17 de diciembre de 2014

2014/15

Mi corazón late
debajo del agua
aletea
                                               
////

Feliz año


                                               a todos


////


Aquí os dejo unos haikus del monje Taneda Santôka.

El monje desnudo
Taneda Santôka


ED. miraguano /-traducción y comentarios Vicente Haya, Akiko Yamada y José M. Martín Portales-/ prólogo: Chantal Maillard.

Con indolente sencillez regresa el cuerpo, a veces, a su intemperie, como si se adentrara en un huerto solitario por el mero hecho de una pequeña predisposición, o permitiera que el alma se hiciese visible por completo.

Entonces recorren el paisaje evidencias casi irreconocibles, como llegadas de un tiempo remoto o futuro, señales de todas partes que se abrazan a nuestra más íntima frontera y nos susurran al oído una consigna, acaso una canción antigua que aún recordamos.

Todo se vuelve silencioso. Todo significa sin necesidad de haber sido expresado.

El despojo atrae la compañía. Solo la desnudez accede a lo evidente.

El que se busca añora la transparencia.









































La primera dificultad en la traducción de este haiku está en el gorori to. Es una expresión que nos hace sentir que algo pesado ha dado una o más vueltas, o se ha tumbado de golpe. Es una referencia auditiva, como luego las que empleará el comic. Este haiku comienza, pues, haciendo escuchar al lector un ruido. Se nos dice en seguida que ese ruido ha tenido lugar “en la hierba” (kusa ni). Sólo al concluir la lectura del haiku podemos suponer que es el cuerpo de Santôka el que se ha tirado en la hierba mientras

     se secan unos calzoncillos que ha tendido en algún lugar indeterminado. Nos lo imaginamos colgando los calzoncillos para que se sequen en unas ramas o en la propia hierba y tumbándose a descansar. Pasa el tiempo y continúa sesteando, dando perezosamente vueltas en la hierba, mientras piensa “todavía tengo tiempo, todavía no estarán secos”. La forma verbal pasada y terminante –kawaita (“ya están secos”)- actúa a modo de la conciencia de la realidad. Su indolencia o su desnudez han sido privadas de excusa. Debe incorporarse, debe vestirse. El “hacer” debe dar paso al “deber”. Ni siquiera un monje errante –del que nadie espera nada- acaba nunca de desterrar por completo la sensación de que hay cosas por hacer.





Frente al más elegante hadaka (“Estar desnudo”), suppadaka significaría “Estar en pelotas”. Es, pues, un término más coloquial y gracioso. Santôka, desnudo en la hierba, ve venir una libélula. Es la primera criatura en mucho tiempo que parece decidida a tocar su cuerpo. El haiku transmite la importancia en la cultura japonesa de la intimidad del cuerpo. Desnudos nos sentimos expuestos. Y en esa situación, a pierna suelta, tirado en la hierba, vulnerable, ve que se dirige una libélula hacia él y que va a posarse… ¿Dónde? Aunque no se dice el sitio exacto, por pudor, es más que claro el lugar que ha escogido la libélula para hacer una parada en su vuelo…







11 de diciembre de 2014

mordaza-poesía(53)



aquí dejo la segunda parte de la relación de poemas traídos desde mi otro blog, despacioso intento por abrigar vida.
desamordazar la senda rideriana. el petirojo

unapoesíade Emily Dickinson
  
I DREADED that first robin so,
But he is mastered now,
And I ’m accustomed to him grown,—
He hurts a little, though.
  
I thought if I could only live
Till that first shout got by,
Not all pianos in the woods
Had power to mangle me.
  
I dared not meet the daffodils,
For fear their yellow gown
Would pierce me with a fashion
So foreign to my own.
  
I wished the grass would hurry,
So when ’t was time to see,
He ’d be too tall, the tallest one
Could stretch to look at me.
  
I could not bear the bees should come,
I wished they ’d stay away
In those dim countries where they go:
What word had they for me?
  
They ’re here, though; not a creature failed,
No blossom stayed away
In gentle deference to me,
The Queen of Calvary.
  
Each one salutes me as he goes,
And I my childish plumes
Lift, in bereaved acknowledgment
Of their unthinking drums.



