25 de febrero de 2015

el tercer niño



Tal Nitzán

El tercer niño

Colección POESIA EN TRADUCCIÓN
dirigida por
Mercedes Roffé
/-
Ediciones Pen Press /2013




En los tiempos del cólera

Estamos frente a frente,
de espaldas a las desgracias del mundo.
Tras los ojos cerrados
y las cortinas corridas
azotan de repente
el siroco y la guerra.
El siroco se calmará antes,
la leve brisa
no revivirá a los muchachos baleados,
no enfriará
la furia de los vivos
El incendio
aunque demore, ha de llegar,
“Hará falta tanta agua” etc.,
nuestros brazos no alcanzan más allá
de nuestro cuerpo:
somos una masa azuzada
a aferrarnos y mordernos,
y amurallamos en la cama
mientras arriba, en el ozono,
se abre una sonrisa burlona.


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Sosiego

No hay cosa más callada
que los golpes que descienden sobre otros,
ni menor amenaza
al reposo del alma satisfecha.
Muda la derrota en sus ojos,
sus brazos
caídos en silencio.

Que agradable placidez.

Salvo un sonido sutil, penetrante,
molesto sobre todo en las mañanas
pero fácil de acallar
con el tranquilizante crujido en las hojas del diario.

Antes de cubrirse de escombros
quedarán sepultados bajo la sección de espectáculos,
la taza de café a medias,
un portazo

en nuestra casa
que está en pie.


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El canario
(diseño de interior)

Pasaremos el canario de la cocina al baño
pasaremos el ordenador del balcón a la cocina
al niño y su pieza pasaremos al balcón
en ese rincón pondremos nuestra cama
meteremos a la niña en el espacio que queda
tomaremos otro medio empleo
tomaremos otro medio préstamo
pediremos una última prórroga
borraremos del alma el
recuerdo querido de
el auto robado
el monedero perdido
la ventana rota
y se estrecha ampliaremos
y si se amarga endulzaremos
y si empieza a agrietarse
tenderemos los brazos y lo apretaremos todo.

Tal Nitzán

El tercer niño



"Teatro"

Raoul Dufy (Le Havre,)




18 de febrero de 2015

amordanza




Deja de entenderse el aliento
a veces, una costra de sal
Notas. Solo la duda en la descuidada
incertidumbre
convertirse o dividirse

*

Nos aprenden a enfrentarnos
No a dividirnos


*


El fascismo
ocupa
el discurso

Callar. Ver.
Encontrar la paciencia.

Promover desde el vacío
violento
su propia cura.


Un autorretrato.

*



Cualquier reflejo es oblicua moratoria

Su peso su corrupción su resto
Descansillo. Escalar la petición
Es el paso recitable desde lo invisible
envés del gesto
movimiento reductible
envés del cadalso
                        Petición: Sea La Poesía
La parti(cipa)ción
envés del cadalso
movimiento reductible
envés del gesto
Es el paso recitable desde lo invisible
Descansillo. Escalar la petición
Su peso su corrupción su resto


Cualquier reflejo es oblicua moratoria



12 de febrero de 2015

-núcleo-


Tomar compromiso. Habitar el lenguaje. Esta noche, las palabras, el aire, la esquina de una hoja de un libro doblada. El pasado año empecé este libro de Maillard que todavía leo como la primera vez. Un libro que deja de ser libro.
Se desmineraliza como espada de agua
que atraviesa mi espalda y me sumerge
en una resonancia que cae del ojo.
Tomar compromiso. Habitar el lenguaje. Explorar cada veta de su quiebra. Seguir la cita que está en juicio y fuera del juicio, seguir la cita en clausura. Un núcleo siempre será movimiento, germen intervalado al reflejo, danza astillada de un océano oxidado. Es hora de volver a echar al mar los grandes barcos de madera. Calcinar hasta la última espiga. Sin embargo robarle a dios el fuego significa simplemente la desecación científica. Hablar a través de la herida –recomponer la huella en la tierra que habla tu propia huella. 


CHANTAL MAILLARD
ed. pre-textos/2014
INDIA

del “Diario de Benarés”

Primero se profieren palabras. Luego esas palabras se convierten en seres que existen y a los que las palabras “dicen”. Después se toma partido por esos seres o por alguno de ellos en particular en contra de los otros, y el compromiso lleva a la discordia. Ésta es la historia de las religiones. Los pueblos se mueven, se levantan se matan por palabras que fueron pronunciadas por alguien alguna vez y que otros repitieron. Lo que dicen esas palabras, sin embargo, es vacío. No tienen referente. Se dicen a sí mismas. Son el soporte de la necesidad de creer, el anclaje de la libertad, la justificación de nuestra dependencia

[… ]

***

[… ]

No hay mirada que no modifique el campo del mirar.

