicas y hay recursos.
Primero, ocuparse del cuerpo,
y desde su espejo llegar hasta la fuente.
Cabalgando sobre lo uno resumir diez mil,
y, destacando lo esencial, dominar el exceso.
El pensamiento carece de un principio inmutable,
la razón tiene una presencia constante.


***

Katsushika Hokusai. Title Old View of the Eight-part Bridge at Yatsuhashi in Mikawa Province


***
Franz Kafka (1883-1924)

EL PUENTE

Yo era rígido y frío, yo era un puente y estaba tendido sobre un barranco. Con los pies a un extremo y los dedos crispados en el otro, me enraizaba sólidamente en el barro movedizo. Los faldones de mi casaca flotaban a los lados. Y muy por debajo de mí, rugía el torrente helado. Ningún turista se aventuraba hacia aquellas alturas inaccesibles; el puente no estaba diseñado en ningún mapa. Por consiguiente yo seguía tendido y esperaba; no podía hacer otra cosa que esperar. A menos de desplomarse, ningún puente, una vez emplazado, puede dejar de ser un puente.

Llegó un día hacia el ocaso de la tarde —¿el primero, el milésimo?, no sabría decirlo— mis pensamientos seguían confusos y giraban constantemente en redondo; era un crepúsculo de verano, el rugido del torrente se había hecho más sordo, cuando oí el rumor de un paso humano. ¡Viene hacia mí, hacia mí! ¡Tíensate puente; prepárate pasarela a soportar el pasajero cuya carga se te confía! Si su paso es inseguro, tranquilízale sin intervenir, pero, si pierde el equilibrio, demuéstrale cuál es tu temple y, como un dios de la montaña, llévale al otro lado sobre tierra firme.

Llegó; tanteó mi solidez con la punta de hierro de su bastón; luego, con la misma punta, levantó y ordenó detrás de mí los faldones de su casaca. Hundió la punta de su bastón en mi cabellera desgreñada y la dejó allí largo tiempo, olvidándome sin duda, mientras lanzaba en torno a él miradas salvajes. Pero bruscamente —mientras yo estaba siguiéndole en mi pensamiento por encima de montes y valles— saltó en medio de mi cuerpo con ambos pies. Sentí un violento dolor, sin comprender qué sucedía. ¿Quién era? ¿Un niño? ¿Un sueño? ¿Un viajero? ¿ Un suicida? ¿Un espíritu de tentación o de destrucción? Y me giré para saberlo. ¿Cómo puede girarse un puente? Apenas había iniciado mi movimiento y ya comenzaba a caer, caía, y en un instante fui desgarrado y traspasado por las aguzadas rocas que siempre me habían contemplado tranquilamente desde abajo a través del curso de la corriente.




y aquí os dejo un enlace sobre Kafka de…
Michael Löwy




12 de marzo de 2014

...un dios no nacido/_Hugo von Hofmannsthal



TÉCNICA PARA TEJER TELARAÑAS ORBITALES

                     En su mayoría, las arañas Argiopes tejen una telaraña al día y vuelven a comenzar exactamente en el lugar de la precedente, o en las proximidades inmediatas. Se guían por un instinto extremadamente preciso que determina su comportamiento durante el proceso. Se encaraman y sueltan un hilo que las lleva hasta un obstáculo próximo. Se crea un eje de salida en forma de palangana. Cuando llegan al punto más bajo de este cable flexible fijarán un hilo y se dejarán caer devanándolo hasta tocar un obstáculo en la parte inferior. De esta maniobra se obtiene una estructura en forma de “Y” que es el punto de partida clásico. Las tres primeras ramas forman las secciones de salida. El insecto coloca sus secciones a partir del centro y las alterna a fin de no acabar un lado antes que otro, algo que desequilibraría la estructura debido a la tensión e los hilos. Tras colocar el marco y las secciones, la araña recorre en espiral “espiral provisional” hacia el exterior. Es un hilo no adherente que sirve para fijar una estructura sólida y termina, al alcanzar el exterior de todas las secciones, y da media vuelta. A medida que retrocede destruye la espiral primaria y la restituye por una “espiral captadora”. Excepto en la zona central, donde se suele agazapar. A menudo surge la pregunta de por qué la araña no cae en su propia red. Pues bien, las células epidérmicas de las extremidades secretan un líquido graso que le impide adherirse. Su construcción media una hora y no da lugar a ninguna vacilación puesto que dichas tareas están inscritas en los genes de la araña. No podemos resistirnos al placer de indicar con orgullo que nuestras tejedoras también son unas excelentes cosmonautas, ya que dos arañas de jardín lograron tejer telarañas orbitales en condiciones de ingravidez durante la misión Skylab de 1973.

