29 de enero de 2012

Hoy



El poema como gesto, Chantal Maillard
Una gota de agua sobre una hoja es infinita. Esa gota de agua en esta hoja, ahora, en este instante. Es la experiencia del haiku.

Quien fuese capaz de mantenerse en esa inocencia del inicio, preguntando como aquél niño ¿cómo se llama esto?, viendo el “esto” antes de que el concepto lo enturbie, lo…vele, no recurría a grandes palabras en sus escritos. En vez de escribir la muerte, por ejemplo, haría intervenir a una persona muerta, infinitamente ausente, o en vez de escribir el amor, escribiría… ¿qué escribiría?

Es difícil escribir sin ideas. Las palabras que dicen los sentimientos están cargadas de ideología. Los sentimientos se inventan, se fabrican de acuerdo con los modos y los usos de cada época. Y, luego, rodando, como pelotas empujadas por los escarabajos, aumentan de tamaño. Y acumulamos, un lastre. Sentimos como pensamos. Y llega un momento en que somos incapaces de saber qué podría haber si prescindiésemos de ello.

No quiero pecar de purista: el ojo no es inocente, nunca. Es evidente que ver es reconocer, que sin cierta “decoración de interiores” en la mente, no percibiríamos nada. Que la visión está cargada de teoría es un hecho. No existe eso de percibir el mundo en su original pureza. Ver es pensar y no se piensa en vacío. Pero por eso, precisamente, esta el poema. Trazándose. Cruzando los hilos, esos que la mente segrega, más araña, la mente, más poiética en su hacer teórico que el poema.

Pero, ¿habremos de seguir llamando cosas a “las cosas”? ¿No será mejor hablar de acontecer, de ritmos, de in-tensidad sonora? ¿No será precisamente debido a eso, debido a la costumbre de fragmentar, de cosificar, y de la forma en que la gramática de las lenguas indoeuropeas asegura una determinada articulación del mundo (a su imagen y semejanza) que no seamos capaces de soportar el hálito que surge de entre las desgarraduras del tejido?

Aquietarse. Escuchar. Respirar.

Tal vez sea cuestión de elegir otro contexto, otro universo sensorial. Reemplazar los mapas visuales (cosas, lugares, etc.) por mapas auditivos, por ejemplo. Recordemos, en Grecia, la noción “musical” del hacer poiético, el poeta “inspirado” actuando al dictado…La inspiración es una recepción. El poeta recibe algo y lo transmite. Recibe oyendo. Previo al oír, hay una escucha. La escucha es lo que permite al poeta tener algo que decir. ¿Qué tipo de escucha es esta? ¿Un respirar, tal vez?

El diagrama chino que se utiliza para significar al sabio es el de una oreja desmesuradamente grande. El entusiasmado, el poeta oracular comparte con el sabio chino la capacidad de atemperarse, de reducir su tiempo. Y, sin duda, de eso se trata, de un cierto aquietamiento.

Por supuesto no ese un estado permanente; es una actitud. Por eso no existe el poeta, sino tan sólo personas que en ocasionas han sabido aquietarse lo suficiente. ¿Lo suficiente para qué? Escuchemos tan sólo un instante. ¿No será tiempo, ahora de recuperar la escucha? La inspiración forma parte de la respiración. Nuestra respiración. Nuestro ritmo. Pero también de aquellos que tenemos a nuestro lado. El ritmo de los otros, el de las cosas siendo. El de una pared, por ejemplo, el de una piedra…Entre todos, sucedemos.

Hablar de suceso en vez de hablar de realidad permite proceder a la e-liminación de los términos. Hablar de vibración en vez de hablar de hablar de cosas permitiría abrir otro universo comprensivo. Un universo en el que nada se detiene, en el que todo con todos estamos en proceso, un mismo proceso com-partido. Cada cual, una trayectoria vibrátil que converge, se superpone, confluye, desaparece. Yo sucedo al tiempo que esta mesa, que ustedes…Confluencias. ¿Tiempo? Otro tiempo. El de los relojes, no; nada que solidifique las fuerzas. Un tiempo que permita acontecer entre todos y, a la vez, dar cuenta de ello. Entrenarse en ello, en esa temporalidad del suceder tal vez sea cuestión de escucha, no de discurso.

