c c rider |
Un payaso tiene la capacidad de ver las cosas a través de los ojos de un niño. Un payaso no permite que la edad reduzca su manera infantil de ver el mundo, aunque crece más en el temor, a medida que aumenta su edad. Un payaso trae la felicidad donde hay tristeza, donde está la sensación de infinita sabiduría, una oreja a aquellos que necesitan ser escuchados, una lágrima cuando alguien tiene que estar triste. Su maquillaje o vestuario son la declaración de principios a su contorno que no es una persona común y vulgar. Es alguien especial. Alguien que no sólo va a pensar dentro de la caja. Alguien cuyas grandes zapatos y nariz son pequeñas en comparación con el tamaño de su corazón. Alguien que te hará sentir como si fueras la persona más especial en la vida. De este modo, dan de su corazón para que ustedes puedan sentir mejor...
y de alguna manera antes de que te /
lo hace.
Es inverosímil encontrar el enlace
de este video coloco sólo el link por ser
extenso
Y del humor en la filosofía pasamos al del arte
en este caso visto desde los ojos del pintor Mark Rothko
El dilema del artista
por
Mark Rothko
¿Cuál
es la idea que la mayoría de la gente tiene de los artistas? Si reunimos mil
descripciones el balance final es el retrato de un inútil: se le considera
infantil, irresponsable, ignorante o estúpido en los asuntos prácticos de la
vida. Esta imagen no supone condena o desprecio. Estos defectos son atribuibles
a la intensidad de la preocupación del artista por su fantasía particular y a
la naturaleza poco realista de lo fantástico. La cómica tolerancia que se tiene
para con el profesor distraído es aplicable al artista.
This odd cartoon, now in the public domain,
features cartoon savages morphing
into members of Louis Armstrong's band.
Es hora de comerse a Betty Boop
features cartoon savages morphing
into members of Louis Armstrong's band.
Es hora de comerse a Betty Boop
El alegre autosacrificio sin dolor del clown, el payaso, podría nombrar lo sagrado y no ser insulto, pero supongo que entonces, al elevarlo en pedestal y querer mantenerlo intacto, observado pero no sentido ni reído, su existencia se volvería pétrea y triste y aniquilaríamos la magia........Mejor, entonces, así, haciéndonos reír desde la pista, o en la esquina de la plaza, sin posicionarse en la superioridad que le corresponde para no hacernos sentir ridículos (porque lo somos ;))
ResponderEliminarConsiderar inútil a un artista es como considerar inútiles a los niños. Por suerte para ellos, ambos, artista y niño, juegan ajenos al mundo con sus ojos y sus manos, vuelan, y construyen sus propios universos y cerezos y barriles y manzanos. Por suerte para nosotros, siempre se vuelven sonrientes y generosos hacia nosotros, con la ofrenda de su obra entre las manos.
Sin duda es usted un niño, un artista, un clown ;))
Un abrazo (y que le aproveche Betty Boop, genial vídeo!!)
(PD: volveré a ver a Russell y a Copleston, pues no me ha quedado claro si existo o no, si soy ser necesario o contingente, si lo que soy lo soy en función de la causa primera del...............sí, mejor re-visión)
Feliz fin de semana, Rider.
Hay que atreverse a preguntarle a un niño, qué ve en nosotros... o a un payaso, o a un artista...
ResponderEliminar¿Cuál es el juicio válido? ¿El del señor con traje y laureles?
Creo que hay que rasgar la cáscara despacio, ver el color de la pulpa, oler, morder... y después, recién, podremos hacer un intento de expresar como sabe, y estoy segura que cuando yo la describa dulce, vos me dirás, no tanto.
=)
Te beso
El concepto de payaso que se despliega en el artículo tiene mucho de realidad, pero al mismo tiempo considero que el payaso puede ser un artista que sabe hacer reír. Los artistas que representan a los payasos tienen la tendencia de pintarse caras tristes o alegres con un dejo de tristeza seguro porque con ello se acercan más a la realidad del mundo. Me acuerdo de Garrick en Reir llorando nada más patético que Garrick más que un poema llega a ser una novela con la infinita penetración en el alma del payaso. En fin me quedaría hablando mucho más de lo que siento por un payaso pero sería interminable.
ResponderEliminarMe parece muy interesante tu post claro, como todos los que cuelgas.
Un fuerte abrazo y disculpas por pasarme hasta ahora, pero he estado un poco liada con el tiempo,
Saludos cordiales.
