De
los dolores
y las penas
Ensayo abolicionista y
sobre la objeción
de conciencia
VINCENZO GUAGLIARDO
N. 1948. Tunez
ED
traficantes
de sueños
mapas
37. Todo aquello que caracteriza la economía de la
subsistencia tenía un gran reconocimiento en el mundo preindustrial y si hoy
tiene muy poco es porque está formado por todas las actividades humanas que no
tienen un precio en el mercado: porque no debían tener un precio antes y porque
hoy son des-preciadas, substraídas a la autonomía de las personas. Conviene
decir que hay personas que tienen mayor valor cuanto menos precio tengan:
indican el confín entre la vida concreta de los seres humanos de carne y hueso (las
“personas”) por un lado, y las abstracciones y las mercancías, por el otro.
Esta tesis no es meramente romántica; es fundamental asumirla a fin de entender
que estas actividades, estos espacios sociales, los hábitos y la cultura que de
ellos se derivan, son la realidad externa de aquella realidad interior de la
que se ha venido hablando en estas páginas. Detrás de estos objetivos “ de ama
de casa” se esconde todo lo que tiene que ver con el sentido de la dignidad
personal, de los vínculos de verdadera solidaridad en una comunidad, con el
respeto, con el amor.
***
38. Así, se llega a la cuestión fundamental a fin de
comprender la fragilidad objetiva de todo movimiento carcelario, al porqué del
riesgo de derrumbe de la personalidad del individuo encerrado vivo entre muros.
De hecho, ninguna medida represiva podría tener éxito en una empresa parecida,
si no tuviese lugar sobre esta base de la que sin embargo se habla, pero
siempre como si fuese una cosa más entre otras y no la base de todo el
edificio…. Tabú de los tabúes, de esto
no se habla como se debiera ni siquiera en reconocidos estudios de denuncia
como son los de Foucault o los de Ignatieff. Peor aún, además se ignora casi
por completo en las propuestas de los presos y se descuida entre los
abolicionistas. Si en este capítulo se aborda este tema en último lugar
demostrar mejor su potencialidad en la destrucción de la realidad interior, a
la espera de que un día sea el primero en ser abordado cuando se hable de
crítica de las prisiones. En esta espera, la crítica de las prisiones y del
pensamiento punitivo estará siempre, desde mi punto de vista, viciada desde la
raíz.
Esta es la obviedad (central) convertida en misterio
(periférico): no se dice nunca que la persona recluida es, sobre todo, una
persona castrada sexualmente o, si se prefiere, un sub-castrado porque ninguno
lo está físicamente. Uso no por casualidad el masculino ya que la reclusión
como pena ha sido pensada por hombres para otros hombres. La mujer a quien se
le impone es considerada todavía hoy un accidente secundario (y así cada mujer
termina, por otra parte, por ser objeto de una doble violencia porque no es
reprimida en su género como el hombre sino que en un cierto sentido es además
ignorada).
La prisión es por eso, y sobre todo, un mundo homosexuado
en masculino. Con esto el antiguo y poco usado instituto de la prisión se
renueva y refuerza llevando a sus extremas consecuencias una particular
concepción cristiana occidental, ortodoxa y confesional, donde castigo y
misoginia estaban desde hacía tiempo estrechamente vinculados en un indisoluble
binomio que encontró su más acabada expresión en la vida de los ermitaños y en
la fundación de los monasterios. Ya en el siglo VI, viejos ricos mercaderes se
retiraron en conventos. En el siglo XVII, víspera del nacimiento del
penitenciarismo, tal elección surgió de la mística de la verdad, esto es de la
vida apartada de quien busca el éxtasis de la comunión con un Dios separado de
los hombres, y fue laicizada, defendida como modelo mundano de comportamiento
ideal que podía también ser autoimpuesto por un hombre común: el burgués.
***
40. La larga evolución de la ideología misógina continua
y al mismo tiempo prepara las etapas del cambio económico y social para
encontrar en el penitenciarismo su momento cumbre; ahora instrumento de
política social y no solo de una deseable y voluntaria evolución personal. La
burguesía parece encontrar en la guerra de sexos el motor del desarrollo. De
hecho, tratemos de considerar las tres fases de recorrido del pensamiento
mercantil desde esta perspectiva.
