Síntesis: el nudo
Análisis: sus hilos
paul klee
“poema
jamás escrito” (
III )
Mientras duermes este poema acaba
un ciclo
un nido en la copa de una nebulosa
análisis o epitafio
Lo primero deletrear
Lo segundo pronunciar el hechizo completo
*
Al deletrear es evidente la mensurabilidad
aquello
que sobrevive a las palabras
al silencio
a la conversación que delata
esta común presencia
*
Al pronunciar el hechizo
esto
el intenso quiebro del lenguaje
abro en manada cada átomo de mi cuerpo en pos tal
vez, cavando tal vez
con el aliento antes de llegar
me sin-cero
esto
siendo, sin finito
tenue
convaleciente tal vez
*
En un rapto sidéreo, primitivo
bosquejo del universo
supongo el texto en un canasto
truncándose en la orilla
que fue hacia ti tras la estela
diván del hambre.
Texto ambulante entre alambradas, zarzas, espinos
belicosos para llegar
al bien conocido linde
morabilidad
meandro menguante
manso e idealizado
en la sangre de tu médula
recurso romántico de exquisita saciedad.
Un dirigible
Un dirigible
Un digerible mapa de identidades.
*
Mientras duermes
es evidente el hechizo
intacto que me apresa
me contiene
me roe
colma derramando el espectro
en un hilo que sutura los abismos
pues nada descansa
todo es margen, caída
asiendo la tranquilidad del hilo
que va desde la guarida varada
tendida entre versos circulares
y mi
“me
escribo ascendente”
obsequio de no ser
Es, mientras duermes
Limpiar los huesos a cielo descubierto
templar los insectos
tallado el infatuado yo hasta un punto
que con-templa la ruta de un alfiler
con
ojo indetenible
intacto
Lento
sin
el párpado marsupial
sin
el ocaso nupcial
Lente
sin
las alforjas del verbo
sin
el archipiélago de las pestañas
y mi
“mientras
duermes”
girando
unívoco
el rastro de la deriva
cartografiando
lámparas
hincadas en la bruma
desprendiendo
guijarros
que enfrían la huida
Y aquello que debe sanar
el
ungüento
el
cenagal
es una voz aquietada que ahonda
sin
doctrina ni llave ni aleteo
vigilándome desde el vientre
allá
en la cúpula
mientras me obligo todavía gusano
al solsticio de un texto
al pacto
de un poema jamás escrito
obviamente
declinándome al confinamiento.
Owen McAuley / Plan C / 6 x20 oil on linen 2009 |
Pienso en aquello que sobrevive a las palabras y es, y luego cuesta tanto. Pero en ese "es" se perdonan todos los agravios e incomodidades. Ordeñar palabras para que sobreviva eso que no es leche, sino calostro. Alimentarnos siempre en primera lactancia. Es bárbaro este poema con tantos requiebros y ojos de gato. Acarician su lomo la luz y los párpados cerrados. El solsticio es latencia por lo que te obligarás a iluminar ese poema jamás escrito, aunque serán otros los que amanezcan. Beso
ResponderEliminarPienso en la sabia derramada al talar un enorme bosque y los insectos atrapados por la nueva superficie, devastamiento propio del empecinar lingüístico lleno de códigos y sierras afiladas. Deletrear, hechizar, resistencias para atraer el primer alimento. El detrito litúrgico con nuestras pobres artes. El solsticio del texto adquiere una lejanía, letanía propia al contemplar con ojos viejos sus impermanencias. El buen estilo, la rima de estante, el ensayo de ultimidad (del que me confieso a un lado), la imagen fácil, la metonimia suicida, la metáfora accidentada, son conceptos que debemos mantener en el cajón bien bajo llave. Usar las palabras en su sentido original. Solo se puede ser siendo. La serie de estos tres poemas jamás ha sido escrito. Son al leer. Esta mañana.
EliminarBesos.
Tus poemas son mantras, Conde.
ResponderEliminarUn abrazo.
La cuestión estructural es un palo mayor con velas, raídas, a punto de ser izadas, velas hipotetizadas, cosidas por el arribo de lenguas vernáculas y todas ellas deslizando nuestra errancia. Todo continuidad expande. Gracias por tus palabras.
EliminarEs curioso que todos los poemas que escribimos jamás se hayan escrito antes, aunque tus textos ahondan aún más en ese jamás.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Esos poemas que nos mudan la piel. Transitan ininterrumpidamente a expensas de la energía de expansión / derramando el espectro / en un hilo que sutura los abismos / por eso los, lo en este caso triple, que empieza en una noche estigia, un juramento hipotético, y acaba en el confinamiento del que lee, a expensas de una creación continua. Un dirigible / Un digerible mapa de identidades. /
EliminarEste poema es un desgajarse uno en el otro, mientras duerme...
ResponderEliminarHacer posible la desmitología. Precipitar al falso animal en la poza agónica de los reflejos y sentir la respiración del otro, en el otro, ahora.
EliminarHola Daniel!!
ResponderEliminarMientras duermes...yo escribo,son palabras nuevas vestidas con viejos harapos,uso indiscriminado del lenguaje ya fabricado,pero nuevo a la vez y en tu poema nunca antes escrito,deslizas tu interior,tu búsqueda incansable con palabras hechas a fuerza de viento y lluvia,mojadas y ardientes bajo la suave luz de una lámpara,la misma y a la vez distinta,que me ilumina a mi,unidos no solo por las palabras,sino por el instante mismo de hacerlas.
La ingravidez de éstas,efímeras a más no poder,son simples pensamientos revoloteando a nuestro alrededor como mariposas.
Un fuerte abrazo Daniel!!!!
Hay una fuerza carente de sentido en cambio que es máquina, maquinación, desentumeciendo el ala de la belleza. Morirá al clavarle el alfiler para la exposición pero nadie podrá borrar la satisfacción natural de pudrirse en vida, en un proceso procreativo, sin marco pues todo es caída, margen y abismo. Mientras escribo ahora noto el manojo de palabras “jamás escritas” en el lomo, cosquilleando, anotando las presas digeridas.
EliminarUn gran abrazo
Cambiamos una letra para poder ser el Otro, así también para hechizarle/nos. Y, en el instante mismo del conjuro, tal cambio es la sutil diferencia entre pronunciar(se) dormido o mantener(se) despierto...¿o es que no hay gran diferencia entre lo uno y lo otro?....mientras duermes, practico el silbido e intento la transformación del aire insípido en belleza sonora (quizás alcance algún día a deletrear el ritmo y su hechizo se me agarre a la garganta....quizás...)
ResponderEliminarAbrazo.
La ciudad cobra vida, los trayectos son secretos desplomados, el azar, la belleza, el magnetismo y la electricidad. Si cobrase valor el conjuro sería en un estado desplazado y no sería en el Otro, sino desde el otro. El matiz o matriz son germen anclados a nuestra espera por ser, todavía, de la brizna y los espectros alimento del ámbar. De nosotros pende dejarnos atrapar con las palabras justas o alterar con temor en la tráquea los sedimentos de lo extraño. Lo que está claro es que el miedo cansa, hablamos para reconocernos, el vacío cansa, desgajarse, guijarro, en la propia voluntad, en el decrépito sonido de nuestra tráquea. No hay Otro(s) sin otro.
EliminarAbrazos.