Queda el hueco
Queda el hueco.
Así la
lentitud, el aparejo involuntario de un arte
que come la
huida
incluso la
mía al exterior.
Y poder
callarte con un beso
con una
piedra
entre dos
ríos contrarios incrustando el cosmos
maniatando la
verticalidad.
Como el niño
que baja 400 metros
a la mina de
Cerro Rico.
Es, un vapor
mineralizado
el que
entalla
la tierra no
construida
performándose
en una autobiografía
contra la
historia y la rama perfecta
de la
ciencia.
En
las cámaras de inseminación artificial, la ciudad espera, cogito ergo aspeto.
Suena el teléfono y es desde el país en el que vives. Mientras, el
salario mínimo permite coleccionar sellos y eso, seguir viviendo. Un lector de
luz recita a Pasolini.
di ferici, è qui, che brucia
in ogni nostro atto quotidiano,
angnoscia anche nella fiducia
Es
un paso. Cuando serás por ello, pie, por ello cosecha labrada en el palco de
guillotinar la puesta en escena con la hoja del apuntador. En la euforia de
las salidas bloqueadas
se dice
“que quema,
que quema…”
En esta
orilla de la anarración conviene
pasar un tupido velo
concupiscente
por el hielo más atroz que conciba la razón.
(Allá en el fuego intercambian recetas
de gastronomía japonesa.)
-
-
El arrullo de
un búho en el pecho de una anciana despierta al tramoyista que soñaba con un
póker de gatos en una iglesia. Aquí,
madame Bobary pasa con su carruaje de las tres y con su cesto de biscuits de sablé en un día especialmente alegre. En casa del señor
Luto siguen feriando. A un puesto de Lotería llega el Orient Expres y al museo
Banksy.
-
(Aquí a la salida de la mina
(Aquí a la salida de la mina
un niño cuyo rostro tiznado de ceniza
…vende veneno de serpiente)
El sueño
gramatical atraviesa el cuchillo y lo corta.
Nace
un reino inanimado.
un reino inanimado.
Dos voces se
confunden,
la que se
forma y la que se complementa;
contemplación
de fórmulas en el rellano de los vocabularios posibles.
¿De la
tormenta que lo sigue
no se
consigue el bienestar ni la equidad
necesaria
para cambiar el mundo y
hay que
olvidar el racionalismo necio
y
totalitario?
(pussy riot rider)
El arcángel
Gabriel monta
un
restaurante en un mount improbable
y engorda 20
kilos.
Acaba una
magdalena y dice;
-¿Sabíais que
toda esta merde
de concretar
en IVA y/o
en una
perpetua consumación del consumo es
perpetuar el
engaño, la máquina?-
Podría
parecer artístico- añade.
Venía casi
como un poema. Dato.
Calco la
armonía, o no
en el zócalo,
donde las capas sedentes
quedas en el
último idiolecto
como decisión
terapéutica
la gramática
la medicina
la educación.
Escribir para
perder el rostro.
El reflejo
partido por la indecisión,
pues la
economía moderna de subsistencia
usa la ciencia
integrando
antiburocracia
antitecnocracia
autoelegida.
Desde la
flexión personal con la naturaleza.
El poema
jamás escrito. Afuera.
Una gota
sedienta
absorbe
mi entraña hambrienta.
En el rincón una docena de periódicos macilentos soportan el movimiento de las estrellas
de Sirio, Procyon y Arturo. Mientras los paralajes de la vida se violentan y en
el encuentro son amigos de soportar una puerta. Un cuadro. Una estampita fija
para satisfacción de turistas.
Cae el terreno agrietado como un
quejido
un
cielo azul como un recto metal
como
fábrica
de un alma
un
ser querido
las
pestañas curruscantes de un sueño polar.
El
precipicio y
abajo
el rugido
de
la proa absurda de la civilización.
En
una caracola, el sexo
en una acuarela, Venus.
Erigiendo
la antigravitación elijo la carne y las fisuras en una jaula de fieras
bordeando con el aliento el crédito propicio para la degustación de un fino
hilo que enhebra lo que no hay de constelación en mí, yo, un punto aplastado. Un gorrión en la nuca. Constato, empadrono la
representación. Fuera en mí, una aberración óptica, el llanto eucarístico que
se criba acariciando las huellas de una manada de búfalos. Transportan en un
solo átomo el cansancio de un viraje al infinito,
alfabeto ya en la profundidad de una tierra sin superficie.
En cambio la necesidad de cenar juntos a la luz de las velas extiende
alfabeto ya en la profundidad de una tierra sin superficie.
En cambio la necesidad de cenar juntos a la luz de las velas extiende
el
imán
que
construye la deliciosa cópula de los enunciados
el
discurso condicionado,
en
cambio esculpe el tiempo
aquel
doble instante
cuando
las raíces aletean en la boca
y
las larvas se acercan al púlpito del orante
Abdmut,
en cambio, cuenta en sus diarios del desierto los misterios de tus lunares que
al anochecer brillan más y
se
reflejan en un vaso de té
lo
digo por no ver y ser penumbra, prenombre que dibuja sombras mientras retira
cuidadosamente su rostro para airear en una cima.
Mis dedos que se arraciman en tu cuello y un alud que de sangre se derrama.
Mis dedos que se arraciman en tu cuello y un alud que de sangre se derrama.
-Se
quema, se quema…-
No.
Simplemente se derrama un magma caro del volcán más cercano, recorre las calles cimentando puntos ciegos. Quedando en el telar calmo de una orilla abierta, donde el único afluente es tierra pariendo islotes con propósitos subterráneos. Tal vez un nuevo dormitorio. Zonas erógenas oran arrodillando a su vez, el miembro amonestador que petrifica los cielos. Bebemos el té y salimos de la jaima. Una masa de aire caliente forcejea con el monolito que han dejado atrás los versantes del Santo Oficio. Obviamente con una leyenda en rima asonante. Haciendo esta mañana la colada / amor y pétalos me ponen emocionada / erección ave mojada / el acantilado da un mordisco.
Hago una reverencia con el cilindro de un cartón que antes había sido el eje de un rollo de…
Simplemente se derrama un magma caro del volcán más cercano, recorre las calles cimentando puntos ciegos. Quedando en el telar calmo de una orilla abierta, donde el único afluente es tierra pariendo islotes con propósitos subterráneos. Tal vez un nuevo dormitorio. Zonas erógenas oran arrodillando a su vez, el miembro amonestador que petrifica los cielos. Bebemos el té y salimos de la jaima. Una masa de aire caliente forcejea con el monolito que han dejado atrás los versantes del Santo Oficio. Obviamente con una leyenda en rima asonante. Haciendo esta mañana la colada / amor y pétalos me ponen emocionada / erección ave mojada / el acantilado da un mordisco.
Hago una reverencia con el cilindro de un cartón que antes había sido el eje de un rollo de…
Libre
de altercados y alteregos el desierto soñaba, y gentes como Abdmut, se sentaban
al borde de un oasis y absorbían como azucarillos, historias de pasiones
laberínticas, crema pastelera al jerez, y finalmente manteca de Dios, un
capricho de amor y una cobertura de muerte. Quisiera hacerme con uno de dichos
oasis pero la turbación del desierto depara esos tesoros a gentes dulces.
Reviso la escotadura del calzón simulando así consuelo pero un dromedario
disfrazado de clarinetista ríe hostil. Lo cual me pone de muy mal humor y me
arranco la muela del juicio.*
*El
final ha de tener referencia al título.
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muela y cámara |
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