28 de septiembre de 2016

todo - tanto


TODO  TANTO

Arturo Borra


Debajo de los puentes no queda dónde. Sin techo, ¿qué protege de la lluvia, que preserva del frío? ¿Dónde un refugio en los parques, un suelo que no arda, algún umbral que traspasar?

El hambre sin memoria duele en los rincones deshabitados. Merodear por lo inhóspito rompe la ciudad indiferente y duele la noche y duele a la orilla de un lecho seco y faltan los abrigos.

Sin hogar en el suburbio, ¿qué abrazo sobrevive para cubrir esta calle abandonada? En la intemperie, ¿qué lugar para la promesa?

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Se aprende rápido: empeñar la voluntad, romper

toda palabra, dejar que subasten los huesos, morder la mano

de quienes no los quieran, deshacerse de los más ínfimos vestigios

de reparo.

La misma ecuación perfecta: nulidad de cada uno.

Sobras para todos, polvo

para una pizarra que reescribe el presente

con traza gruesa.

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¿Quién empieza el círculo –lo que asfixia: sin figura? Cada cual responde –cada uno continúa.

En este oficio ciego la herida se hace ritual.

¿Quién se atreve a cantar su alegrí ahí donde se prosigue la huella del sacrificio?

UN día –como Kafka- También nos toparemos con el silencio de las sirenas.

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Arena roja: ¿qué mar lavará esas manchas vertidas sobre el corazón?

¿Cómo volver a una costa inaugural, si solamente llegan deshechos, agua negra, mar muerto?

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Nadie quería ser el primero, aunque hiciera falta. Dar un paso, contener el aire, no dejar que el silencio ocupe las palabras. Había que desatarse de la tranquera del yo, echarse al cemento a falta de pradera, ponerse al lado de la autopista y asistir a los moribundos. Ponerse a trasplantar espinos antes que el pesticida los seque, cocerse los labios, rescatar unos caracoles al borde de la vereda o encadenarse a un monumento en el que se asfixia la memoria.

Llegamos tarde y no pudimos ahuyentar las moscas que se posaron sobre charcos rojos donde ahogaron la revuelta.

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Se frota la noche en sus ojos. La oscuridad es un temblor mudo. Debajo de la garganta respira una promesa.

La misma súplica da la espalda al día: de frente a lo recóndito.

Qué saben las palabras de la sanación. El mundo hiere, sin bálsamo que no sea fuga.


    

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La destreza de la barbarie es razonar su causa. El reciclaje es el ingreso de la podredumbre en nuestras espaldas. El equilibrio de siglos-estados-nación pasando por todas y tantas deshumanizaciones posibles. A la espalda. La maquinaria del nuevo siglo, ojo que camina. Viaje efímero de un naufragio. Feedback virtu-al, propagación de inteligencia artificial. Ojo-Caparazón. El fármaco, la tontería sistémica, el fetich, renacer imperfecto, infecto e intacto. Sin embargo, llueve. Fibras surcan en nuestro sueño que son la corriente que despierta nuestra realidad. Fluir no fluido, influido. Retomar no la imagen sino lo virtual. Secar el revelado hasta hilar la voz re-con-dita o
des-limitar
sin verbo
sin
ver


Neil Craver


Todavía peor que el sonido de las sirenas será su silencio. Acunar el naufragio para llegar a la superficie y ver que tras el silencio hay otro silencio, un Estado en espera, realidad distópica e intacta. Vivimos una espera postmecanicista y mediática donde la inteligencia artificial, se abre paso, nomadiza la conciencia. Cualquier voz ilumina si muestra un camino dicen los credos. Claro, para el interés de unos pocos.

Juntar montoncitos para qué. Invocar la lluvia que cayó sobre tu frente erosionando la geometría de los mausoleos.

Rebuscar en las macetas rotas montoncitos de tierra húmeda y germinarlas en una siesta de enero para que alguien crezca.

La poesía también está raptada por unos pocos por su poder subversivo ya desde el complejo de la educación social, cívica, etc.

