29 de junio de 2011

“Un aleteo de mariposa” et maison d’arrêt.



De nuevo me coagulo sobre una hoja en blanco
.
siniestrado al querer detener el tiempo
; manco
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y no hago más que flotar como una verdad imperfecta
.
como-un-cadáver
.
empachado de fantasmas y la querella de la pasión
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ya marchita
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***__________***
Debería alumbrar palabras tras la caída del telón
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y los parabienes del pináculo, resuelto el enigma
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en el vuelo de una grulla y mi vida concluida
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En cambio delibero
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Cons-cien-te-en-es-ta-jau-la-de-pa-pel
.
Me arrastro sobre el mar queriendo atacar el firmamento
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Nunca es tarde
.
siempre es siempre
.
Montones de marfil se agolpan frente a mis ojos
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que de un vuelco podrían ser la confesión de un ciego
.
pero no son más que el tiempo pasado
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Y ahora…
Habrá cien reencarnaciones y comprenderé la rueda
.
la ceremonia de esta hoja o esqueleto cardinal
.
y aquel solo magnífico de Charlie Parker
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***__________******__________***
El buen viajero deposita sus condolencias
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arrima la nariz al ramo del sutil huésped…
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que ahora desaparece porque atisba el umbral.



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Todavía soy un primerizo, sobre todo a exponerme ante otros. Ante miradas que creo aquí merecedoras de un lenguaje coherente  y novedoso. Gracias a todos/as por la benevolencia de leerme. Mis motivaciones musicales son básicamente el Blues y el Jazz, el Folk.. las músicas del mundo. Pero un grupo que valoro mucho y todavía está emergiendo es el siguiente. Su segundo y reciente trabajo. Aconsejo que escuchéis la que se titula “Maldita Dulzura”.

28 de junio de 2011

“Vetusta perturbación de un joven poeta”


Descubrí la inflexión en el ritmo de mi caída
Al mar
.
Tranquilidad elucubrante
Pócima si acaso al mal de altura
Al silencio del sexo
.
Al estrecho puente de mando cruzando mi garganta
::
Las rocas murmuran el anonimato de la creación
.
Mendigan en mis venas su racimo de lunas
Aquellas que en mi hosco arte
Reverberan veritas et tragos de alcohol
::
Y ya el amor no tendrá dominio
.
Caigo en la perfecta soberanía del abismo
Y respiro la musa que emite
Un despertar
.
Hoy he nacido
.
Sed de coral
::
Y ya la vista no tendrá dominio
.
Ciego como el mármol de un eclipse
.
Sí, es hoy y sin motivo
::
Cada pausa es una muerte
.
Cada punto final
Una bestia aterida
::
Sí, es hoy
.
Una estatua en mi sangre




.

27 de junio de 2011

A las ocho y veinticinco... ..septiembre




A las ocho y veinticinco el sol cae en la playa de Compostela. Cinco minutos más tarde ni rastro queda. Intento repetir la caída en mi mente al mismo tiempo que me vienen recuerdos del último año y medio. La noche se va cerrando y amarrándoseme al pecho. Encuadro el último año y medio pues precisamente en este tiempo se me dio el embeleso regalo de cuidar de una flor. Las atenciones merecidas han sido pocas al parecer pues recientemente se me ha negado poder olerla. Es como si por culpa de perder mi ilusión de entender las cosas en beneficio de la contemplación, se me negara el derecho a participar. Veo mi sombra en esta hoja de papel y es la sombra de un insecto panza arriba. Tal vez sea el motivo de que vea ponerse el sol cuando se cae y se me negara el regreso. En cambio soy capaz de recordar y de no arrepentirme, entonces ¿para qué hablar? Debería actuar, pero todo se repite, se repone.

A las ocho y veinticinco el sol se oculta tras una densa nube de humo en la playa de Compostela. Las formas espontaneas que sirvieron de puente para estar a la mira, todavía están presentes. No necesitamos de grandes exhibiciones para mostrar el juego, y sería monstruoso que nos costase dificultad participar de nosotros mismos, consagrarnos con inteligencia al deseo es un signo natural. Vigilar los afectos y la flor de nuestra alma, debería ser una peregrinación, algo así como la imagen de una suave orilla de una tranquila tarde de septiembre. Observar la estampa con sus venas tristes y alegres para sentir la grandiosidad de lo generoso en las cosas sencillas. Está claro que la mente es compleja. Funciona como una máquina de la verdad, un detector de mentiras. Me resulta graciosa esta ocurrencia mía.

A las ocho y veinticinco el sol cae en la playa de la Compostela. La mente está alerta para escuchar al corazón, y de sus formas adivinar el engaño. Aunque sencillamente a mi me trae al pairo mi mente, no se adapta a bolas de cristal. No son pocas las veces que la arengo por no someterse a las riendas del corazón. Es tu jefa le digo. Y ella se echa a llorar pues no entiende la orden que le retrotrae al  sistema hipo-mamilo-talámico el gusto de  bombones de licor de mandarina.