1

Ayer acabé mi primer poema
justo después  
sí después
comencé a perder la virginidad
la mención del arcángel
la erección astillada del alma
el antes escabullido en la cuchilla
pétalo, entreabierta
y poder decirlo todos los días
conozco a leerte nada a cambio
la larva tras la corteza y las hojas caídas
para el ferreiriño azul
el gato encaramado
al nido hecho sobre una farola
al cruzar el puente,
que bosteza perezoso
con un ligero sabor amargo de hierba
los siete días
escarba de un modo ecuánime la tierra
hasta encontrarse con uno mismo
fértil
anido
la sustancia madura por la experiencia
la masa del lienzo inacabado
la hacienda marcada
el catastro frente el atlántico,
tumbas y santuarios horadados
tan solo por el hambre del cincel
y la mentira del cielo
que surca el-/-nuestro germen leguminoso
como un susurro levita
en este domingo lascivo
o sanguinolento
o en un lunes
por el calor del aire
cuando se sabe sucesivo
gotea
contaminado, contra la cara
como un traje de ciencia ficción aplicada
a uno
diván o deshecho de ramas
evalúa
reverencia la hoja
organiza
consciente de que saber no es nada
y retener la respiración
involuntariamente
y latir tenue, amaneciendo con el cerrojo
en desbandada, desnuda, su aire
respirándose, aumentando el vacío
enlutando la genealogía del poema
con el vínculo todavía virgen
con la fecha.

*/*/*

2

desconfío del poema.
Leído por una asidua marginalidad busco el confort
la sonrisa tenue que bambalinas y polillas hipnotizan
en estratos de dodecafonía arremangada, QUE ABRA
de quebranto intrépido que estile el paladar inmerso
de doble filo / fisura / nexo / lapso
escudriño el fortuito traspiés
requisitu inestable para amar la panza del triunfo
atravesar las calles incrustadas de piedra y luz
serenas / eternas
aquellas donde afinábamos el haz de sabor maltrecho
crepúsculo evitando los dientes devastados
cediendo aledaño placer / de estrella

No sé si ando o eres tú / extramuros recalcitrante
que humedeces los ojos en este aire mortecino
tan difícil de permutar y que aplica el parnaso
en el poso de estar inmerso y vacío
solo                                       ______ausencia
huyendo de las puertas
y sí                                                      ______ausencia
sois vos quien las abre trebejos
animal que noto asomando el letrero final
el sigilo de amén zorril.


del poemario  Al este (2004?)
3


a media luz

el polizón audaz

sobre el árbol en flor

cancela sostenido

su destierro solitario

encadenado a los gritos

            de un éxodo
 
a un mañana obligado

a un pantalón azul

en lo más alto de la agenda
donde la tierra ha de retumbar

de cuarto en cuarto

bruñidos carámbanos de un naufragio

bosquejado mientras en su interior

otras palabras conscientes de las causas
que determinan la libertad.

            La madera

            ha de valer más que el oro.

            El cuaderno del viento

            ha de valer más que la vida


cuando el hogar se queda con los huéspedes

se abren los postigos cosidos al agua

muriendo a veces con la impresión de haber habitado

los que no tienen el favor de la lluvia, ni soñarla

duermen como las alondras, pocas veces

tocan tierra, y si lo hacen sus babuchas se arrastran

como ampollas en el desierto.



***
**

“ o noi cambiamo il corso impresso alla Storia
o sarà la storia a cambiare noi”
fragmento leído en el film que inspiró este poema “Il villaggio di cartone””

4


el nómada tomó la ciencia para habitar un lenguaje
la arropó con las mejores cortezas
haciendo nacimientos
contra el persistente abandono
contra la dejadez
mansa
de la loba que alimenta su hueste y
cuando se desprende un cálido goteo
ancestral cesto
madriguera propicia para arder estival
y guiar las tonalidades olvidadas.

Desde la llama anaranjada
hasta los obligados deltas del nilo.

El nómada palpitó en la garganta
bandadas de cometas hasta las ramas
catando el pozo vertiginosamente
atando el útero que derrama
mon-
ton-
citos de hojas

                -en variadas instituciones fortifican
                  torres de edictos
                  como ficciones en extinción
                  hasta caer en algún atillo

al deliberar su contenido la réplica
casi como un resorte afloja la voz
y delira al fin
        intrépido y consumado
en la rampa como       fruto de pólvora
para impactar en la tierra soberana

tu
identidad
es límite
de mi silencio
borde
al escritorio
entre fama
de salto mortal
y soledad
tu
identidad
no tendría
cabida
en ese
renglón
sin escribir
quicio
girado
germen
más
ver

sol.



   5

tropecé la soga y dejé ganar cierto espacio

al sentido interno
                        extinguiéndose
la sombra y el arte de la distancia

hasta medir
con un artefacto los pálpitos enraizados del afecto
                        y a la vista de lo que pueda acontecer
                        el cerco de una huella.