 La tontería sistémica, su reparto mediado por la confesión de los fetiches que tan bién son aprovechados por las zarpas intelectuales liberales para acusar al Estado. Que como nación mata la tierra y como opresor se dedica a marcar límites. La tontería es creernos a salvo bajo la configuración del bienestar individualista, egopensante. Un triste ojo que camina.
Los dualismos nunca han florecido mejor que en las épocas de decadencia. Cuando un sistema deja de ser estable y enferma de inacción surge la doncella y la muerte. Los espacios políticos desaparecen pues el espacio público se convierte en ocio controlado, negocio enlatado. Cogito ergo tontería. Expansión urbana sin sentido y nula afectividad por el cambio social fuera de las instituciones. Habrá quien piense que hay distintas clases de instituciones, empezará dualizando y hablando con deditos de rey Midas. Todo-se toca mestizándose en el consumir institucionalizado.

Necesidad y violencia, el nuevo juego de los simulacros que pretende acabar con la era de las masas. Al menos la erosiona hasta desprender el fluido de las nuevas ruinas. Basta un hombre para hacer temblar a un millón de hombres desunidos. El imperio de los simulacros deviene los acontecimientos en sucesos, fin de la historia. Fin de la metáfora.
No tuve más que un fervor vano en las manos, mística de una escritura negra y….

Repetir el conjuro no va a disipar este asedio que daña lo que toca. Lo que escribes no va a horadar el ritual de las extinciones. De los pozos seguirá brotando agua ennegrecida.

Abajo
seguirá ese ruido insistente del hambre, un sótano donde alguien alza sus hombros para tributar a su dios no sé qué ofrenda.

La quema diaria no se detendrá por este conjunto y aun así seguirás tirando piedras al cielo, como una guerrilla nocturna insistiendo en otra vida.




Universal no quiere decir absoluto. En la historia no hay nada rígido y absoluto. Las afirmaciones del liberalismo son ideas-límite […] Universales para la burguesía, no lo son bastante para el proletariado” 1917Antonio Gramsci


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    Lo universal no quería decir absoluto. Pero en nuestra historia toda idea, todo límite es la constatación del liberalismo. Todo desconcierta trasvasándonos de presa en presa. Constatado lo oclusivo, represivo, no somos capaces de rastrear con las manos la superficie, para darla a lo desconocido. O alguien. En absoluto, universal.


                                Dylan Thomas
                         IT IS THE SINNERS
                                          DUST-TONGUED BELL

[ … ]
I mean by time the cast and curfew rascal of our marriage,
At nightbrack born in the fat side, from an animal bed
In a holy room in a wave;
And all love’s sinner in sweet cloth kneel to a hyleg image,
Nutmeg, civet, and sea-parsley serve the plagued groom and bride
Who have brought forth the urchin grief.

*/**
Digo con el tiempo moldeado por el toque de queda pícaro
de nuestro matrimonio
Nacido con el crepúsculo y la gordura, en el lecho animal,
en la santa estancia sobre una ola;
Y todos los pecadores del amor en suave ropaje se arrodillan
ante la imagen del destino
Nuez moscada, almizcle, y perejil marino aliñan para
el arrojado moza y novia
Que han sacado adelante la urgente anguria.

*/**
La inteligencia o mentalidad visual humana individual se divinizó como un artefacto platónico y ahora, ya es imposible un abuso del lenguaje, ya no lo hay. Solo baba atormentada aovillada en un dígito. Toque de queda. Parloteo que no ayuda a acabar con los Estados. El arte nos ayuda a aprender a mirar con otros ojos para pintar de nuevo la realidad. Instinto animal para sentir-se vivo y reconfortado. Kitsch cultivado. A veces por la filosofía y a veces por la religión y ahora por la estulticia visual tal vez. Sedante-sedentaria. Saciada.





Ediciones   Tigres de Papel, 2016

TODO TANTO
Arturo Borra



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Contrariamente a la historia, el devenir no debe pensarse en
términos de pasado y de futuro
[…] ¿Cómo encontrar suficiente inocencia para hacer historia universal? DeleuzeGuattari Mil Mesetas



Todo Tanto nos habla de cierta des-memoria en devenir, nómada. No de la memoria ligada al patrón de la/una Mayoría. O eso, humildemente, es lo que creo.

Queridos Riders

on the road


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