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Una lluvia
de pétalos de cerezo cae sobre mis ojos dormidos
entretanto
Mis dedos
impregnan una sombra probable en los bolsillos
impregnan una sombra probable en los bolsillos
Una melodía
al límite
Lagos
abastionados de osamentas obedientes
Palabras
incontables hasta la atalaya
Anticipando
el cuerpo
brotando de un
largo sueño
_
Algo o un
movimiento ejecuta un pacto en mi sombra
Pretexto
Compasión de
soledad
que en mi
hora de habituada conducta en penumbra
en mi pájaro
de agua
en mi sonrisa
secreta
en mi Creta de
labios como conchas centinelas
firman el
convenio de la otredad
_
Nacemos a
nuestra imagen y semejanza
entretanto
es palpable
una piedra redonda y suave en mi bolsillo de papel
Ajuste o
mensaje del arroyo nítido al cruzar los pasos
mensaje del arroyo nítido al cruzar los pasos
los pasos
los pasos
los pasos
los pasos
los pasos
En
propiación a un mantra
entretanto
Una lluvia
de pétalos de cerezo cae sobre mis ojos dormidos.
***
**
*
Esa piedra en el bolsillo, el puente, la paupérrima certeza que nos dice que "somos"...
ResponderEliminarla certeza de que vos y yo nos decimos en un tiempo
ResponderEliminarJoven Cuervo; a veces incurrimos en la otra certeza... aquella de lanzar la piedra a uno mismo, al centro o pozo de cuerda para otros y he ahí la única irrefutable certidumbre... de no hallar fondo
Y... no creo que nos diga "somos" por ser el presente, por lo menos el mio, tan frágil... Un abrazo, gracias por el puente amigo.
La lluvia sobre el sueño perfumado.
ResponderEliminarEl perfume enrojecido en los labios
Mientras tanto la paz.
Mientras, los ojos cerrados...
Los tuyos adormecidos
y llego en el viento y te bendigo con el beso que sobre los ojos cae, como hojas perfumadas de cerezo.
Hombre bello!
Besossss!
Distingo salpicando de armoniosos jardines el perfume de tu sueño.
ResponderEliminarUn intervalo con el logro propio de una escritura en tiempo real.
Esfuerzo repetido.
Para luego, en la penumbra de la noche, acunarte en el hueco del sueño.
Es muy bello esto. Decirte que esos pájaros de agua me salpicaron, y poco más puedo añadir,pues la fiebre se abate sobre mí cargando en su pico toda lógica, y me temo que aquí sólo dejaría grandes absurdos.
ResponderEliminarCuando veo fotos como esa, me da la sensación de que fuiste un niño-adulto. ¿Ahora te toca la hora de ser un adulto-niño?
Por cierto, hermano, que en estos últimos tiempos todos los puentes se me antojan fallidos...Besos
Los pactos en la sombra de la otredad pueden ser libertad o condena, todo depende del giro en el vuelo de ese pájaro de agua, de la naturaleza calcárea o sedosa de esa concha dibujando la sonrisa secreta, perfecta, mostrándose brillante en la noche para servir de camino bajo los pasos, o puente. El puente, piedra a piedra la piedra como base rítmica del mantra, y en la otra orilla, el cerezo, el que espera para deshojarse con dulzura y cuidado extremo sobre nuestro párpado tendido sobre el sueño. Y sobre él, el viento, la melodía, que acompaña y aligera el paso del paso de un lado a otro del puente……..que arropa, como ese chelo que es en el fondo el rumor más profundo del fondo del mar……su vientre…….
ResponderEliminarHermoso poema, hermoso niño y hermosa la lluvia de pétalos de cerezo cayendo sobre tus ojos dormidos….
- Vera …las fotografías son sustancias muertas, naturalezas muertas de una limitada historia a fin de entrar en informes subjetivos. Gracias por dejarte salpicar. Lo de “grandes absurdos” es de temer? …en ese caso siempre soy recipiente.
ResponderEliminarBesos.
- Maquinista …esos pétalos sobre los ojos dormidos no son otra cosa que la búsqueda del lenguaje, lenguaje en el silencio. Antes del siendo. Antes del lenguaje que aísla y sepulta. La música de Abe me sugirió estas palabras y no hice otra cosa, que unir un discurso al ser del hombre, lo Otro.
Un Abrazo.