Plaza "María Pita" - A Coruña...15-oct-2011 |
“Ayer tuve un sueño, Ayer tuve un sueño donde yo era un médico de primaria. Todos los médicos generales, médicos de familia, pediatras e incluso otros de diversas especialidades, éramos iguales ante la Administración. Todos éramos médicos de Atención Primaria, porque lo importante era el medio donde trabajábamos. Independientemente de las diferencias de titulación o de especialidad, a todos nos enorgullecía y nos sentíamos importantes, siendo médicos cercanos, trabajando para la población, siendo respetados por nuestros ciudadanos.
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En mi sueño, en este ámbito de Atención Primaria, el médico general de familia era el coordinador de los procesos asistenciales, con autonomía y capacidad de dirigir y gestionar, garantizando la continuidad de los cuidados de la población, acercando el ámbito hospitalario al ciudadano, con gran capacidad resolutiva y coordinando los trabajos de otros compañeros, de otras especialidades que compartían mi mismo medio.
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En mi sueño éramos respetados, queridos y necesitados, no sólo por la población, sino por los otros profesionales que necesitan de nuestra visión integral y longitudinal de los procesos. Nuestras decisiones, nuestras actuaciones, eran claves para cohesionar las actuaciones sociosanitarias, y esto era así, entre otras cosas, porque todas nuestras decisiones eran compartidas con los ciudadanos. La sociedad estaba implicada estructural y sobre todo funcionalmente en el ámbito de la Atención Primaria, de tal suerte que los médicos y los ciudadanos eran los motores de todos los procesos de salud……”
Octubre 2008, A Coruña.
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Así empezaba el discurso del congreso, cuatro mil butacas de médicos estremeciéndose y haciendo muecas infantiles ante una clase importunada. Yo me encontraba en un lugar digamos privilegiado pues estaba en un alto, pendiente de recoger unos equipos de iluminación al término del discurso. El congreso duró varios días, pero las conferencias médicas solían estar vacías, ya que los asistentes se dedicaban más a pasear por los stands, comer, beber y hablar de sus vacaciones.
No les fue grato escuchar a alguien que le dedica el Nobel de literatura a un abuelo analfabeto, llamarles poco menos que carniceros. A mí me daba la sensación de estar escuchando a una persona humilde, que vino de ganar mil batallas, contar lo importante que es el ser humano para el futuro. Entregar su vida a un noble fin. Insumiso a las leyes del mercado….
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La decisión de don José apareció dos días después. En general no se dice que una decisión se nos aparece, las personas son tan celosas de su identidad, por vaga que sea, y de su autoridad, por poca que tengan, que prefieren dar a entender que reflexionaron antes de dar el último paso […..]Además, si persistiéramos en afirmar que somos nosotros mismos quienes tomamos nuestras decisiones, tendríamos que comenzar dilucidando, discerniendo, distinguiendo, quién es en nosotros, aquel que tomó la decisión y quién la cumplirá, operación imposible donde las haya. En rigor, no tomamos decisiones, son las decisiones que nos toman a nosotros. La prueba la encontramos en que nos pasamos la vida ejecutando sucesivamente los más diversos actos, sin que cada uno vaya precedido de un período de reflexión, de valoración, de cálculo, al final del cual, y sólo entonces, nos declararíamos en condiciones de decidir si iremos a almorzar, a comprar el periódico o a buscar a la mujer desconocida.
“Todos los nombres” José Saramago.
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“Prefiero las personas a los principios y prefiero las personas sin principios a cualquier otra cosa en el mundo” Oscar Wilde
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“Fuera de la cabeza humana no hay ni bien, ni mal, ni ideal, ni Dios. No hay nada. Todo lo que llevamos está dentro de nuestra cabeza” Saramago
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Voy a dejaros también una canción de un guitarrista que escuché dos años antes, en el mismo recinto. Jim Hall. Besos y salud a tod@s, o como dijo él antes de partir.
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Todo es como el huevo y la gallina. Inescrutable el origen. Sartre dijo acerca de las mujeres "semivíctimas, semicómplices, como todo el mundo". Quizás se pueda elegir ser menos cómplices, o socavar esa complicidad cuando uno es consciente de ella. Por otro lado pienso que todo ser humano debería llegar a un momento en la vida en el que arroje a la basura "cada uno de sus principios"(palabra que me produce verdadera urticaria. No debemos engañarnos, cada uno de ellos es heredado...)y efrentándose al vacío, comenzar a construir, consciente de que la propia moral será apenas un esbozo el día de nuestra muerte.
