1 de agosto de 2011

"El rincón de Margot" II

...


De un antiguo parecido con Nerón vendrían los sarcasmos. Buscar, buscar refugio como un diablo tranquilizado busca un gato flotando en el cielo.

Dos ciudades. Pero hace frio. Tengo frio y veo mis manos huérfanas, atadas, mojadas con la limosna de lavarme el rostro. Un chirrido barítono de coche arrancando despierta mi conciencia de lo que está afuera. Hoy no necesito de la derrota para salir, quedarse sería aceptar el electroshock, la llamada de Margot y tratar de explicar sin remedio mi conformismo en este rincón forzoso. Así que doy una pirueta de autómata hasta el ordenador y abro el correo, sin noticias, y de otra me siento en una cafetería que no suelo frecuentar. La tristeza salta y veo su huella impresa en mi rostro. A veces, pienso que mis sentimientos son trances para relacionarse, y pienso que debería escribir un relato, un poema en prosa, algo, algo sobre una persona sin atributos, dueño de sí, controlando los sentimientos, las inflexiones como un idóneo capaz de un solo punto de vista, pero por las noches alimentándose de lágrimas indisciplinadas. Pero las palabras no alcanzan. La pelota está tras un poso de café y escucho con gesto fingido a la camarera. Arreglo el cuello de la camisa, pido permiso para abandonar la soledad del taburete y tomar el tren para como de costumbre fruncir el ceño al paisaje porque como de costumbre no encontraría empleo y volvería la noche. Al sueño.








*********
*********
*********

““EL RINCÓN DE MARGOT””

“El drama es la razón de ser del personaje, es su función vital.”
(Luigi Pirandello)


obra teatral para ser interpretada
según venga en gana


(El telón estará bajado y sonará "Devil Got My woman"…… y el telón se alzará a la cuarta escucha)(Dependiendo de la puntualidad de los actores)

********
********
SEGUNDO ACTO.

Se abre el telón. El rincón, es un cementerio alumbrado por velas embotelladas y arriba una luna roja atrapada entre finas líneas niebla. En extremo hay un banco, enfrente de una la columnata de un arco romano, y al otro extremo un caminito de grava. Esta parte del escenario antes a oscuras, se ilumina y el trazo antes descrito pierde intensidad enlutándose y dejando sólo la luna, las velas y la penumbra del cementerio. Con el cambio lumínico la luna se tornará más roja e incomprensible.
Margot estará de espaldas pintarrajeándose los labios con ayuda de un espejito. Se le cae la barra y le da una patada. Se gira y se acerca a un nicho, inspecciona, y apunta en una agenda. Se arregla una media y se vuelve hacia el camino de grava por donde llega Edwing, gris.

Edwing: Buenas noches Margot. Aunque mi penuria no deja contornos para anhelar gran cosa.
Margot:  Aquí llega el apuntador de mi soledad.
Edwing: Soledad sin espejo, ya que nunca escuchas.
Margot: Ven aquí y bésame corderillo.
Edwing: Uf. (no lo hace, tirita y retrocede un paso) Siento un sutil calor inconfortable. Un inmenso yo exterminador, ya nada es igual Margot.

Margot: Tampoco podremos amarnos ¿verdad? –Alejándose con fingido disgusto-  aunque seas mi huésped favorito. Y aún así… sería demasiado fácil si bastara con amarnos  -limpia una losa y la inspecciona, saca la agenda y la mira, la guarda de nuevo-  y demasiado absurdo juntarnos con la pronta exactitud de ser los mismos actores de un mismo acto.
Edwing: Hablas de ese modo porque en el fondo enjugo mis lágrimas por ti, y lo sabes. (sin desdén pero apenado). Y porque estoy muerto, igual que todos.
Margot: Las palabras son las que están muertas. ¿Oyes? Estas partituras imperfectas. No te esfuerces. Ellas mismas determinarán su caducidad con precisión.
Edwing: Entonces son espectadoras faltas de cariño. Andan cojas. (Saca un reloj de bolsillo y lo mira) ¿No tienes clientes?)

Margot pone los brazos en jarra. Mira hacia las butacas con una sensualidad viperina. Baja del escenario frotándose la falda. Pide un cigarrillo a un asistente y suena el bolero de Ravel. Se vuelve para ver a Edwing.