Levanto una pierna no por ello sin advertir el escaso fondo
como la retribución de un injerto específico

                        al pie, la disección, el tubo de ensayo
                        al pie le dolía tu nombre 
                        inmundo       
                        melancólico, medir la percepción
                        zozobrada
                        como el aleteo fónico de las sirenas
                        aún
                        al regresar
                        al privarse de un Afuera
                        al manejar
                        el fonema de un arpón
                        anotarlo, palpar
                        rechazo, avanzo
                        residuo, resistencia
                        piélago de una materia sin qué.

Algo o alguien que innúmera guarecida las elevaciones
del mar al encuentro de la cima y alguien o algo
escucho
qué!
que             al parecer                 empuja hacia el continente la espuma
de algo más que los días. 

Medir el asesinato
el asedio, el pudor al escribir, la armonía robada. No mediar

hasta valorar
las otras latitudes donde la soledad se completa
como un claro en un bosque de sal
                        perdurable
                        como el sonido de una caracola de mar
                        cuyo cuerpo
                        interpone
                        el chasquido de los huesos quebrándose
                        a propósito
                        la-boca acumulando el abismo
                        la atroz lucha del residuo que-me-a-tra-pa

hasta calcular
la colgadura hembra, procaz
la hendidura hombre, espasmo
deducir la convulsión
la palabra viva
el coño encrespado de la multitud
el favor del silencio que mueve mis labios
con un canto que incrustará mi alma
en el excedente
enardeciendo la distancia
el deterioro definible.
Hojas azuladas que caen en la superficie
su vértigo resplandece
y el verdugo, sonríe su siesta del carnero
muestrea la dentadura
mueve sus manecillas de cerdo con la velocidad de un mosquito.

Hembra y hombre, a-
cercarse a esta cama
vestir la invisibilidad
esta estatua de intemperie
esta lengua, paralizada en el mármol frío
exquisito
afiebrado, académico falocrático, fi-
sura de adiestramiento.

Un pequeño pez plateado aletea sobre la sábana
aletea
reanuda
rastrea los anzuelos
el conclave inestable de una sangre fantasmal
e injerto
sin piedad
tu nausea ya ha cobrado alas

    periferia
extensible
como este fango delante mío

hasta comparar
en uno y encantar Otro
espina
epígrafe extirpado a la planta del pie
amordazando la luna al potro de torturas
sin nombrar la hora, solo tú
en vela, afiebrando los párpados
y pujar con hambre el parto
la masa de lodo
en el torno de esta noche sin tregua
cábala que ha de achicar el corazón
irrigar tan solo un acuífero escalofrío
tan solo
sellar __ boca ___ caer ___ día
nómada la palabra
ir a
solo
desmembrar el decoro, la retahíla lúcida de tus adentros
ir a
lo impuro de la luz
la Oración idolatrada
ese aquietante trasfondo de nulidad.

Proporciono
sucumbo al carácter incurable
encarnizado de tu aplauso
lapso __ herido __ asmático
   sed feroz, sin
doma
en el vértice de tus pupilas
en el vertido de espejuelos que brotan de la fusta de tu silencio
__ porción de máscara

hasta vencer
lo sido, lo que ha de ser
la parte
el demasiado, el tarde y la lejanía
sin entablar __ nosotros
vacilantes y confusos aplegados al alimento
por temor al Otro
el criminal irrealizado
respira, soy donde estoy
para colmar lo que no soy
débil, apocado, apago el aliento
que creíais merecer como un mal de altura
mira, escucha
la primera palabra era impersonal
tú       yo        entonamos la cosa que evoca
sin consumirla, sin consumarla.

Derrotar para hallar paz
sin levantar un arma
eso ocurre
eso está
eso es
tronco oprimido por __  anillos
numerados los gritos __  los surcos de esta habitación
que deriva
que me apunta
sin ser idéntica
te digo, se dice, tu córnea
tu desierto talismán, grito
no soy
estoy
hasta vencer en mí

mi





    6


Es preferible así cruzar
la distancia en términos de altitud
intercambiar la escafandra
y calar el péndulo del aliento
cruzando así la calle con los faros
mudos en una escena de ciencia ficción,
cruzar, en salto de esgrima
cruzar retornando
con las artes marciales del amor cruzar
otro, horizonte
en un dedal
que fluye
y nos dejamos ver en altiplanicies
con carros dentados avanzando.
me das los hijos que bebo debajo de los puentes
cuando a gotas es
un cuerpo
cae
sobre otro
no obstante desgravitar un cuerpo del agua
es, exponerlo con los lazos semánticos de un estanque que solloza
un estanque guarecido por perros
y árboles enormes
sin decir
el encantamiento del fuego
atízame con esquiva retrasando el pie.


