figuras de la asfixia _/ arturo borra
REVUELTA
Hay puertas
que trafican temblores
aunque
se empecine la guardia en
confinar
el paso.
Sobrevuela otro silencio:
en los resquicios alza
una revuelta en la noche.
***
VOCABLOS EN LA PIRA
Hacharon el tronco del lenguaje:
su madera más urgida.
No hay abecedario que
sane esa corteza lastimada.
Algún árbol sublevado pudo
sobrevivir sin raíces.
La
furia del saqueo hizo el resto.
***
VILLA OCULTA
“ un
cielo que no existe pero tiembla “
Antonio Méndez Rubio
Aquí se sobrevive
aunque los mapas
escondan
esta geografía de
ausencias. El infierno
no tiembla pero
existe. Las calles sin nombre
¿adónde llevan?
El que no tiene
techo: ¿qué
puertas puede abrir?
Y si irrumpe lo
desaparecido/ ¿qué otro lugar
le aguarda que no
sea la sección “policiales”?
Esta Villa tira
de los carros de la memoria: un caballo
triste relincha
de cansancio/ tira la amnesia
del otro lado de
los terraplenes.
Los carros cargan
botellas para construir
una plaza de
presencias invisibles. Una plaza es también
un tobogán por el
que saltar el hambre/ rescatarse
en los juegos/ hamacar la dicha que sobrevive
en un mapa silenciado.
Pero hay una risa
de pibe que mira detrás de los cristales y esa risa es también súplica de villa
oculta/ ni si quiera un reclamo/ un querer darse/ a otra luz/ y seguir tirando
los caballos con sus carros de memoria/ truncada en la ciudad que oculta su
furia.
“Eh vos/ ¿no ves
que no puedo estar en paz?”, dicen los de este lado. “¿No ves que no puedo…?”,
repite el mismo pibe que golpea los vidrios de los autos por una moneda. “¿Y si
pudiera?”
se queda mascullando/ sin resonancia. Y no sabe ni dónde ni cómo/
pero quizás/ se pueda más que sobrevivir/ y tirar los carros del cansancio que
relincha contra la amnesia de una ciudad
que calla sus villas de la tristeza/
de los caminos del barro que cubre de noche los cuerpos.
Si pudiera
asomarse/ de la condena/ ¿por qué no podría alzar un tobogán que derrumbe los
terraplenes de la mirada/ y detrás de lo
visto/ se alce una región oculta/ y reinvente los mapas y pronuncie la cifra
del cielo?
***
INDEFENSIÓN
Si no se alza
un final para el horizonte
tampoco habrá clausura
de la noche/ silbido que calle
su desamparo/ deriva hacia la sombra
de la que nace toda añoranza: seguiremos
tras filones dormidos.
Ni alquimia ni pureza: metales oxidados.
Tampoco el magma
tardará en calcinar las últimas piedras.
Esas habitaciones desnudas
donde miramos el invierno
se llenarán de ceniza y otra vez
el miedo seguirá su vigilia.
Constelaciones diminutas
dejarán su signo efímero en el aire.
Sin regreso ante lo que no nos pertenece:
la misma indefensión alumbrará
lo no sabido.
***
UNA MUJER MIRANDO AL CIELO
Interroga la altura: las verjas
no pueden impedirlo
ni son
sagradas.
Están ahí, como una jaula
estremecida de deseo.
Las grietas permanecen: una mujer
mira arriba aún y deletrea
diminutas promesas
para que no todo sea caída
dentro.
***
MIEDOS
Miedo de otro/ miedo
de vos/ de mí: temblor exangüe
que hace resbalar cualquier promesa:
las caricias tiemblan todavía por cuerpos
distantes como una frontera que nos parte.
Merodea mirada dentro
y es cierre/ lejanía
agazapada sobre el temor
de lo que nunca llega.
Miedo de otro que somos/ expulsados
tras un muro sin lamento
esta cuadrícula que fractura
trémulos subterfugios
que llamamos vos yo él
mordidos por la sospecha
de un sabueso que perdió su pista.
Nosotros
tememos/ temblamos
la vecindad de la mirada
que surca los vacíos
y llama detrás de la puerta de la noche
antes del miedo
o a pesar de su cuerda
tendida.
Llegará después la moneda falsa:
habrá candados/ alambre
para los que se quedaron del otro
lado.
Miedo de vos/ de mí:
ejército que dispara al mundo
temblando
mientras la armadura de siempre
insiste en tapar el miedo.
***
CANCIÓN PARA QUE LA JUSTICIA
“ … y me dí vuelta para
que no viera lo que lloraba.”
Cartas para la alegría, Arnaldo
Calveyra
Para que esta corrosión no oxide más los huesos
y las arterias del suburbio no se obturen
en el corazón de la usura
para que las plagas no se nutran de nosotros
y no sea todo plaga
para que la rabia no calle ante una fiesta custodiada
y no se arrastre en la obediencia de los credos
para que el canto en voz baja no sea desencanto
y no todo sea loa lodo coro de corte cortesana cortesía
nutrida de consortes regodeándose en el éxito tóxico
canto para que la aspereza no nos lime los ojos
ante el llanto no visto
y el asco no quede disimulado dentro de los cofres
que otros abrirán para acuñar cielos privados
desfiles de corvos
moneda siniestra en un festín de espectros.
ARTURO BORRA
Editorial Germanía S.L.
