Es
un bohemio. Suele decirse cuando alguien trata su existencia desde un peldaño
superior y en cambio no busca nada. Sí, es un tipo curioso que hace apología de
las múltiples facetas de la vida, pero no se da cuenta de que eso no sirve para
el presente, y renegado, desordenado, se encarama como un gato, y le
llamamos bohemio, que masculla ininteligiblemente.
Tal
vez porque la evolución nos ha vomitado un festín de constantes novedades;
vacías. Una sociedad cada vez más globalizada. La armonía de intereses y
sentimientos justifica nuestra posición, pero si nos ahogan de presente,
seremos habitantes en una babel en la que lo primordial será únicamente
sobrevivir sin sueños propios. Esa es la luz del bohemio. Fabricarlos.
Convertirlos en su periferia. Le es menester además suprimir la seriedad a
cualquier institución. Pues son puras abstracciones. Ultimamente se nos hace
creer en la crisis económica. Brillante de teorías, todas inexactas. La única
verdad es que justifican sus privilegios -los gobiernos- y sin disimulo
hacernos víctimas de la misma creencia. La libertad de cada uno –dicen- tiene
por límite la voluntad de los demás. Ellos se erigen como el apoyo de la
balanza. Su vanidad de mando, bascula la ley del péndulo.
Pero
el bohemio no reflexiona sobre estas vaguedades porque le es indiferente el
porvenir del mundo. Me mira a los ojos, y admiro su dedicación al aislamiento.
Cierro el grifo y lo dejo detrás del espejo. Salgo corriendo de casa, cuando
todavía es noche cerrada, y los primeros del día salimos al encuentro de
nuestros pesados y aburridos trabajos.
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Lástima tener que dejarlo del otro lado del espejo y no poder conciliarse en él. No poder llevárselo al laburo y hacer cosas de bohemio. Resucite a aquel adorable señor Bo que bebía su zumo de alquenqueje en un congio de vidrio.
ResponderEliminarCada día estoy más convencida de que nos han inducido sueños que no son nuestros, que estamos lastrados de las imágenes idólatras, de los becerros de oro de esta sociedad capitalista y de tradiciones excesivamente arraigadas. El progreso sólo se aprecia en que cada día estamos más mecanizados e informatizados, pero la sociedad no avanza, así que el progreso es sólo aparente. Y lo peor de todo, que eso nos basta. Un día de estos voy a quemar el piso con los muebles dentro. Me llevaré a Edu, Ruruk y Dióscuros, y mi portátil con mis sueños en palabras. Y comenzar una vida nueva, en la aldea, lejos del mundanal ruido de un par de monedas retozando en un bolsillo.Eso sí, con banda ancha!!!
Bicos y von voyage
Tengo mucho.
ResponderEliminarUna hija, un techo, un trabajo, un auto que no manejo, 800 libros, banda ancha, mucho ruido interior y mucho silencio a la vez.
Tengo poco.
No me gustan los excesos, ni los brillos. No tengo nada que no use. No compro compulsivamente. No miro tv. Y de igual manera encendería una fogata en mi departamento para empezar de nuevo, en otro lado, mas liviana. No sé qué tiene que ver que te diga estas cosas, lo que escribiste vos mas lo de Vera me trajo a pensar en esto. Pero ya no estoy sola, no me animo a grandes cambios.
Los cambios están en los pequeños detalles. Yo sin ir más lejos, amo a las dos mujeres que han comentado mi texto, entre otras cosas para cimentar un poco mis días.
ResponderEliminarMe dejaste pensando en tu entrada y después de leerlos uno se hace muchas veces la pregunta de dejarlo atrás todo. Levanto la mano, he dejado atrás todo dos veces, incluso ahora que acabo de llegar de un sitio después de hacer parte de una vida para iniciar otra no lo sé. Tal vez mañana este aquí, regrese o simplemente desaparezca. Pero seguro que en algún lugar he de pernoctar o de aire o de humo o de nada.
ResponderEliminarMe dejaste pensando en mil cosas, un abrazo
El sumum de la bohemia habrán sido doce ilusos siguiendo a un loco y dejando todo (lo poco) que tenían. Un abrazo.
ResponderEliminarOtro para tí Curi, la bohemia es divertida, elegante, es caminar sobre la babel sin renunciar a las armas pero sin alzar banderas o sí y así sin motivo doce ilusionados crucificando el "becerro dorado" que menciona Vera. Así a todo hoy me voy a Roma a respirar las suntuosas decadencias y comer un rico gelatto.
ResponderEliminarMixha, no abandones nada, tus textos son perfectos.
Na boemia os sonhos são outros.
ResponderEliminarCadinho RoCo
Todos los caminos conducen a Roma, hasta el de los bohemios.
ResponderEliminarsaludos y gracias por tus visitas.
besos