ANTONIO MÉNDEZ RUBIO
Prólogo de Eduardo Milàn
PALABRAS
PARA ANTONIO MENDEZ RUBIO
I
Pasión es la palabra que define la actitud literaria de Antonio Méndez Rubio (1967): una pasión de discernimiento entre
lenguajes. Méndez Rubio no ve el lenguaje poético como momento privilegiado
sobre otras formas de lenguaje: lo ve como momento específico, no exclusivo. El
rechazo a lo excluyente no subyace sino que se evidencia en esta poesía que,
operativamente, bifurca su modo de acción en reflexión y creación. La reflexión
denuncia estadios de falsa claridad: por ejemplo, la luz (Trasluz
se titula uno de sus libros de poesía) es para Méndez Rubio más una herramienta
que un estado — “iluminación”- al que se llega por una búsqueda de
“pureza” o como intento pseudontológico de desvelar “lo que no es”, epifenómeno
de un cuerpo, el lenguaje poético, que no existe sin esa cobertura de
superficie. El oscurecimiento referencial, la incomunicabilidad sígnica, no
sólo como función del lenguaje sino como algo distinto de la “mentira de ser
verdad” (Adorno), no necesariamente constituye un requisito de fidelidad a un
proyecto de liberación social. ¿Hablaríamos de poesía como liberación oscura? Una provocación, tal vez, pero ¿en honor a qué
claridad? “La luz no: la lucidez…” decía Severo Sarduy.
[
… ]
II
Asomarse
a los poemas de Razón de más es caer atraído en un espacio de tensión del lenguaje
que intenta crearse o re-crearse a pesar de lo que sabe —en especial de
lo que sabe del lenguaje. La tensión gana: es la imposibilidad LA QUE DICE SU
NOMBRE, la que está pidiendo lugar entre la conciencia y su objeto, esa herida
que no deja de manar y que posibilita, por eso mismo, la escritura. Ninguna
resolución: de poemas abiertamente reflexivos a poemas abiertamente
descriptivos la escritura sigue abierta. No hay cierre posible. Méndez Rubio
pertenece a esa tradición de la poesía crítica que absorbe o no, nunca como
imperativo de legitimidad política, la crítica del mundo de manera explícita,
manifiesta. Se trata de la convicción de que la poesía real –poesía crítica de
su lenguaje- constituye un acto crítico a toda dimensión de poder o toda
tentación totalitaria del lenguaje. Por eso cualquier “oscuridad” de sentido no
puede resultar encontrada con la apuesta inicial, que acepta el lenguaje
poético como contradictorio. La poesía es un cuerpo extraño no en las entrañas —ya
hay quienes lo quisieran así- pero sí en las villas de lenguaje —en la
realidad, esas Villas Miseria en donde Zizek ubica a un posible sujeto de
transformación en el capitalismo tardío. Seres que se parecen a la poesía en
esto: tienen y al mismo tiempo no tienen lugar.
MUNDO
QUERENCIA en el horror
consiste.
Se desentierra. Es
como
si nada estuviera de más
el
sin que asume: es por fin el milagro
de
suerte contra el aire
donde
lo
que vemos sin olvidar
nos
desdice.
Más
mundo o menos, de otro mundo.
Sube
la hiedra negra, pero sube
hacia
el único cielo
que,
hecho de azar, nos
asiste.
HISTORIA EL DAÑO
LAS hojas transparentes,
las
más embelesadas
me
hacen daño.
RAZÓN DE SER
1/
EN un descuido, entonces, le escrutaron
el rostro que no tenía y pensaron que lo estaban ocultando. Había vuelto el
calor. Los nogales mecían el aire exhausto. Mientras casi sonaba el sueño de
los pájaros, como una negación que no se olvida, presintió alzarse de la tierra
una luz polvorienta, reseca.
Nada
se oyó después. No era suyo, pero siguió el camino.
1I/
AQUELLA
noche habría sido una
huella que no hace nada de ruido. El sol de la mañana estaba más sereno.
Miró
sin comprender, pero eso le avivaba el deseo de mirar: había soldados hablando
con la gente, un silencio de fondo, un desconcierto mal disimulado. Se encaminó
hacia la espesura, donde pasaban pequeñas mariposas negras. Y se paró un
momento. Agachó la cabeza, como para ayudarse a despertar:
¿A quién dar la razón que había perdido?
3/
ESTUVO junto al pozo del que –se llegó a
decir- volvían sin oírse los desaparecidos de cuando la guerra. Los matojos
cubrían la tierra oscura, la protegían de nada. Era agosto. La visión de aquel
paisaje infértil le removió los pasos: ningún regreso es más fiel que el del
miedo: espera más que reconocimiento.
La luz se dispersaba de otra forma. El
límite de la ciudad podría ser otro, otra silueta de las casas, la sensación de
sudor. Se levantaba cerca un aire nuevo. Pero el cielo seguía siendo
im-
posible.
posible.
[Teruel, 1.005 fusilados, 1936]
A TODAS LAS PREGUNTAS
HUNDIÉNDOSE
esa voz.
Haciendo un agujero
en la tierra inocente, entre la hierba
fresca,
con la mano que existe. Presintiendo
neblina que, mientras desciende,
fulge.
¿Habrá además semillas
sin costumbre
inventadas con una sien de frío?
¿Es desdicha o piedad lo que se oye?
¿Es cierto que hay palomas
que no vuelan sin sueño? ¿Y adónde van?
Aquí sigue la mano,
la insegura.
Haciendo un agujero
en tierra con silencio.
RIFIRRAFE
-LA desaparición ¿de qué se acuerda?
-¿De
lo que saben los ojos?
-¿Cómo
dices? ¿nada más?
-¡Lo
saben de memoria!
-La
luz se vence en ramas que no existen.
-¿Qué
ramas desprovistas? ¿de qué luz?
-Si
no tiene lugar no será un alba.
-De
la que se va en los ojos.
-Sí,
puede que sea así…
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