ResponderEliminarHace unos meses Stalker desde su blog decía que se había "perdido la piel con el mundo". Este texto de Saramago me hace pensar que hemos perdido la piel con el otro.Es lamentable. Por cierto, no sé si te he dicho alguna vez que "Ensayo sobre la ceguera" es uno de mis libros favoritos, y uno de los retratos más lúcidos de esta sociedad que jamás he leído.
Perdona si todo esto que te escribo está muy desestructurado, acabo de regresar...bicos
Difícil resolución tiene saber si existe el libre albedrío, si tomamos nosotros las decisiones, o si estas nos toman a nosotros. Somos individuos permeables, membranas osmóticas que en todo momento están buscando encontrar un equilibrio entre el Yo interno y el medio externo del que no podemos aislarnos. Muchas decisiones, quizás demasiadas, se toman en función de los factores externos, en una ceguera voluntaria, confiando que los instintos han funcionado hasta ahora, y que hay que dejarse llevar por estos, reaccionar al medio y ajustarse al mismo, sin una reflexión previa. Dejando el control del barco a los sentimientos, al romanticismo mal entendido, del egoísmo individual, que al mismo tiempo que reivindica la diferencia y la individualidad, curiosamente nos hace menos reflexivos y más susceptibles a las masas y las pasiones que estas despiertan, y así el romanticismo individual se vuelve en exaltador de nacionalismos, y el individuo en nada. Los principios no tienen nada mal, desde mi punto de visto, si estos son fruto de una meditación individual, solo así la elección es posible. "Principios" es un término muy vago, bien y mal como dice Saramago son inventos humanos, definidos desde los "principios" de cada uno. Wilde muestra sus propios principios al decir afirmar que le gustan las personas sin principios...
ResponderEliminarMe he liado como no paro de hacer últimamente, deben ser las tormentas eléctricas, lo siento Rider.
La pieza musical una delicia.
Abrazo!
Pos quién sabe. No sé. No lo sé. No sé si está adentro de nuestra cabeza, como si todos fuésemos "grandes peces", inventándonos historias fabulosas para vivir, o "peces ínfimos", sobreviviendo, apenas sobreviviendo. No lo sé. Entré en pánico!
ResponderEliminarVera
ResponderEliminarPara nada desestructurado ni deshuesado ni desasido de razón. Adherirse a una filosofía o manera de pensar es erróneo, el ser difiere; es la diferencia misma. No unívoco. También es cierto que las figuras de la singularidad son puros ejercicios de soledad. Sencillamente hay que reunir los conceptos, penetrarlos y no rebasarlos. Víctimas somos de un estado que crea principios, un estado “prisionero del consumo y el mal gusto” que nos quiere inocular. La verdad que me considero más “huevo que gallina”, algo patológico relacionado con la “cáscara”. Los principios son límites para la voluntad. Por eso elijo el texto de “Todos los nombres” permitiendo tener una sensación de linealidad, la vida, no va a ser mejor, pero sí justifica ciertos actos unívocos. No quiero decirte con ello que ha de ser coherente pues a veces es mejor probar el azar, que no es otra cosa que el mundo, un azar-un destino. Sin lugar a dudas los pocos libros que leí de Saramago innovaron, y observé el mundo de un modo más escéptico pero acusatorio. Feliz regreso irmanciña.
Aka
ResponderEliminarMaravilloso saberte entre tormentas eléctricas. Ojalá en cambio, pudiera ser la dicha que llegaran con agua, y a Galicia que lleva ardiendo “provocado” desde hace unas semanas de un modo calamitoso y sin que haya los medios suficientes disponibles para mandar al carajo esos terrorismos naturales. Sí, nosotros no tomamos las decisiones, las toma nuestra cabeza, y qué cabeza!!
El egoísmo individual despierta la ignorancia e incluso, nacionalismos. Ironizar sobre estos temas es sencillo en cambio para mí no lo es el descifrar los conceptos como el de “principios” sin ir más lejos “moral” , ya amigo, términos vagos. Pero en cambio los que no tienen pereza suelen ser los primeros, los arropadores del destierro de los débiles y la sencilla condecoración por la que …Negarles ese privilegio. Descartes decía que un ser inmoral podía estar en posesión de la verdad, puede ser, pero no creo que supiera usarla. Como no me gusta explayarme te despido con un consejo, evite los objetos metálicos.
Joven Cuervo
ResponderEliminarEl pánico es un movimiento perpétuo. Pero a veces nos negamos a aceptarlo y así bien, de la cabecita nos vamos turnando el cristal... peces de plata
Abrazo.
¿Es Saramago un pensador libre o un filòsofo cautivo de sus diàlogos en voz alta?
ResponderEliminarun fuerte saludo
fus
Ante todo me da que es creible. Mucho más que de otros podría decirse
ResponderEliminarmuchas gracias
Estupendo el texto que nos has dejado.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.