"una oreja a aquellos que necesitan ser escuchados, una lágrima cuando alguien tiene que estar triste.".... y no es ésta la mejor definición de un amigo, :))
ResponderEliminarBesos, Daniel
El payaso es un ser con muchas caras y, por eso, muchas definiciones. En efecto habita en el afuera, en las afueras, en el límite en el que(siguiendo el vídeo de los filósofos)la contingencia se encuentra con su precariedad y le da por pensar en el ser necesario o así. Gracias a Dios(sic), el payaso viste con grandes zapatones y si intenta un salto teológico se tropezará y provocara la risa, la sonrisa, la carcajada. No sé si existen religiones que disfracen a dios de payaso (quizás las hindú o los cultos báquicos, no sé). El payaso es el signo de la contingencia y la no-necesidad, de la posibilidad de ser un cualquiera, cualquier cosa... y de la tristeza, alegría, libertad y dependencia que genera esa realidad.En tu texto aludes al payaso que hace florecer flores marchitas y eleva el ánimo. Me lo bebo que estoy en racha de necesitar que me florezcan las flores. Pero hay otras faces del payaso que me provocan reflexión y que son más desgarradas (Hace un par de años, en la vieja tortuga, escribe una serie de textitos sobre los payasos sobre imágenes de Cindy Sherman, te dejo, por si te interesa, el enlace del primero:http://www.ctsiessandoval.blogspot.com/2010/03/depredacion-de-si-payasos-1.html).
ResponderEliminarUn saludo y una hermosa flor marchita.
No dejar que se marchite la mirada infantil sería genial, y es de agradecer que payasos, artistas y otros tantos nos permitan compartir su visión infantil del mundo para hacerlo más humano. Esa visión de la infancia en la que el pasado apenas existe, el presente es un suspiro y el futuro un mar de sueños infinitos lleno de ilusiones y esperanzas, un gran misterio que se aguarda y se vive con gran expectación dispuesto a dejarse sorprenderse por el más ínfimo de los detalles. Ellos son capaces de apreciar la belleza de la flor marchita, de su belleza pasada y de las semillas que esconde en su interior e imaginar olores y colores a las flores que vendrán. El mundo requiere de más inútiles de este tipo, menos preocupaciones por las cosas prácticas. Hoy que ha salido el sol, y se intuye la primavera voy a salir a pasear con la mirada de un clown, a revestir los árboles desnudos del invierno y rebrotar la hierba quemada por el hielo. Un abrazo bien grande Rider.
ResponderEliminarEl video de Louis Amnstrong genial (a veces tengo la sensación que las sociedades envejecen como todos los organismos, que la visión infantil de los artistas, dibujantes ya no puede ser la misma que la del pasado, que la memoria colectiva e histórica nos impide ser niños, y con ello robamos cada vez más rápido la infancia de los niños... los dibujos, el arte ya no se puede permitir hoy en día tener este carácter infantil, despreocupado que tenía en otros tiempos), el Russell y Copleston lo añado a mi colección de vídeos pero no puedo comentarlo en estos momentos, necesitaré un par de visionados más para poder hacerme una idea... interesante sin duda.
Un payaso tiene la capacidad de ver las cosas a través de los ojos de un niño.Me gustó esto que dijiste, pero de igual manera creo que al expresarse tanto algun trauma deben de guardar y mas fuerte que cualquier otro ser humano y aqui su necesidad de exteriorizarse mediante risas, y ocultarse debajo, siempre detras.Que mejor regalo de regalar risa, no hay nada mejor.
ResponderEliminarLos payasos me han dado siempre un poco de miedo. La obligación de su naturaleza de hacer reír, no saber qué se esconde detrás de esa sonrisa falsa pintada. Ellos deben hacer reír, porque sí. Ese es su trabajo. Su dedicación. Muchos comienzan como desarrollando su vocación, otros es el sustento para sobrevivir, mientras tanto, su público, se paraliza absorto en sus chistes. Suelen ser niños, ninguno se preguntará por qué el payaso tiene la mirada triste, o por qué cuando se da la vuelta deja de sonreír.
ResponderEliminarSiempre me han dado algo de miedo los payasos...
- A raíz del visionado de i clowns de Fellini y uno de los ocho libros que posan en mi escritorio surgió esta entrada. La manera de insultar de un payaso me parece original, en una sociedad que tosteroniza los insultos y gasta incluso a veces ingenio. El payaso al igual que el artista y el niño, son ojos de una misma pro-testa.