Observemos a un gato jugando con un ser humano. Juegan al escondite alrededor de una mampara. Cuando aparece la cabeza de uno por un lado, el otro esconde la suya. El cuerpo queda del otro lado de la mampara, descabezado. Pero el gato siempre se anticipa al movimiento del humano, siempre sabe por donde va a aparecer. ¿Por qué? ¿Será que el tiempo del felino es diferente al nuestro? ¿El tiempo, o la atención? ¿Es el tiempo una forma de nombrar la atención? El hecho es que cuanto mayor sea el nivel de atención, más se dilata el tiempo. ¿No será que el gato anticipa porque tiene más tiempo para el gesto? ¿No será que lo que nosotros llamamos acierto, para él es, simplemente, el aprendizaje del ritmo, de otro ritmo, del ritmo del otro?

El poema requiere ese tipo de atención. El que escribe es un felino al acecho. La trayectoria es la presa. El poema es el gesto.

Y en el gesto, el ritmo. Ritmo que forma sentido, sentido que, preverbalmente, es una dirección, una inclinación del organismo a seguir una pauta, una traza, un gesto del espíritu -¿espíritu?- del hálito. Expiración.
[Fragmento de la conferencia
PEQUEÑA ZOOLOGÍA POEMÁTICA
de Chantal Maillard]
Betsy y Ella.







Verifico el almanaque de las manos

En la cuerda que me apoya


(Finalmente)


Escrita al cielo




No uso la razón discursiva, irradio en un rubor aplicado, la cursiva que no opone resistencia a mi respiración. En cambio la duplicación, la divergencia; el gesto, la voz y el cuerpo situado aquí y ahora.
Hoy
Betsy me dice aloha
y yo
le abro el alma.

Ella

14 comentarios:

  1. Hermoso gesto el suyo, siempre, hermosa su voz y su respiración...


    (genial Chantal, linda Ella aunque cante la guerra y Betsy...guapérrima!!! ;))

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  2. quien pudiese mantener esa pureza del niño pequeño que lo descubre todo y se sorprende y siente todo lo que sucede a su alrededor, sin experiencias previas, sin conceptos previos que enturbien las percepciones... un texto genial, como la música, y la presentación de Betsy que se intuye en la foto... abre el alma que seguro que te recompensa.
    un abrazo enorme Rider

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  3. Los egipcios cargaban de un valor diferente la palabra “gato”, y quizás no estaban tan desacertados…
    ¿Habrás sido elegido por Betsy?
    ¿Habrá llegado para enseñarte a romper la cadena de segundos?
    ¿A dilatar el tiempo?
    ¿A desgranar el gesto?
    ¿Será que se puede aprender significados alternos, a ver el otro rostro del verbo?
    ¿Te develará la cuerda oculta, la mirada olvidada en la infancia?
    ¿Dónde está ahora? ¿Te estará viendo leer?
    Salúdame a Betsy, y mándale mis felicitaciones por haber sido recibida en Amor, por haberte enamorado, inspirado y por traerte un paquete de significados que aprender.
    Salú!

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  4. Necesito sentarme y reflexionar. Degustar lentamente la palabra de Chantal. EL espíritu de Stalker anda por acá...melancolía...

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  5. Maquinista; en los modos están las permanencias, gracias por respirar estos surcos.
    Aka; en la boca está el gesto, en la inocencia infante el alma…
    Corina; gracias por tus palabras, las deposito en el cuenco.
    Cuervo; … y más todavía.

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  6. Hola cc Rider, me encanta Chantal, lástima que por acá no se la conoce. Un beso

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  7. "Sentimos como pensamos", me quedo con eso. Todo sentimiento es en vano, perverso. Es el pensamiento el que nos lleva al amor, el que nos introduce en él a través de complejos mecanismos. Ya no puedo sustraerme al ser pensante, ya no puedo esperar ese milagro. Antes de tocar pienso que toco. Entonces todo acto es revocable, si tergiversamos nuestra forma de pensarlo.A veces no soporto esta intromisión.Nuestra vida es producto de la ficción de nuestro propio pensamiento.Muchas veces nos hemos pensado como petrimetres en la ficción de algún dios, pero en realidad somos petrimetres en la ficción de nosotros mismos...Beso

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  8. Fiorella… gracias por pasar, a mí también me parece una voz a tener en cuenta, tanto que yo todavía no he leído un poema suyo. Leí un texto llamado Belgica que confrontó todos mis conceptos filosóficos y poéticos y ahora temo no conformar la fluidez necesaria a la hora de leer su poesía. Donde imagino hay una sinfonía de huellas, divergencias sagaces (ahora mi gata se acomoda a mi vera) y gestos paradisíacos donde la expresión no es mero conocimiento. La membrana, el segundo párpado entre las palabras y las cosas decide la química tanto de las palabras como de las… supongo raíz de deseo, conversión o…

    lo primordial es evitar las imágenes sino son vividas. Las imágenes son pavorreales..

