Antonio Méndez Rubio,
2011 / ABADA ED.
BALADAS DEL RIGOR
1/
Entre tú y mi deseo
está la debilidad:
todo el exilio necesario,
todo el estrago
de avanzar hasta aquí, por la piel
aún en sombra,
sin tener el secreto.
2/
Y todo
es gracias a tu caída,
sin que nadie haya tenido que hacer nada,
en el umbral de verdad, por
debajo de un musgo que se aparta
aún. Se ve el ir
de las nubes. Me
cambia la voz
solamente de ver un árbol.
Te puedo dar mi palabra.
3/
Sien del apuro,
cercada
por una punta de azar,
huella del
tiempo en la harina:
de esa renuncia
no se distingue adónde sales
a prometerlo casi todo
y acabas por sufrir, cómo no,
ante el fin de una voz cualquiera,
una vez con cada nueva imagen
siempre
de sí misma.
4/
No
solamente no
llevas la cuenta
del goce
de las aves albas
cruzando por igual
la ocasión en el aire
sino que
la suerte es tuya
que no dejas de descartar
el cielo encima.
5/
Yo no puedo absolverte de lo que me cura
mientras haya, a plena luz
o en sombra,
un lugar entrevisto
en el que lo que se refleja
esté por todas partes
a punto de empezar.
6/
…
[Hechaloth 2002] - Anselm Kiefer |
LA
EXPEDICIÓN
2/
Eso que con el tiempo pasa (¿se dice así?)
tiembla en las cuerdas sacudidas
suavemente, sin ningún esfuerzo, sonando
bajo un cielo que no parece posible
en un plano de eternidad.
Esa humedad atraviesa la tierra
desprevenida. Se pone esa condición
para que haya un secreto.
Quien no desee una paz ni olvido
que baje la vista, o que
levante la mano.
3/
Presentir es servil. Conversar a la sombra no es menos
apropiado que pensar un símbolo, en una solución. Toda la espalda descansa por
fin contra la tapia por la que trepan las enredaderas. Sobra confianza -¿sabes?
de esa certeza se pega a los perros. Se habló del cierzo mientras era inminente
y otra cosa distinta, de hecho, era (y aún sigue siendo) poder despertar: así
se acaba por zanjar la espera. Así es también como, a cambio de nada, el
abandono hace de mi mano, aunque no se mueva, un saludo a la tierra, un surco
innecesario trazado con un murmullo de agua.
Abdul Karim Majdal Al-Beik - " massacre"
|
“Sería ridículo y extraño asombrarse sobre algún
acontecimiento de la vida” Marco Aurelio.
Sin embargo el acontecimiento
contiende la sombra a modo de
debilitamiento. A inacción. El personaje prima sobre el actor. Digamos, que nos
han quitado la posibilidad de asombrarnos de nosotros mismos pero, ¿nos han
arrancado el poder del extrañamiento? Ahí donde debería haber alas y hay frías
cadenas ¿no surge la mirada del Otro? Está claro que todo el poder, el antiguo
poder de lo simbólico nos cerca fuera de lo real, disueltos, mitificados por desquiciamiento. Despellejados
por contrato, fatiga ebria de análisis finitos. Dejémoslo a manos del
destino. A la posibilidad. A la semejanza. Dejarse morir. Gobernar el futuro
mediante la tecnología y la ciencia son las aspiraciones de megaempresas
financiadas por la Unión Europea y las políticas internacionales.
Querer vivir. Oh qué quimera! Tierra
prometida al poeta! Su experiencia qué felicidad! Ironizo claro. Pues sólo el
poeta promete esa tierra, su palabra, promesa y no costumbre. Viento contra la
ceguera, contra la pasibilidad, contra lo visible. El temblor de un querer
vivir. “De un suspiro. Todo o nada”. Es decir; que no nos quiten la
palabra. No somos lanzados al mundo, somos lanzados a recomenzar desde la nada,
trascender desde el movimiento de las síntesis, cerrando conciencias. Mecánica
social. Sin embargo el todo o nada se abre a la erosión exterior de
toda causalidad, querer vivir, llegar a la potencia de todo cuerpo existente. Amar
la vida, el cuerpo, el rostro, a fuerza de haberlo perdido. Mi padre, algunas
veces me recuerda cómo de niño muchas noches escuchaba los fusilamientos.
Nosotros, hoy, estamos insensibilizados para escuchar la continua
desintegración.
NO HAY MÁS
(La columna
de los ocho mil)
zu den Stimen
von Estremadura
Paul Celan
1/
Agua oscura, perdida
sombra nueva de una nube,
cruzadas por llegar a la extrema
de la tarde. Sola
huella de la salud.
Si tuvieras memoria
nada sería distinto.
Tu única cita
acaba de terminar.
2/
Derrota sin lugar,
hueso del alma.
Sigue.
No obstante,
una reserva suya
habla por la falta de un mundo
del que hay que separarse. El negro
de un centro de amapola
tiene algo de la tierra removida.
A su modo huele. Obliga
a la fecundidad
devastada
del fruto.
3/
“O no sigue. Sólo
desprevenido prende”
-se deduce del cielo
cada vez más azul.
Esa esperanza
¿es por lo menos una huella?
4/
Lecho de ramas
secas. Aunque ya sea de noche
vuelvo a no saber mirar
la luna bajo la que dura
tu encanto atroz. Aquí,
poco antes de la madrugada,
se afirma que sin querer
la escasa luz,
la inclinación de los olivos.
5/
Sobre mí, la atención
del cielo desciende.
Ni se oye ni no se oye. Creo
que suena tan lejos
el aguacero
que hay gente que no lo ha olvidado,
que la hierba rebrota encendida
del todo. Desahoga.
Brilla
dándole sustento al azar,
con cualquier condición,
en vez de aquí.
6/
Después de pasar la era
velan
pruebas intactas:
ventanas en la noche, ciegas, desnudas,
inmóviles por la cal
y las sombras del muro
que fue blanco,
en
silencio,
exangües de esperar,
que ahora dan sin sentido
al cielo donde están las estrellas.
7/
Ceniza sin aire,
palabra.
Tú eres la última
presa.
Documental sobre la tragedia de la columna de los ocho mil. Aquí
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Antonio Méndez Rubio, 2011 / ABADA ED.