TUSQUETS EDITORES |
Sucede desgraciadamente pocas veces, pero ahora cuando
estaba leyendo en un
Asiento del tren
“laheridaenlalengua” mi cuerpo y mi
alma se reunían (en la escucha). Anochece y el paisaje sucede rápido. Soy como
llevado por una voz silenciosa y dejo, de estar (a la escucha). La imaginación
¿? Construye un muro que subir y saltar así por encima del otro muro, la gran
pantalla, phantos, mmmm m m m. Pero pasa
muy pocas veces. Alguna vez pasa como una fiebre, una sensación transitiva,
pues las condiciones jamás son las limitaciones.
El año pasado me ten-dí a leer “Lamujerdepie”
y mi anciana
madre se sostuvo un tiempo sin poder hacerlo. Aún hoy tiene que buscar fuerzas.
Alguna vez le entrego las mías que no hacen más que disolverse en las suyas.
endre penovác |
La herida en la lengua
Chantal Maillard
D E S P R E N D I M I EN T O
Nada hay con sentido
bajo
las alas de los pájaros
—Ya la niebla empuja las almas hacia
el valle—
Los témpanos ululan / los infiernos
se agitan
¡Aquí estamos / aquí
estamos!
Escúchales / es el sonido de
Lo eterno.
La eternidad-aquí
Sobre este mismo agujero / cadalso /
Que se abrirá mañana
Que ya se abrió
¡Salta!
¡SALTA!
[35]
La piel del brazo
el roce
Abrázame le digo dice
ella
pero no hay otro
movimiento
que el de la caída
y me pregunto cómo
si ella más abajo o si yo
más arriba
o su brazo y no hay tiempo
salvo para caer
el edificio a un lado
porque de espaldas no
de espaldas es el suelo
y el suelo es el miedo
Abrázame le dice
[37]
pero es
tan larga la caída
[38]
Ventanas
para
la mano trémula
para
la boca áspera y el
espíritu
en fuga
el
cuerpo erguido sobre el hambre
en
su endeblez de ramo
de
huesos sorprendidos
en
la caída
por
la
caída
ventanas
para
fugarse / franquear
el
límite
que
protege a los débiles
ventana
para oír
[39]
el eco
que al abismo convoca
desde lo no cifrado
al otro lado de
al otro lado tiempo
la otra oscuridad
de sin dolor sin sombra
ni tan siquiera de
cuando tan sólo
sin
(alféizares:
polvo
de vidrio
para
cortar los hilos)
[40]
Tarde. Llegar
tarde.
Cuando han entornado los párpados.
No saber interpretar el eco.
Ángel aún sin hacer.
[41]
Los ojos en las estrellas…
¿Había nubes?
Pájaro de alas rotas
Mi hijo
[
]
El tacto nace y mora los límites. Ese gato en el muro;
vigila el aguacatero
y me mira alguna vez mientras leo el desprendimiento
caído
cielo rótula gota lengua a –
larido.
Conocí a Maillard con Bélgica, me entusiasmó tanto que no
quise escuchar
o ver nunca una grabación de ella, ni “de-tener” un poemario
suyo.
Ocasionalmente de pie en una librería o biblioteca. De algún
modo este libro
descansa acurruca lo caminado. (LO) Pasado no es otra cosa
que sencilla
energía simple calor.
Acumulación de jaulas abiertas
Tanto tiempo buscando el camino
Hacia lo no-pensado…
¡ La cola del gato lo señala !
Este invierno seco y frío no impide cubrir la ausencia con
el destello, den-
tellada en la sombra y los montones de hojas dispersas que
cubren la mayor
parte de la huerta. Una tierra negra mezcla de castaño y
carballo arriba, abajo
detritus mezcladas con otras tierras. A veces el gato
escarba,
a veces, el perro busca frescor para su cuerpo.
Pronto se anegará con la lluvia
y con corazas de mar.
Todo lo que se hunde en el mar
es
tierra. Y balbuce.
M O R D E R S E
L A
L E N G U A
Ludovico — maestro copista —
levanta la cabeza. Ha leído
la palabra aeternus
y no la reconoce.
Vuelve al libro. Trata
de entender, No entiende. Se
lleva la pluma a la boca.
Saca la lengua.
Varias gotas de sangre caen
sobre el pergamino.
En el claustro un mirlo
entorna un canto.
Ludovico no encuentra
manera de seguir.
[83]
Hadewijch — la escribana —
se detiene.
Entre una letra y
otra se interpone
algo que
no puede descifrar.
En medio de
la frase
borrando el ordenado
seguimiento del
universo texto
una gota
una gota de
tinta
diluida
o más bien es
de sangre
[85]
oxidada
y oscura
como la del insecto
que horada su cuerpo cada
tarde.
Siente un
dolor intenso — y el odio—
abrirse
paso
en su vientre. Se lleva
la mano —la afilada pluma— a los
muslos
allí
donde el animal antiguo
el animal eterno
atrapado
en el
siniestro pasatiempo
de los dioses.
La retira. Acerca
la pluma al pergamino
y roja es ahora
muy roja
la tinta con la que escribe
—intuyendo el texto—
la palabra aeternus.
