27 de noviembre de 2013

siempre y cuando / Antonio Méndez Rubio

 
 

Antonio Méndez Rubio,
2011 / ABADA ED.




BALADAS DEL RIGOR

 

1/

 

Entre tú y mi deseo

está la debilidad:

todo el exilio necesario,
todo el estrago

de avanzar hasta aquí, por la piel

aún en sombra,

sin tener el secreto.

 

2/

 

Y todo

es gracias a tu caída,

sin que nadie haya tenido que hacer nada,

en el umbral de verdad, por

debajo de un musgo que se aparta

aún. Se ve el ir

de las nubes. Me

cambia la voz

solamente de ver un árbol.

 

Te puedo dar mi palabra.

 

3/

 

Sien del apuro,

                        cercada

por una punta de azar,

huella del

tiempo en la harina:

de esa renuncia

no se distingue adónde sales

a prometerlo casi todo

y acabas por sufrir, cómo no,

ante el fin de una voz cualquiera,

una vez con cada nueva imagen

siempre

de sí misma.

 

4/

 

No

solamente no

llevas la cuenta

del goce

de las aves albas

cruzando por igual

la ocasión en el aire

sino que

la suerte es tuya

que no dejas de descartar

el cielo encima.

 

5/

 

Yo no puedo absolverte de lo que me cura

mientras haya, a plena luz

o en sombra,

un lugar entrevisto

en el que lo que se refleja

esté por todas partes

a punto de empezar.

 

6/

 

[Hechaloth 2002] - Anselm Kiefer
 

 

LA EXPEDICIÓN

 

2/

 

Eso que con el tiempo pasa (¿se dice así?)

tiembla en las cuerdas sacudidas

suavemente, sin ningún esfuerzo, sonando

bajo un cielo que no parece posible

en un plano de eternidad.

 

Esa humedad atraviesa la tierra

desprevenida. Se pone esa condición

para que haya un secreto.

Quien no desee una paz ni olvido

que baje la vista, o que

levante la mano.

 

3/

 

Presentir es servil. Conversar a la sombra no es menos apropiado que pensar un símbolo, en una solución. Toda la espalda descansa por fin contra la tapia por la que trepan las enredaderas. Sobra confianza -¿sabes? de esa certeza se pega a los perros. Se habló del cierzo mientras era inminente y otra cosa distinta, de hecho, era (y aún sigue siendo) poder despertar: así se acaba por zanjar la espera. Así es también como, a cambio de nada, el abandono hace de mi mano, aunque no se mueva, un saludo a la tierra, un surco innecesario trazado con un murmullo de agua.

 



Abdul Karim Majdal Al-Beik - " massacre"
 
 

“Sería ridículo y extraño asombrarse sobre algún acontecimiento de la vida” Marco Aurelio.

Sin embargo el acontecimiento contiende la sombra a modo de debilitamiento. A inacción. El personaje prima sobre el actor. Digamos, que nos han quitado la posibilidad de asombrarnos de nosotros mismos pero, ¿nos han arrancado el poder del extrañamiento? Ahí donde debería haber alas y hay frías cadenas ¿no surge la mirada del Otro? Está claro que todo el poder, el antiguo poder de lo simbólico nos cerca fuera de lo real, disueltos,  mitificados por desquiciamiento. Despellejados por contrato, fatiga ebria de análisis finitos. Dejémoslo a manos del destino. A la posibilidad. A la semejanza. Dejarse morir. Gobernar el futuro mediante la tecnología y la ciencia son las aspiraciones de megaempresas financiadas por la Unión Europea y las políticas internacionales.

Querer vivir. Oh qué quimera! Tierra prometida al poeta! Su experiencia qué felicidad! Ironizo claro. Pues sólo el poeta promete esa tierra, su palabra, promesa y no costumbre. Viento contra la ceguera, contra la pasibilidad, contra lo visible. El temblor de un querer vivir. “De un suspiro. Todo o nada”. Es decir; que no nos quiten la palabra. No somos lanzados al mundo, somos lanzados a recomenzar desde la nada, trascender desde el movimiento de las síntesis, cerrando conciencias. Mecánica social. Sin embargo el todo o nada se abre a la erosión exterior de toda causalidad, querer vivir, llegar a la potencia de todo cuerpo existente. Amar la vida, el cuerpo, el rostro, a fuerza de haberlo perdido. Mi padre, algunas veces me recuerda cómo de niño muchas noches escuchaba los fusilamientos. Nosotros, hoy, estamos insensibilizados para escuchar la continua desintegración.

 

NO HAY MÁS

(La columna de los ocho mil)

zu den Stimen

von Estremadura

Paul Celan

 

1/

 

Agua oscura, perdida
sombra nueva de una nube,
cruzadas por llegar a la extrema
de la tarde. Sola
huella de la salud.

 
Si tuvieras memoria
nada sería distinto.
 

Tu única cita
acaba de terminar.

 

2/

 

Derrota sin lugar,

hueso del alma.

Sigue.
 

No obstante,
una reserva suya
habla por la falta de un mundo
del que hay que separarse. El negro
de un centro de amapola
tiene algo de la tierra removida.
A su modo huele. Obliga
a la fecundidad
devastada
del fruto.

 

3/

 

“O no sigue. Sólo

desprevenido prende”

-se deduce del cielo
cada vez más azul.

 

Esa esperanza
¿es por lo menos una huella?

 

4/

 
Lecho de ramas
secas. Aunque ya sea de noche
vuelvo a no saber mirar
la luna bajo la que dura
tu encanto atroz. Aquí,
poco antes de la madrugada,
se afirma que sin querer
la escasa luz,
la inclinación de los olivos.

 

5/

 
Sobre mí, la atención
del cielo desciende.
Ni se oye ni no se oye. Creo
que suena tan lejos
el aguacero
que hay gente que no lo ha olvidado,
que la hierba rebrota encendida
del todo. Desahoga.

                                   Brilla
dándole sustento al azar,
con cualquier condición,
 

en vez de aquí.

 

6/
 

Después de pasar la era
velan
pruebas intactas:
ventanas en la noche, ciegas, desnudas,
inmóviles por la cal
y las sombras del muro
que fue blanco,
                        en silencio,
exangües de esperar,
que ahora dan sin sentido
al cielo donde están las estrellas.
 

7/

 
Ceniza sin aire,
palabra.


Tú eres la última
presa.

 
***
Documental sobre la tragedia de la columna de los ocho mil. Aquí
***
**
*
 

Antonio Méndez Rubio, 2011 / ABADA ED.
 
 
 

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