Edwing: (Camina pensativo y señala un nicho del que antes Margot había tomado facultada nota). Menuda paradoja. Cualquier cosa que se diga es una pesquisa, un deseo inconforme de muerte. La belleza está columbrada de exageraciones… Y yo en esta noche… Debo salir. Pero qué decir para salir de este espejismo dl que desconozco la figura original ¿Qué fue primero, la palabra, el deseo de estar en otro lugar? Soy un ser disciplinado, cabal, con buenos modales. Aunque puedo imponer (Da enojado un puntapié en el suelo). ¡Orden, ordeno silencio! (Se para la música y se ajusta el cuello de la camisa). Corto el césped, riego, siembro. Recuerdo el nombre de todos los mares del mundo. El mar Caspio, Pacífico, el Egeo, el mar Muerto. ¡Silencio he dicho!. Aunque aquí, tan solo, y la hierba está tan fría… (Melancólico recita, contando con los dedos). Mar atlántico, mar atónito, mar lúdico, mar súbito…

Margot y el señor que antes le ofreció el cigarrillo suben hasta la zona oscura del escenario agarrados de la cintura y perdiéndose entre bambalinas. Se oye un cuerpo que cae al suelo y una profunda eufonía de fuegos y gemidos.

Edwing: …mar vati…. (Sorprendido mira al público) No soy maestro en juegos florales pero bien se ve que ahí detrás están a la fragua de un nuevo sepulcro. (Se acerca al fondo y esa zona del escenario oscuro, emite destellos relampagueantes y Edwing, recibe una bocanada de humo y tose) Ya veo que ahora no puedo contar contigo.
Voz de Margot: Aaaaaaghahh.
Edwing: ¿Juras que no volverás a atarme al potro del castigo?
Voz de Margot: Aaaaaagh.
Edwing: Eso es un negativa. Me da vergüenza decirlo, pero me gusta.
...

13 comentarios:

  1. Vengo de casa de Pájaro, en el que siempre encuentro un texto dónde anidar mis desasosiegos, y dí con tú comoentario. me gusto, me ha gustado la obra de tetaro, la pondré y ecenificaré en mi salón.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Quiero contarte que trabajé en teatro, hace algún tiempo, tu obra de teatro me encanta la he venido viviendo es como que la estuviera viendo o actuando. ¡Felicitaciones! Es un gusto pasar por tu espacio.

    Hasta pronto.

    ResponderEliminar
  3. En qué devino nuestra Margot??? Era de esperar si ya lo dice el tango "antes eras Margarita, y ahora te llamas Margot". Pero siempre me han gustado estas mujeres intachables en su estatua, en su inigualable manera de no sentir. Para ellas todo es como ponerse ese rouge en los labios. Me quedo un rato en este cementerio. Bico hermanito

    ResponderEliminar
  4. Interesante relación la de ésta pareja, pobre Edwing anda un poco desconcertado, como todo aquel se enamora, lo que le queda por sufrir todavía junto o tras Margot, que tiene ese atractivo de imposible que tanto magnetiza. Esperaré impaciente nuevos actos...

    un abrazo

    ResponderEliminar
  5. ¿Cómo no va a gustarle la Muerte a la Vida? (y viceversa)... son pareja, aunque se esquivan...

    Cada vez es más triste e intensa la obra, y cada vez me gusta más. Seguro que en algún lugar la historia gira dos mil veces sobre sí misma...aunque no puedo adivinar dónde quedará...así que espero que siga......y por tanto espero que al derrotado al que no le alcanzan las palabras, no le lleguen nunca a alcanzar, para que no deje de buscarlas, y masticarlas, y escupirlas, y.......

    ResponderEliminar
  6. Pero me gusta. El oscuro mundo del teatro se cuela por todas partes, unos aromas, una tensión, algo particular.

    ResponderEliminar
  7. Por cierto, en la foto hay un globito??????

    ResponderEliminar
  8. En la cúpula de la Basílica de San Pedro, en esa casa de P..... y tomé esa foto, el globito nómine patre...

    Confieso que soy un vago redomado, sólo me siento a escribir cuando leo. Y cuando de verdad debería escribir saco la guitarra de la funda y me voy a tomar unas cervezas.

    ResponderEliminar
  9. Me encanta la vagancia, creo que es la mejor forma de vida. Si puedes ser vago hazlo, yo no podía al 100% Ahora que puedo me la disfruto lo más que puedo. Ahora ya no necesito trabajar. Je.

    ResponderEliminar
  10. La vida es una continua obra de teatro que interpretamos día a día. Hay vidas que atrapan otras pasan de largo sin rozarte, sin calar lo más mínimo. Y otras te hacen entrar de lleno y sentirlas como propias.
    Es fácil, o mejor dicho es inevitable pasar a ese espacio y ver los nichos, oler el aroma de Margot ye identificarse con Edwing.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  11. Dejame tu brazo que te escribo chuzo....

    ResponderEliminar
  12. Me gusta Pirandello, esta escena de teatro y tu escritura y un buen grupo de elementos juntos, que gusto leerlo junto. Leí los comentarios y beuno es bueno de vez en cuanto disfrutar la vagancia de buena gana que de allí también uno va surcando caminos para nuevas ideas,

    un abrazo grande

    ResponderEliminar
  13. ..y yo pensando que nadie leía estas travesuras.

    ResponderEliminar

o tu no-comentario

Queridos Riders

on the road


see see reader