[86]
Esa locura de vanidad impresa y mediada por los Estados en
loor
del porvenir, en nombre de la gloria, se imprime en los
hombros
de los pueblos, que excavan la tierra para enterrarse como
lacayos
fascistas. Es decir;
exterminándose y con las misma, asesinando al extranjero,
venga
del lado que venga. El discurso, los discursos proferidos
por el sujeto
político en los cuales ya no se reconoce el/ sujeto, ya
distanciado
en el ideograma de enunciación.
Para visibilizar el lenguaje es preciso acabar con el
paraíso del contrato
social y dejar de encogerse de hombros para acunar la
imagen.*
*expressão de hierarquía!
[ BALBUC E O S ]
[ … ]
El campo de
Kobe, al sudeste de Etiopía.
Los campos
saharauis de Tinduf.
Los campos de Saklepeha,
en Liberia.
Los campos de
Bahai, Ereba, Guerida, Forshana, Goz-
Beida y
NIgrana, Djabal y Goz Amer, en el Chad.
Los campos de
Kibati, Bulenbgo, Buhimba y
Mugunga, en la
República congoleña. Los de Mweso y
Masis.
El campo somalí
de Dadaab, al nordeste de Kenia. Los
de Hagadera,
Ifo, Dagahale, en su frontera.
El campo de
Domeez, en el Kurdistán iraquí.
El campo sirio
de Za ‘ atari, en Jordania. El de
Muraiyeb al
Fohud y el de Anmar al Hmud.
La franja de
Gaza.
Mientras tanto
Europa, la esclarecida Europa,
duerme como
aquel monje su sueño de
trescientos
años oyendo cantar a un pájaro.
Otros pájaros,
oscuros, habrán de despertarla.
[ . . . ]
Vi una fogata.
Y a una niña oscura en brazos de su padre.
Ella le sonreía
mientras él la miraba. Y las llamas ardían
más rojas y más
vivas en los ojos del padre que en la propia
hoguera. Yo
pasaba en un coche.
[ … ]
El jazmín y la hiedra se enredan en la entradita del huerto.
En los márgenes una plantación diversa de pequeños arbustos. Caen las primeras
gotas.
Impersonalizarse es hacerse uno con el tiempo y el espacio
en la naturaleza. La tauromaquia de las genealogías es esa dependencia control
impedimenta indumento anti-experiencia de la imagen.
Y en la sombra, el silencio de la poesía, algo eclosiona y
por extraño que parezca adquiere rostro. Rostritud. Impersonalizarse es
desconfiar de la imitación, la conjetura del punto de partida. Decodificar las
leyes “inmutables” que trazan las fronteras que nos separan y unen, a veces,
para participar de las prerrogativas del poder.
[ . . . ]
Por sobrevivir,
cualquier animal embiste las paredes de su celda, atraviesa continentes, camina
hasta extenuarse, des-plaza a otros, se defiende y mata. Ninguno, sin embargo,
esclaviza a otro por provecho o diversión, ninguno encar-cela a otro para
contemplar las piruetas que da tratando de hallar salida. La crueldad no son
las fauces del tigre en el cuello de una gacela, no, la crueldad es moral, y la
moral es humana. La estupidez también.
[ . . . ]
Tal vez alguien imagine que manipulo, pervierto, la poesía
de Maillard para alcanzar cierta cohesión dentro de un discurso. Sin embargo
desde siempre ha sido al revés. Intento desnudar la voz para poner cuerpo a
aquello… ¿espacio entre acción y reacción? …que es fuga. Desanclamiento.
Sócrates discutía, con la ínfula emancipatoria a los esclavos, destinados a
serlo siempre. Eso sí, se les instruyó en la melodía de las opiniones. Y la
retórica, personifica la idiotez específica del pueblo. Es decir; adocenar para
la desigualdad, religar para el atontamiento. Siguiendo al filósofo, usar las
palabras hasta creérselas.
Será por estos motivos quizás, que al conocer a Maillard con
Bélgica, algo parecido a un diario, quedé fascinado por aquello que permanecía
en la caja de resonancias. El temblor. La ilusión que resquebraja lo
constituido.
Y el olvido, in-tacto, sin palabras, como un destello. Esa
es la diferencia. Lo otro; indiferencia. Hacer ficción del vértigo. Pues el
umbral, el pretendido fin del mundo, ha sido traspasado. Vivir inmersas en
sociedad enloquecidas atentas a los emisores de información y nada sorprende,
pues lo real ha perdido materia, se ha transhumanizado, y lo sólido se ha
envanecido. Comerciantes de nada, naturalizamos la incomunicación con el
sistema Android/o. ¿No ha sido traspasado el umbral? Las dimensiones psíquicas
emotivas ( . . . ) son tomadas por asalto con la precisión del fascismo más
efectivo. Conciencia de subordinación. Hacer rodar información subversiva por
internet; no hacer más que nutrir el concepto de sistema estable. Sin embargo
la firmeza temblorosa, viva, de la propia libertad hace frente
a
ante, lo
insubversible.
Corro. Lo hago en esos dos quilómetros de “playa” que
alberga la vila donde viven mis progenitores. Anoche luna llena y olas de fondo
de 7/8 metros. La resaca escupe.
*
Eterno es solo el
espíritu que se aprehende a sí mismo.
[MaxStirner]
endre penovac |
Ayer comprendí... o más bien sentí, que el cuerpo (cometa)
ResponderEliminarno quiere salvarse, sólo quiere escapar...
Salud, ÇÇ rider
hoje estando en Porto, acontecéume algo semelhante-
EliminarSalud LOAM