 Blow-up - Antonioni (Yardbirds Scene)



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24 de junio de 2011

Paradisos

Corregidme si me equivoco
o si el resplandor no ha colmado ya mi pupila
y el rastrojo marino engullido mi maniobra
*
Me elevo hasta vuestras bocas y extiendo el velamen
delicado como un ruiseñor
despertando el albor
la hora
es decir
y la nave va
dijiste
como un último round
nos dijimos.



/// ** ///
···
/// ** ///


 Todos tenemos un lugar en el mundo, no nos pertenece exclusivamente. En cambio tiramos de sus pestañas y desplegamos lo que nos antoja hasta hacerlo reconocible. Creando así uno nuevo. El creado puede ser una espiral legendaria curvada leyenda armónica de ausencias, rociado de reminiscencias en tierras del Blues, o simplemente el mundo de Hello Kitty.
*
Creamos objetos al igual que creamos personas, las dotamos de sombra y nos los llevamos en el alma para encontrar caminos y descifrar sus zigzags. Lo real se convierte en reminiscencia y tratar de superarlo se convierte en penumbra.
*
Sin duda, mis sentimientos son verdaderos. No espero al futuro, voy.

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Como dice mi padre, algún día morirás… no alces demasiado la cabeza.

23 de junio de 2011

El adiós

Todas las tardes al salir de la escuela tenían los niños la costumbre de jugar en el jardín de Antonio.

Tenía un magnífico roble rebosante de ramas cargadas de hojas con pájaros alegres. La fantástica sombra protegía a las criaturas en sus interminables juegos a las horas más calurosas.

-¿Tú marido no viene este verano?-

Les mintió y ocultó su estancia en el hospital. Donde yacía grave luchando una vez más para sanar su corazón de gigante. Les contó que todavía estaba en las islas Martinica construyendo bungalós y pintando cuadros. En el jardín, continuaba cerrada su garita donde pasaba las alboradas trabajando en madera muñecos y máscaras, juegos que luego servían de divertimento para los pequeños. Ellos nunca tuvieron hijos. No se los pudo dar y él nunca quiso adoptar uno. Entraba al salón y se sentaba en la mecedora que trajo un día de las islas antillanas. Allí se quedaba a vigilarlos. Mientras  ella se ocupaba de limpiar, planchar y preparar la merienda para las exhaustas pirañas.

Se convertía en un eterno guardián al que amaban y les daba igual que un anfitrión imperial, el sentimiento protector y la tranquilidad absoluta en un inimaginable entorno. Insinuándose el final del día y el final de las labores domésticas y el final de sus juegos indómitos.

-Fijaos bien al cruzar la vía- Decía.

Después de que lo despeinaran cariñosamente y envolvieran de besos y abrazos. A veces les leía antes de que se marcharan. Elegía al azar un libro pues les encargaba a ellos alcanzarlo y que abrieran libremente la página. Entonces leía. Y ella ya sabía que tenía que calentar y preparar el mate. La ininterrumpida marcha de pensamientos comenzaba a hervir el agua. Escuchaba su voz y recordaba los casi cincuenta años de matrimonio. La memoria transforma. El amor moldea ese espacio infinito de presuntas realidades. Estimulando igual que aquellas lecturas a los niños. Las personas cambian pero seguían unidos, cosidos al mismo lienzo. Todavía conservo la quemadura con agua derramada en mi muslo, pensaba, cuando lo conocí con quince años. A mil leguas de hoy quedaron los acendrados prejuicios por la diferenciada edad. Y siempre alerta, supo izar mi felicidad cuando se inmiscuía la tristeza por muy densa que fuera. Quería embriagarme de vida. Ahora, no sé si está vivo. Vigilo a los niños y pienso. Sí, puedo imaginar un mundo muy agradable. Encontrar un discurso acogedor y acreedor de buenas voluntades. Confiar en los impulsos benévolos del corazón. Pero cada vez que éste se detenía en el pecho de Antonio, todo entraba en un túnel donde las llamas abrasaban amargamente el alma. Tres veces con esta última. Llegaran a la Argentina con la idea de respirar un aire nuevo. Gastar los ahorros en recorrerla y durante las pausas, vivir en esta quinta y descansar. El destino los desafió y les  impuso esta amarga prueba.

Sobre el blando césped moteado de flores, las aves gustaban de las semillas de la centinodia. En un rincón, los pequeños armaban un rompecabezas en el cual debían colocar las piezas de madera y crear figuras. Ahora parecía que daban forma a un gato. Pues tenían puestas unas ramitas a modo de bigotes. El sol mientras tanto encajaba en el salón como una ficha más arrojándose sobre el piso, y ya tanteaba sus pies agotados. Aquí disminuía el cansancio, se calmaba la preocupación y vigilaba en silencio la vitalidad de los pequeños. El sueño la tomó en sus labios y le susurró los lugares que todavía les quedaban por visitar. Un dibujo gigante de su rostro joven. Sobre la cama los equipajes dispuestos. Unos brazos con guantes negros depositaban ceremoniosamente la ropa de invierno. Sintió un olor a cera quemada y se despertó. Todo continuaba en su lugar. Aunque la tarde había vencido pues del sol quedaba un dulce candor en el aire y largas sombras sobre el jardín. Notó en falta a Sofía. Se levantó y acercó a preguntarles pero de inmediato sobresalió su linda cabecita dorada por una brecha abierta en la tapia. Con la boca sujetaba un hermoso clavel rojo y la miró dulce e inocente. Acomodó la tapa que tapaba aquel hueco y le regaló la flor.