    7

PRE-SCRIPTUM

Lanzar una mirada a ras de suelo

para sentir el aliento de las reses trashumantes

beber la convulsión del invierno

depurar el hueso al reluz del verano

y dices digo algo palabras

sueltas

como piedras que aguardan

¿aguardan qué ?

dime lo qué debo decir

dónde coincidir dónde.

La casa está vacía, las escobas parecen árboles

respiran el vacío

el rastro de piedras hacinándose

desnudando tu cuerpo de cansancio.

No es una muerte lenta

es una muerte desde la infancia.

Habrá ley y orden en este país.

Envenenaremos la tinta del dinero.

Me mantengo en una tachadura, aguanto

el espejo como una báscula

de ceniza,

recojo el acordeón  -szünet-

y aprieto los huesos,

tu cuerpo asesinado es trasparente y lleno de risas

¿quieres taparlo ?

pero el requisito acoge el erizo

con la mano abierta, comiendo de su vientre

la resurrección, la concha le queda pequeña

hasta la siguiente corrección analógica

                engendrar

                la copia

                otra cosa

el rostro siempre es una regla, una iluminación caótica

un autorretrato

que sobrevuela un mar de nubes

satisfecho torna calmado por el polvo de las estrellas

hasta el tegumento que habitan insectos y gusanos

y las conchas egóicas                                 –de paso

el cielo parece no querer nunca preguntar

ni mancharse por los límites,

el cielo sólo es cielo en su caída

en esa larga ocultación de lo que soy

¿pero qué soy ? Yo, dije.

Una raíz germina hasta el vértigo y grita

para no perder pie y no cesar de fluir a la vez.

Tormentas de tierra preñando la nostalgia.

Vacilo al decir yo, caigo sobre la ruina impregnada

sobre el otro, los otros me abrazan

y no son ni tú ni yo

sino la totalidad

resonante al rutilar el caparazón.




poema tal vez inspirado en el film “Sátántangó” de Bela Tarr,


8

Se muda piel bajo tierra hasta sentir lluvia
beberla y frotar el trazo

tierno liquen lírico fuera de la pila

pectoral

        abierto de pulpa uterina

esta luz

—¿esta luz?



esta luz
solar o nimbo que nutre el nexo
en voz baja

—¿baja?


casi muda
se calla el nombre hasta sentir el desconcierto
moldeado por el aliento de un tiempo...


Mesa redonda de precipicios a solas.


Mundo que devora lo incomestible
y asedia mi cuerpo aún sin nombre,

informe.

Huida demorada.
Mitigo esta piel en la inocente matriz.

9


Adherido a las eternidades perdidas
cada atardecer enreda mi pensamiento
en la terrosa experiencia

en la devastadora evidencia
donde entran cuerpos extraños
entornando sus ojos con secreción de culpabilidad
como incontenibles marionetas encolerizadas.


Apartan sus ojos del e-kit de belleza utópico
un instante
para morir al fin de un modo natural.



¿Cuál es tu estado?

¿En qué estás pensando?



10



Soy un respiro para ti

aire, acorde, abanico de palabras

posibilidad.

( Ir y venir)

/Viaje

11


Pequeños detalles subterráneos despiertan y sacuden

el equívoco; contorno sin importancia

sacuden el silencio hasta la nutrida zozobra

de un ojo cerrado

devorado por el encarnizamiento de cierta hierba

que entra           entre alma y alma

entre página y página

sale.



Traspasa y deslinda como puñal manso

la gravedad del grano.



La profundidad; es difícil. Hace correr la sangre afuera.



Borra el jeroglífico

                        No matarás.



Tendrás que zanjar y callar,

pútrida ca(u)sa errante.



Bamboléas tus cimientos alzando

la democracia de lo superfluo.

(Algo sin resolver)

/Desmedir




12

Mi paz tiene un borde o boca

un cuestionario para pájaros sin doma

en lo oscuro,

arden, expían preguntas y alumbran

el acebo en esta orilla que ya no se detiene.


Hay palabras que se arrastran como muebles hacia el torpe

trozo              centro-       que desea la boca y acorta

la respiración

ante el manojo de niños que constelan la casa.


Las nubes no se detienen.