He aquí mañana un 23-F. He aquí creer en una movilización de masas sí o sí. El olvido y la
sima que de tanto caminarla ha de acabar cediendo para reconstruirla, pues el
empeño del que trabaja, el compromiso único del trabajador no debería ser únicamente
el estipendio, y sí el descifrar los planos. // Este libro de Arturo (del que os aproximo sólo un filo) deja simas abiertas dentro de las figuras de la asfixia, dentro de las figuras de la ebriedad, jornadas
de insurrección dicen, tú eres el capital, tú eres el estado, tú construyes la
ciudad ideal, tú rodeas la moneda falsa. Me crea pavor pensar que nada sirve
fuera de las figuras de la retórica actual. Una democracia mal elegida,
presionada desde un fascismo clásico y feudal. Una humanidad sin memoria
adquirida por la burguesía, encerrada en un banco suizo.// habituarse a esto, a
la ausencia de pasado, a un único cielo, al baldío. Según Nietzsche deberíamos
rehabilitar el egoísmo, y es entendible. La conciencia está lejos y no es
posible, o sí ponerse a estas alturas con análisis psicológicos para hacer una
dialéctica aunque los saltos mortales
buscan siempre cobijo entre esta sociedad fascinada, pausa, sin-pausa,
fascimilada y asimilada, sin amparo. En
vez de hablar, mencionar, la palabra conciencia con su antigua atracción, casi
aproximándonos de lleno a los actos idealistas. Creo por hoy siempre que votar
en unas elecciones cada cierto tiempo no es suficiente, la acción social, la
escritura de nuestros siete días, la experiencia sin ceremonia o será demasiado
tarde, y ya definir ese lenguaje
cerrado, forma prejuzgada que es la vanidad, no busca la verdad, y la impone. Un impositivo hoy día es destruir
el mal lenguaje por un políticamente correcto, dando a entender, en caso de
tipógrafo esperar, que la función del que acusa, está solo entre un grupo de
solos, cada profesión un grupo de solos, cada tasación una barrera excluyente.
Rescato unos fragmentos de Rancière y H. Thoreau ..//
“¿No será acaso un principio de desvalorización, que fija un máximo al trabajo y un mínimo a su precio, que establece la finalidad de la producción al nivel de un intercambio más justo entre los intereses del patrón y las necesidades del obrero?” [La noche de los proletarios]//
“ Después de todo, la razón práctica de por qué, cuando el poder se encuentra en manos del pueblo, se permite que gobierne una mayoría y que continúe haciéndolo así durante un largo peiódo de tiempo, no responde al hecho de que sean más susceptibles de verse en posesión de la verdad ni al de que tal se antoje como más propio a la minoría, sino a que son físicamente más fuertes. Pero un gobierno tal, que la mayoría juzgue en todos los casos, no puede basarse en la justicia, incluso tal como la entienden los hombres. ¿No puede haber un Gobierno donde la mayoría no decida virtualmente mal o bien, sino en conciencia? ¿Dónde la mayoría falle sólo aquellas cuestiones a las que es aplicable un criterio utilitario? ¿Debe rendir el ciudadano su conciencia, siquiera por un momento, o en el grado más mínimo, al legislador? ¿Por qué posee, pues, cada hombre una conciencia?” [Del deber de la desobediencia civil]
“¿No será acaso un principio de desvalorización, que fija un máximo al trabajo y un mínimo a su precio, que establece la finalidad de la producción al nivel de un intercambio más justo entre los intereses del patrón y las necesidades del obrero?” [La noche de los proletarios]//
“ Después de todo, la razón práctica de por qué, cuando el poder se encuentra en manos del pueblo, se permite que gobierne una mayoría y que continúe haciéndolo así durante un largo peiódo de tiempo, no responde al hecho de que sean más susceptibles de verse en posesión de la verdad ni al de que tal se antoje como más propio a la minoría, sino a que son físicamente más fuertes. Pero un gobierno tal, que la mayoría juzgue en todos los casos, no puede basarse en la justicia, incluso tal como la entienden los hombres. ¿No puede haber un Gobierno donde la mayoría no decida virtualmente mal o bien, sino en conciencia? ¿Dónde la mayoría falle sólo aquellas cuestiones a las que es aplicable un criterio utilitario? ¿Debe rendir el ciudadano su conciencia, siquiera por un momento, o en el grado más mínimo, al legislador? ¿Por qué posee, pues, cada hombre una conciencia?” [Del deber de la desobediencia civil]
imágenes de Shinkawa Yoshiro en su hillofcarnation.blogspot.com
***
No he leído a Arturo Borra, estos poemas que compartes tan desnudos y actuales me conmueven. Veo su necesidad de escavar en zonas límite que llevan el lenguaje por rutas borde. El último poema se siente la desprotección del hombre ante el poder financiero.
ResponderEliminarLa democracia no funciona, se necesita buscar otros caminos donde el fin de la sociedad sea el hombre y no el poder financiero.
Me gusta venir a tu casa, siempre entre libros compartiendo.
en un momento que la vanidad, el egocentrismo todo lo consume, son tan necesarias voces como las de arturo, no jerárquica, percepción abierta contra los cercos forjados por la agonía productiva. El aislamiento, ideado por el adiestramiento somático, por las “figuras de la asfixia”, trata de identificar a sociedad con individuo. Fácilmente reconocible para un diagnóstico terapéutico, evasivo, tónico facial. El arte, el compromiso de la filosofía, la poesía… debiera articular (aún de un modo nómada) la mutilación a la que estamos expuestos, y enseñar un nuevo modo de vivir. Los fantasmas forjados por la asfixia, determinan la existencia de los individuos. Buscar aire respirable, se convierte hoy, en un comienzo.
ResponderEliminarabrazos maría, y siempre agradecido por tus palabras
Me apunto a Arturo Borra.
ResponderEliminar
ResponderEliminarLa palabra que aún...
Aún no sé leer y ya,
me obliga ha escribir.
¿Quien?
La palabra que aún no sé decir,
que no veo,
pero toco su borde
;
el temblor,
la grieta,
que
me
provoca,
su ,
inacabada materia
12-12-09