    Vera… propio buono sentire le tue parole, la verdad es que nada se encuentra en el lugar que debiera pero de nosotros depende, torpes como somos, nuestra vida es producto de una fisionomía de la vida, llamémosle poliedro o polimalo o… –Betsy carajo deja de meterte entre los libros del estante- creo que Maillard nos reemplaza a uno de aquellos estados que mencionaba nuestro querido Julio en sus morelianas pero con la precaución de desfragilizar la conciencia tal vez -a esta hora Betsy es una diosa- con giros darvédicos o con discursos amorosos como nos tienes vos acostumbrados, discursos que ciñen la imagen en movimiento, rompiendo, recomponiendo el discurso porque vos sabes que escribir es rehacer. Y hoy es el momento, simplemente por ser hoy la cultura una ruina, y cubrir sobre ellas un silencio. Es el momento de chamuscar las carnes muertas. Embullar el lenguaje.
    lo primordial es que nada lo es.

    Sólo Betsy recostada finalmente en mi codo.

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  9. Me pregunto qué querrás decir cuando dices : en los modos están las permanencias

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  10. Paralelo 49 …Supongo que la permanencia sucede por no ser fuente de obligación, por no estar atada a ningún énfasis y ninguna convención. “Sentimos como pensamos” Mejor sería saborear la piedra al decir piedra si aceptáramos la realidad hostil
    piedra
    cae dura y clara
    me quejo y la acuso, lloro gimo grito lamento,
    compongo
    pero quisiera decir piedra y que fuera piedra…

    Respetando las relaciones de la multitud y el mundo propio, la sociabilidad y el comunitarismo sería factible. No rebasar el concepto. Envolviendo el modo de sustancia aunque supongo usando métodos contradictorios, plantando la semilla de la problematización en el centro.
    Supongo que no habré contestado a tu pregunta pero agradezco la benevolencia de leerme.

    Un saludo.

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  11. Fue un placer leerte.

    Lo bueno de no entender del todo es que uno se afana en leerlo más veces, más claro, más alto, más silente; a estar más atento y vigilante como un animal al acecho; a buscar la salida del laberinto. En ese orden-desorden personal que sólo para nosotros tiene sentido, uno tiende a desmenuzar lo que no entiende; a ir más despacio...

    Confieso que yo también quisiera decir piedra, y que fuera piedra

    Saludos

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  12. No debemos obsesionarnos con lo esencial, me corrijo, no debería insertar el vértigo de lo desconocido en mi ramaje. No se articularán nuestras palabras para nuestras irrelevantes vidas hasta que no seamos del todo animal y piedra. Sé que sonará a conceptos espiritualistas que aborrezco, por desidia tal vez, pero afinando el espíritu dejaría el poeta de balbucear, dejaría de importar el corazón y el azar, y dejaríamos de sospechar del mundo.

    Yo también como tú me gustaría decir piedra y que fuera piedra. Pero…
    Hacemos círculos que nos llevan al espejo
    hacia la presencia en la que leemos
    y no está mal


    Saludos silentes

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  13. Me han gustado mucho estas dos entradas de Betsy. Somos en ocasiones tan inconscientes de lo que forja una voz; de todo lo que hay detrás de esa oscuridad brillantísima; de lo que la nutre...

    Leyendo esta entrada me vino a la cabeza un poema de Pere Gimferrer a Billie Holiday, esa extraña fruta. Se llamaba Canción para Billie Holiday
    decía algo así
    Lady Day las gaviotas heridas vuelven a la luz del puerto
    Extraña fruta en el aire el crepúsculo se ausenta

    Con una espada con un guante con una bola de cristal
    la pecera magnética la cueva del pasado el submarino bajo las
    mareas que fulgen
    Lady Day cuánto amor en una juventud cuántos errores
    cuántas tardes hablando qué deseo qué eléctricos
    jazmines (...)

    Lady Day el amor como una libélula


    Por qué no insertar el vértigo de lo desconocido en tu ramaje. Quuizá así seamos más animal, más piedra y seguiremos haciendo círculos que nos llevarán a un espejo y probablemente no sepamos qué es un espejo, sin embargo no dejaríamos de sospechar del mundo

    Saludos, Rider.
    Feliz noche.

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