Las nubes y los niños y los pájaros arrastran

las pavesas describiendo la parcela arrasada.


Entre todos, hacemos la soledad.


Mi paz, borde o boca

rostro que se resiste a la posedumbre

y a las penalidades de una tierra estéril celebra la ceniza y la fatiga.


Los niños aprenden el rostro.

Los pájaros desprenden la rama.

Las nubes todavía dulces, conservan mi cabeza en la altura.


Aquí medito

alejo mi boca para alcanzar otras aves

para estar contigo

y para que mi boca medite tus males

y caigan

para no levantarse más.


Mientras.

En la punta de una flecha cuelga tu miedo

apunto a un espejo vacío

que late

nada más.


Mi meditación

un


rostro.



13

a Alba Ceres y

Arturo Borra





Transparencia.

Tragar el párpado y el tic-tac del sol hasta sudar el desierto

predecir ebrio la cavada noche de las alimañas

las más remotas

las que tragan herida y ahogan la sed cuando duermes.


Trashumancia.

Al decir yo impalpable, pronunciar el nombre imperceptible

híbrida la ausencia de una ausencia, senda

Otra la

que desencadene diferentes escalas en tu pensamiento

errante, miras abajo. Añoras la tierra.



I 

AUNQUE demasiado pequeño intercedo desde abismo

labio menguante o fulgor que versa mi mano en murmullo

al silencio

al viviente

cuando muro y muerte y hablar no se diferenciaban

de la honda meditación para atrapar la salvación.

¿La recuerdas?

Otra tiranía que ser para otra que me piensa

como erosionado caracol entre tus piernas hasta la precoz

gota de rocío; caerá sobre una brizna de hierba

se esparcirá con la enfermedad y el desnudo festín de tus amantes

Oremos; dadnos el pan de cada día

llenemos de harapos y consiéntenos todo, bienvenidos

sean, saliva perdida de cada día…



¿Cumplo la imperceptible e intangible edad…

el por qué de tanta ausencia…?



Desgarro el paladar en un espinoso regazo de alimañas

las más remotas

cuyo ascenso arrastra el ruego de las muñecas al sol

el arco absorbente de tu sangre y

tensado el cable, danzará la cuerda…

“llueve tan rígido

en los lugares de la blancura”

… ninguna sed, me transforma en blancura, harapo

que arranca derivaciones por suerte nodriza expulsamos

lo ojos para llenar de lodo nuestra ingravidez.

“El viento llora

y apenas sospecha

qué murmura el agua”

Devorado el hilo trófico, los invitados con el futuro a lomos

caminan al unísono preludiando una eternidad

devanada en un ovillo aún no

                                   concluido,

demorado.



II 

LENTO coral lento coral hábitat tú hábitat tú

en camino confines aurora regresa a los nidos

encarna otros cuerpos nuevos los

mece en sus costados un corazón qué empuñar

la comisura del incendio novicio…



Se deflagra el baile de máscaras con la definición

de una astilla, cristal encostrado en el rostro, sillar

armónico que

                        /pausa los alientos meridianos

y el propio lenguaje; gemación que regurgita un hogar.



El hogar comparte un desierto de huéspedes

un fuego definitivo que nos transmigra  de un zapato

a la contemplación de un monedero.



Frío pálido entre tinieblas, pústulas de paloma y

documentos biográficos para que los recite un mensajero arrítmico.



Se propaga esta cálida tempestad y al rojo escombro

a la puesta de sol

desovan como fieles filigranas feligreses digeridos

a la puesta de sol

como un rudimento que anhela profanos hendiendo el alba

para fines nobles

los más circenses

los más cercanos

aquellos que creen en un futuro que emigra.



Como vivo pienso dijo el más pensativo de los huéspedes

pero la llama lo consumió igual, aún anfibio

su espina, espasmo

transitivación de un lenguaje combustible al sacrificio

con curiosos rizos al absurdo de su territorio.



Llama el hambre Llama el hambre llama hambre llama

la carne anillos de los troncos.



El extraño nudo entre hablar y pensar ardió.



III 

VEAMOS como la sal entibia y serena nuestros pies

el perro de paja, como seca el rabo desde abajo

la peregrina mordida hasta el regazo y su risa salvaje

traga luz y sedimenta y yace con la destreza de lo sagrado,

demasiado perfecta como para alzar el vuelo,

inoculando en los genitales orugas que aprecian el calor

y sobre el tablero la espalda prometida

involuntariamente enclavada. Alas y raíz, contonea

aquellos insectos el rastreo artesano de su morada en

mi corazón descortezado

con la certeza

del alimento.



