24 de septiembre de 2012

Aprendizaje y/ Pizarnik




Alejandra

Puesto que hades no existe, seguramente estás allá,
último hotel, último sueño,
pasajera obstinada de la ausencia.
Sin equipajes ni papeles,

            Dando por óbolo un cuaderno
            O un lápiz de color.

            - Acéptalos barquero: nadie pagó más caro
el ingreso a los Grandes Transparentes,
al jardín donde Alicia la esperaba.

Este poema de Julio Cortazar fue publicado en la revista Desquicio, en el otoño de 1972, en París.

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Jeremy Hush .,The sigh 2011

 
* Alejandra Pizarnik

Transcripto de Prosa completa

Edición a cargo de Ana Becciú
Buenos Aires, Lumen, 2003


* Hoja mecanografiada corregida a mano. Probablemente de 1970.





            APRENDIZAJE  *

            -Admiré sólo la ejecución de los muñecos –dijo.
 
            Cuanto más lo miraba, más fuerte era mi certidumbre de que nunca formularía, en mis poemas, signos iguales o parecidos a los que emitían esos muñecos. Y en verdad, ¿cómo comparar una paciente serie de pequeños actos con el impulso desenfrenado de la materia verbal errante?
 
            -Ya no hay más nombres –dije a la loca.
            -Si se queda unos años en el hospicio, le enseñaré a hacer muñecos como éstos –dijo.
            ¿Acaso es nada la vida? ¿Por qué conceder tanto tiempo a tan inútil aprendizaje?
            -No quiero quedarme –dije-. De lo que se llama la locura, he oído hablar; como todo el    mundo, pero no basta querer estar loca.

             Se señaló a sí misma.
          
            -No la abandone. No la deje sola.
 
            Empezamos a llorar. Entró el médico. La señalé a ella y dije:
 
            -Lo he dado todo y ahora me dejan sola.
 
            Así aprendí cómo hacer un muñeco. Pero ustedes admiren sólo la ejecución de los muñecos.



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mañana
nunca
para vos alejandra
siempre

hablar del tiempo
es hacer una herida
en la carne sana”  [ dijo el niño 
pariendo una muñeca ]


Aprendizaje


Adaptar

 el silencio al espanto del sol escombrándose en el horizonte preciso
como eco de un paisaje suicida
            fatigada espera, la materia verbal,  justo esto que
solcito, sol-i-cito, solicito.
Sean cuales sean tus motivos.
Sean cuales sean tus tareas a domesticar.
Ella escribía a toda hora casi invisible, sin materia; la rotación de ser digamos
            fósil/hilo
encarnándose en la melodía rota de un pupitre ajeno.

Un dictado. Al retirar los restos con larvas entrelazándose, como el sepulturero
entre las piernas vivas de moratones y vertebrados en auxilio opalino.

La piel, se aloja en esta repugnancia de reflejos.
La respiración se hace más uniforme
y alejándose del laberinto
este inmenso piélago
que hubimos de drenar por miedo al tributo y al pecho de las caracolas.

El privilegio puro e inocente juega con albatros desanidados al náufrago
            perplejo, el niño
desuella mi párpado y derrama su desorden obstinado
haciendo cruces que difunden, el día que muera
nuestra acordada culpa 
con el arte de un roedor invidente

- ¿Es esto? –le pregunto.


Jeremy Hush ., Droning Glow 2011
El niño que se aleja, desprende
en mi refugio calcinado
la dispersión de la sal en papel pautado.

- El reloj ha tenido la culpa –responde
y así sucesivamente.

No escribía nada que pudiera ser leído.
Tampoco deseaba nada que pudiera ser imaginado.

Pero al arrancar la simiente de mis órbitas
            jugó otra partida
hasta columpiarse en una transparencia inmaterial
ganando al instante el pago de un alba
cosido
al jardín
del olvido.


 

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