…del libro [el fascinante mundo de los artrópodos,
insectos, mariposas, arañas y mariquitas]

Yves Masiac


Arabella Y Anita en misión espacial









Me parece en ocasiones como si el ojo del tiempo —una mirada severa, inquisitiva, difícilmente soportable— reposara sobre la existencia de muchos poetas igual que sobre una visión extraña e inquietante. Y como si los poetas sintieran esa mirada sobre sí, y sintieran su pluralidad, su comunidad y el encadenamiento de sus destinos, todo cuanto en su actitud hay de incomprensible y, a la vez, su oscura necesidad. No hay fórmulas para esta tarea, pero se halla bajo la ley de necesidad, y es como si todos ellos trabajaran en la construcción de una pirámide, en la enorme y angustiosa morada de un rey muerto o un dios no nacido.

Hugo von Hofmannsthal




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EL  DONCEL  Y  LA  ARAÑA

EL DONCEL
(inclinándose con ebriedad creciente)

¡Ella me ama! Y el mundo, tal lo poseo ahora,
es, sobre todas las palabras, todos los sueños:
como si desde cada cumbre oscura
las nubes calmas arrastraran espacios
iluminados en lo hondo, y todo concebido
tal un sueño inquietante e inmenso:
algo así me lleva —y espero no perderme
para la hermosa vida, huésped de Mar y Tierra.
¡No! Como un sueño en la mañana
cae el durmiente, y en la pálida realidad se desvanece,
así por primera vez me es clara la verdad:
no vivo en la deriva como un huésped;
soberano me hicieron, demoníacamente,
razones del destino: muchachos hay
que aprendieron de mí seriedad y juego,
veo a muchos tomar mis mismos ademanes;
de manera enigmática me emociona verlos
cosechar. Y en orillas, y en colinas,
siento, como la lejana imagen de ensueño,
plena de maravilla, que mi interior más hondo
descorre sus cerrojos por la mirada
que los actos de ellos me dirigen.
Al cielo alzo los ojos, vasto imperio de nubes
que para mí en ingravidez refleja
lo ansiado, lo que me es devuelto, el Todo.

Me rodea una vida tan grande
que con el gran brillar de las hermosas estrellas
cercana tengo una ebriedad de parentesco.
¿Por tomar qué futuro extiendo ebrio mi mano?
Ingrávido da vueltas, rozarlo debería:
pues hacia las estrellas lo que ocurrió hace tiempo
se eleva y otras, otras corrientes alzan
lo nunca sucedido, la tierra hacia lo alto
lo envía a través de puertas invisibles,
sometido por el gesto de la súplica.

Avanza hacia la ventana abierta, colmada de clara luz de luna, flanqueada por las sombras de las hojas de parra salvaje. Mientras tanto surge ante sus ojos, desde la oscuridad de una hoja, una gran araña que avanza con paso veloz y apresa el cuerpo de un pequeño animal. En el silencio de la noche, suena un ruido increíblemente bajo, pero también lastimero, y parece oírse el forcejeo de los miembros apresados con violencia.

EL DONCEL
(da un paso hacia atrás)

Qué angustia y qué necesidad aquí se encuentran.
Mi sangre, una marea, al verte ahí,
tú, violencia odiosa, tú, animal, tú, Muerte.
La cercanía, toda prodigio, de los grandes sueños
decrece y se atenúa, como en algún lugar el retumbar lejano
de un salto de agua que escuché hace tiempo,
y me pareció crecido y peligroso,
y ese tronar ahora se hunde; ya la alta lejanía,
que era toda presagios, se vuelve hueca y vana:
ahora aprendo que el mundo se posee a sí mismo.
No puedo contener las figuras adversas,
tan poco como el curso de los hermosos astros.
Actúa ante mis ojos la violencia,
actúa con dolor dentro de mí,
se aferra a cada una de mis fibras.
Puedo —y no quiero huir ante ella:
tal como si fueran caminos que a la patria llevasen,
algo me arrebata, con todos mis sentidos,
hacia lo ignorado, y ahora noto
una satisfacción, enorme, inconcebible,
en tal presentimiento. Esto ganaré:
padecer el dolor y causar el dolor.
Noto entre escalofríos que algo me rodea,
algo que se eleva hasta alcanzar altas estrellas,
y ahora sé su nombre:

                                                        la vida.



***

Hugo von Hofmannsthal (Viena, 1874-1929)

***

PARA UN DIOS NO NACIDO
ED. PRETEXTOS 2005
*
edición y traducción de Fruela Fernández

Queridos Riders

on the road


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