-Ven conmigo cariño. Hoy me ayudarás a preparar la merienda-

Llenó de agua una vasija y cortó el tallo del clavel, introduciéndolo lentamente mientras ella ponía el mantel blanco, ordenaba los vasos, platos, y cortaba el pan duro. Se miraron de reojo y le preguntó si extrañaba a Antonio. Sofía rezaba para que el barco lo trajera prontito de vuelta. Prendió el fuego y vertió leche en un cuenco, tres yemas en otro y comenzó a empapar los panecillos enharinados. Con la creencia de que tras su inocencia, albergaba un pacto secreto, escrito en su mirada. Abrió las ventanas y se obligó a salir.

Fue hasta la calle y escuchó un fuerte motor que se acercaba. Alguien encendió las luces despertando el interés de las polillas. Ganó dureza el ruido de aquel motor. Provenía de una gran motocicleta amarilla conducida por una linda mujer que venía con la mano en alto saludando. Los pequeños se pusieron en seguida a gritar ofreciendo sus delicadas voces en el borde de la tapia. Tenía el pelo suelto golpeándose en el aire como la cola de un hermoso pez, y le pareció ver en sus brazos desnudos lunares que semejaban estrellas fugaces. La contempló hasta que se convirtió en un punto en el horizonte. Imaginó que también ella leyó en sus ojos aquel pacto secreto. Que anhelaba mantener distante la hora definitiva. El adiós seguido del silencio profundo.

Sofía estaba repartiendo más limonada mientras todos comían. Hablaban bajo. Se puso a revisar la biblioteca. Ellos ya se iban retirando de la mesa y se acomodaban alrededor de la mecedora con la esperanza de que el taller de lectura funcionara aquel día. Retiraba un libro y lo ojeaba estudiando la posibilidad de que fuera aquel y no otro el elegido. Encontró un libro sin tapas. Lo retiró y miró su primera página. Sólo tenía el título. El adiós. Se sentó y se puso a leer.
-Fijaos bien al cruzar la vía-
La despeinamos cariñosamente y la cubrimos de besos y tiernos abrazos.

21 de junio de 2011

Primer lance

Son las 22:29 y seco mi frente del sudor causado tras un largo sprint en picado hasta llegar al asiento 141v del último tren que sale de Vigo. Me desabrocho la camisa. Este primer lance al mar, escrito a modo de fin, exacto, es mi búsqueda. Hace semanas que ronda mi cabeza la idea de preparar un Blog, con un primer saludo con condición de credencial. Me preguntaba el porqué de un Franz Kafka a la hora de escribir. Rumiaba si mis textos serán burla al no desplegar las condiciones necesarias de vuestra atención. Mi idea era también mandar un mensaje a vuestros oídos, un grito rotundo sobre la responsabilidad que supone tener un don como el de escribir y no tomar partido. El título de este Blog está escrito en lengua quechua porque recientemente leí sobre Llosa decir que los indígenas deberían encontrar desarrollo y progreso a sacrificio de su cultura. Este escritor ya tomó partido. Un buen escondite para su ignorancia. Aunque sus primeras novelas sean colosales.

Mi literatura no pretende asirse a las cuerdas de ningún ring. Si acaso me gustaría que semejara un vagabundeo entre la cópula celeste con el mar. El título de este blog "Mamaquchanayay" significa en quechua cuzqueño; mamaqucha, mar y, nayay; tener sed o ganas de.

Así que mando al carajo mi primitiva intención de llamar impíos y  cagones a todos aquellos que no se unen al movimiento del 15-M que defienden los derechos del sentido común, atacado por un corrupto sistema político y unos medios de comunicación manipulados en manos de los “mercados” impíos y alienantes.

No voy a hablar de estas cuestiones ya que no es mi intención incomodar a nadie en su cómodo acuartelamiento de medio lomo. No puedo hablar sobre nada en particular porque además soy una persona sin destino y no estoy atado por lo ineludible. La imaginación y la lógica son mis móviles, los sentimientos son las balas que entran en la batería de mi revólver que son mis ideas. Estoy a medio camino de mi trayecto.

Demando paciencia y os doy gracias por la benevolencia de leerme. Es más, os bendigo y beso vuestras frentes con un cálido silencio de bienvenida.

Los siguientes ocho escritos los he rescatado de mis últimas composiciones pero después, quiero dejar aquí, aquello que todavía no existe.


Para finalizar hoy quiero decir que me siento la persona más feliz del universo. Ha renacido mi ilusión por abordar el navío de la literatura. Y he de dar gracias a una persona, cuando vuelva a Vigo. Llegó mi parada.

Queridos Riders

on the road


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