Hay un mirar que da, y otro que quita. El mirar que nos da es aquel que no sólo mira lo que hacemos sino que atiende y nos acompaña. El mirar que quita es la mirada crítica. Hace fuerza al que mira al tiempo que nos despoja de nuestra fuerza. Nos disminuye. Sufrimos entonces algo parecido a un desahucio. El cuerpo queda como una cáscara, vaciado el dentro, abducido por la mirada ajena. Si el núcleo no es resistente nos sentimos “perdidos”. Las opiniones fuertes acerca de uno mismo y del mundo hacen las veces de escudo. Preservan. El egoísmo es una defensa eficaz. Se confunde con ello fácilmente con el núcleo. Pero el núcleo no es eso, no es el . El núcleo es la energía neutra, sin juicios, sin opiniones: “pura”. El núcleo es la condensación de la energía, consciente a otro nivel, autoconsciente. Esa energía mínima, centro, diosa interior o alma por lo general tan oculta, a pesar de lo extremadamente porosa que es la membrana que protege su acceso, no se inmuta. No le daña el mirar ajeno porque ve en quien mira lo que su mirar oculta. Percibe la tristeza tranquila de aquellos puntos o núcleos que no lograron madurar, que apenas palpitan, que a veces se extinguen. Percibe la quietud del fuego apagado, su ceniza, o a veces el rescoldo que aún espera ser reanimado. En el mirar que hiere y se adueña de su presa, ella ve cómo la energía-ego se tensa para alimentarse; en la presa que se debate y responde, ve cómo se apropia de sí misma y engorda; entre las fuerzas de quien mira y quien es mirado, ve cómo va trazándose el puente y cómo se entabla el pulso.

Los búfalos miran desde su  centro. La calma del núcleo se instala al tiempo que la neutralidad moral cuando miro al búfalo mirarme.

No proyectamos nuestra moral en los animales, no los domestiquemos, no marquemos en su piel nuestras dicotomías. La moral es el convenio que regula las relaciones periféricas: las del . Las relaciones nucleares son del ethos. La ética es habitar en lo propio allí donde la fuerza se aquieta, condensada en la no-diferencia.

¿Qué es lo que de mí puede ser herido por las miradas? Aquello vulnerable que no pertenece al núcleo, aquello que pertenece al . El mí es lo inestable que recubre el núcleo. Materia de intercambio. De fusión a veces (en el amor). El núcleo está a salvo. Las heridas son agujeros en las capas intermedias, desgarros en la superficie, mordeduras, absorción. Intercambios, al fin y al cabo.

Dar, antes de exponerse a la absorción: evitar la violencia de aquel que necesita reforzar sus murallas, las capas múltiples que protegen su núcleo y lo recubren como la grasa al hueso y el hueso al tuétano.

***


Paul Klee  / mujer

4 de febrero de 2015

p j e (6)



“En la solapa de mi próximo libro
 he de escribir
nací en una casa vacía que todavía me habita.”
Re-cita


(6 ) o Poema jamás escrito

Ver que no queda más
intento
por acunar luz.

                            pellizcar incandescendencia doma
sobre       delgada línea ya desbordada ya descalzo ya día

Atlas
sin
brazos.

Pellizcar esta brizna
apelar
en una tierra naciente.

Tomar aliento
en-tender(lo).

QUE NO sea prospecto
para un vínculo o vértebra resultado del desbroce
ni el instante
deje beneficio

RUEGO

Encuentro así mi cuerpo tendido del deseo
bosquejado como resonancia.
Oración tierna que persigue 
al viento.

De la deducción de todos los parentescos rompió la rama
derrama, pues ya no hay voces estranguladas
solamente existe inscripción

 excripción.

Saber que escribo, para nada
impulsa
abre el cartílago nómada búfalo
-ciutat morta
en el desierto los leones y el guardián protector
el rigor circense de la ficción
menguar al tacto
al escuchar la mentira en el nuevo portador de la libertad
leve
                                 transformada en acto de razón impura
para el siervo
incentivar la pureza
cimas que desaparecen
crisol.

Ved la astilla en el núcleo
en su respiración cartílaga
ecosistema de casas agonizadas
coral que toma distancia
de su natural convocatoria
margen
del margen.

El
Ojo arrastra hacia la boca sombra
como un potro rumia su sed
cimenta himen
tentativa parasitaria
de ultimar la palabra
de ultimar el vacío
con su satisfacción
el ojo, con-forma
el vacío a un centro.


Sin embargo
el caracol forma su concha por el contacto
                                                           de la luz
mira desde la entraña-
y por la resistencia en su avance
reúne al hollar la tierra
con baba se viene dobla con

            la lengua muerta

construyó su morada

con la deducción.



Queridos Riders

on the road


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