La réplica a la altura del agujero negro del deseo,

con su alfabeto hermético y su estirpe rumiando

mil veces, arraigando al borde de la consumación

de lo exhausto.

Medito sobre el mapa. Borro el orgullo y la ambición

frívola de las fronteras

que una noche pinté en tu seno y en la mordaza de tu geografía

augur o desperdicio mediúmnico. En la superficie, dicho

avance, alzadas las paredes maestras con entusiasmo

y fiebre

con la arena de desiertos y playas lejanas

así

¿Qué meditación nos salvará?

¿Qué blanda sinceridad del espíritu transforma

la trama en fósil?

así el nido, dejó de existir.



Es ceniza que los ángeles imaginaron de nosotros

sin porción, pero nosotros calculamos el día

en medio de la asfixia para domesticar el tiempo

en una mejor vida

jibarizada entre el trabajo y una pantalla, pastoral

que busca la felicidad sepultándose entre promesas.



El remordimiento confunde sendas

y presencia todas las ejecuciones, rivales

carentes de literalidad concretan el estigma

hasta la más pura insensibilidad.

No tocar tierra. No hacer nido. No nacer.

Así la tierra, también dejó de existir.



IV 

SER memoria de subsuelo. Convengo con mi maestro

por su temblor y su mudez

para sanar el viento”.

Para hablar conmigo mismo

                                   /escribo aireo

                                   pájaros cantores

Nada toco. Nada necesito. Reposo sobre el hueco,

falta de cerco aquel que el corazón enfría

para no tocar

bidentes creencias.

un insecto arrastra el paisaje, es un mu-shin

que me tensa al borde de un anzuelo

como una libélula celeste albergando el misterio

la quietud.

Deshacer la substancia, la esencia; el efecto extirpable

de la promesa con el pulso oscuro de la palabra.



El puente es aire. Es ritmo quien lo eleva.

A la lengua (lo) juro esta nada tan sensible

que encierra todo el uni

verso.

Es aire el puente. Es acunar el hambre

quien allana, la orquídea y la orquídea.



Un gorrión trae el pincel en su pico y lo deja caer

la inteligencia ha sido secuestrada –dice-

            dependerás de las imágenes” pero para un vagabundo

conocedor de la espuma de sus llagas nada duerme,

nada ata

el aire, sólo el aire

la cosa

y

la palabra

—copulan—

Talismán.

Transparencia )
/ Trashumancia




14

Te invito a ti, a ti

coge un lápiz
escribe tu nombre
Recítalo

hasta que doblegue
     por inercia
el filo de la lengua sobre la sombra
que re-presenta 

inmadura
mansamente,

desprende los fragmentos y regrésalos como escamas de plata
         —códices anónimos


Que nos trague la calma
como ancianos sin rostro
descubren sin pena la muerte
cloaca decorada de solidificadas ágoras

                — re ci ta

               tu nom bre 

Persevera el susurro en la geometría
hasta calcinar los contornos del fantasma
en los días superpuestos


Contén la confidencia
sobre una hoja que cruce la entraña
en el hueco de tus manos


Coge un lápiz
escribe tu nombre
recítalo.
/ nómada



15


M
i casa llama por el vuelo de los pájaros
rama, aflora su entraña
limpia el frío humo fantasmal.
*
Luego arranco una hoja
para caer entre vetas que bajan
hasta un campo talado de sombras.
*
Delirante es el camino a seguir
—el canto que cadencia los latidos de gentes humildes
siempre a su alcance.
     ...el rosario de los pensamientos airea la tierra
      el estiércol engrasa su interior
Mi casa es mortal
las polillas me visten de vaga luz
barren los rincones de mi soledad.
      Aún lo sólido, invisible…
Mi casa es natal
le basta con una cosecha por almohada
para plegar en el puño el grano.
     Aún los rasgos, elevándose…
Mi casa desentraña caminos— lentitud
sin distancia que va desatando este arraigo
sin comitiva
buscando en lo blanco el sólido umbral
otorgar, fuerza a la justicia.
     Aún el miedo nos ocupa…
Mi casa niega el certamen
quiere interiorizar tu rostro
antes de escuchar
antes de pensar
al raso— sin poseerlo.
Hacia la morada delirante del paisaje niño
sentado sobre un esbozo contra la muerte.
Oblicuo color templando la mudez.
     Para sanar el viento…
( este lugar el viento… )
/ equilibrio

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