ResponderEliminar-Maquinista. “sin dolor”, si se tratara de un parto diríamos que no hubo luz y no la hubo, ya existía antes que Dante y el hombre. Al aceptar el estímulo, el dolor, acaparamos la atención. Ponemos la pluma en vilo y nos cargan de palabras. Nos remiendan los bolsillos con la sana intención de recaudar nuestras sombras. Y el autosacrificio no está lejos, no no…. ya parezco yaya del quinto. Quizás en el rellano de la puerta. Me siento agradecido al escucharte en cambio. Serán piezas tal vez de un buen taller?. Hace poco te hablé del “primer motor” y te hablé de azar. Creación es el ridículo expresado sin postraciones. Me habitúo a colorear las calles con los primarios del traje del payaso hasta los interiores de mi ridiculez. Pero no me habitúo al estrecho jarrón de la realidad. De agua de flor obviamente le aconsejo algún film de Chaplin estos días está en las pantallas.
- Corina. El juicio válido hace tiempo ha fenecido. Perseverando aún en estos tiempos en ajusticiarla si no es amaestrada con alta definición. Y sí, dime dulce. Las cortezas y las esencias jugosas aprehendidas en boca de quien osa y desea.
- Pluma Roja. No queda duda. El payaso nos hace reflexionar. El artista es la reflexión. Concuerdo en la multiplicidad de rostros del payaso, pero bien dentro de dos o tres tipos creados en la historia del circo. Amo el arte del payaso y amo la payasería del artista. Del escritor Karl Kraus me gusta su espíritu shakespeariano donde ve el concepto canallesco de la realidad. Conocía de mi infancia al clown Charlie Rivel. Te puedo jurar que no hay nada más redentor que ver una actuación suya. Descuida en tus disertaciones, la calidad de tus palabras no dice nada de si en mayor o menor medida has de extenderte. Para mí siempre es un cálido aliento recibirte.
- Carmela. Y no existe mejor salario que el de la amistad.
L - Depredación.
ResponderEliminar…de tierra, de caminos, de puertos, del cierre de la jaula, de silencio, en las afueras, expósitos, textos, imágenes, incluso la carpa deshaciéndose de la raspa de ballena con el bastón de Chaplin y los volteos del equilibrista, es magnífico el enlace que me recabaste y entonces debo contestarte en silencio. –En el 28 Chaplin no estaba en su mejor momento, “quimera del oro” embargada y parada “el circo”… “La voz rompe la fantasía, La poesía, la belleza del cinematógrafo y de sus personajes. Los personajes del cinematógrafo son seres de ilusión y su naturaleza se deriva precisamente del silencio en el que viven. El cine es poesía y belleza creadas en un mundo de silencio, y sólo desde ese mundo de silencio los personajes pueden hablar a la imaginación y al alma de los que contemplan. Hacerlos hablar es anular todo su encanto. Poner voz a las sombras es una imbecibilidad y un error, tolerable sólo como negocio, pero inadmisible como arte”. Bueno, hizo negocio, también habló en el gran dictador. Cómo ves en la precariedad sobrevive la depredación, y que fácil llamar decadente
estar fuera de sí como un clown
hace más cercano el no-ser
Espero que sean crisantemos y pétalos los que coronen el cáliz de tus palabras.
Caídos en la lona la filosofía y el mimo.
- Aka. El sentimiento en una sociedad virilizadora extravía la mirada infantil. Intenta. Todavía no se ha inventado la gran pantalla que dicte lo que hemos de hacer pero porque los intentos son múltiples ya. El hombre que detiene un tanque en la plaza de Tiananmen tiene intacta esa mirada y el extravío del payaso que se pone en la boca de un cañón. Ahuyenta. La flor sigue intacta entre las ruinas. No hagas mucho caso a Russell y menos a Copleston, yo no me canso de leerlos y escriben entre ruinas como se comen los gatos de Cheshire. Es tan fabuloso como un solo de trompeta de Louis o el néctar de un licor desconocido.
- Guepa. Adquirido el rito queda tan atrás el impulso, el salvoconducto del inconsciente. En las sábanas de la mente están los otros que fuimos pero nunca el que realmente somos. El payaso señala. No juzga. Exterioriza.
- A solas. Con un payaso la cuestión es saber cuidarlo. Gracias por sus palabras,
ResponderEliminarUn fracaso celebrado..
ResponderEliminar1
Me considero un poeta , en tiempos de emprendedores,
o un aprendiz de profeta en tiempo de perdedores:
un fracaso de marketing,
un fracaso programado;
de lo propio, despropiado...
Un fracaso,
que me da, muchas ilusiones
y alguna felicidad.
Otro día, lo acabo de explicar...
El experto no hace de la escritura ( o del arte) un lugar de experiencia, ya que precisamente solo puede aventurarse a la experiencia de su propia transformación quien está dispuesto a perder lo que ya sabe