En los comienzos de su trayectoria, la economía mercantil
destruye las relaciones de subsistencia, la mística eremítica y misógina
aparece justamente en aquellos hombres que desprecian el espíritu mercantil.
Pero en la medida en que la actividad de subsistencia es sometido es sometida
al principio de la ganancia, es también sexuada en femenino; por eso las
mujeres van perdiendo respeto por sus funciones en la sociedad: por eso, en
esta segunda fase la misoginia se va laicizando, se transforma en la elección
de hombres que exaltan aún más, en contraposición al holismo de la sociedad
tradicional, el individualismo, el espíritu necesario para el desarrollo de la
propiedad. Cuando la historia de la propiedad consigue marcar el predominio de
la burguesía en toda la sociedad, el individualismo tiene a su disposición
(tercera fase) también una política penal del Estado.
Es necesario recordar lo que se dicho al comienzo, esto
es, que el derecho penal moderno se elabora en sus orígenes como defensa de la
naciente propiedad burguesa.
De forma más precisa, el difuso sistema de propiedad de
la burguesía se instaura atacando sistemáticamente los “ usos cívicos” que
caracterizan a la sociedad de subsistencia; el derecho penal irá castigando a
esos plebeyos y plebeyas que se obstinan en considerar natural ir a cazar o a
coger leña en un territorio que era de dominio público, es decir, bien de todos
en la percepción de cada uno, como el agua y el aire. De manera que la captura
de un faisán terminó a veces por costar más que un homicidio entre los
pobres….y una conocida canción que nos recuerda cuán peligroso era robar
ciervos en el parque del rey.[Geordie,
Fabrizio de André].
El “derecho” se contrapone al “uso”, y lo “penal” a lo
“común”.
La represión de las costumbres y de la cultura ínsita en
los “ usos comunes” es también, obviamente, un inmenso ataque contra los
poderes de las mujeres ya que, entonces, cada actividad relacionada con la
reproducción de las condiciones inmediatas de vida vino progresivamente
considerada “ improductiva” y subordinada a la mediación del trabajo
asalariado, considerado el trabajo productivo por excelencia, incluso cuando
produce “ bienes” absolutamente inútiles para cualquiera salvo para quien los
manda hacer. Se instaura así un modo de vida cada vez más artificial donde
desaparece aquella autonomía de las personas que la subsistencia de alguna
manera protegía. La salida de la Edad Media, el primer gran acto de la
modernización que generalizó el modo de producción industrial consiste en la
serie de hogueras que durante 150 años atravesó Europa, conocida como la “caza
de brujas” porque afectó sobre todo a mujeres, expropiándolas de funciones
respetadas hasta ese momento, como por ejemplo el arte de la medicina popular
considerada ahora brujería. Al mismo tiempo, en la medida que esta cacería
golpeó también a algunos hombres, los brujos, no se limitó a sustituir con
“expertos” médicos masculinos aquello que era popular, sino que, para dejarlas
en segundo lugar, sexualizó todavía más en femenino aquellas actividades que
hasta el momento eran consideradas primordiales: nutrir, atender, etc.
Por todo esto, la misoginia ha sido históricamente un
cemento ideológico importantísimo para la transformación de un conjunto de
actividades ahora completamente transformadas en un feminizado “trabajo a la
sombra” del trabajo asalariado.
***
61. […]
La ley que no cambia termina por penalizar las prácticas
que se han convertido en necesarias en el nuevo contexto y por eso, a los ojos de sus autores, son naturales.
Viceversa, prácticas que ayer no eran ilegales, hoy lo son. Por eso nace un
movimiento “librecambista” que, sobre el plano judicial, intenta reconstruir
aquel estado de doble derecho que siempre ha caracterizado en el pasado a la
justicia a través de la discriminación de clase.
Así funcionaban las cosas cuando, hace una veintena de
años, Foucault publicaba vigilar y castigar:
Para ilegalismos de bienes –el hurto--, tribunales
ordinarios y castigos; para ilegalismos de derechos –fraudes--, evasiones
fiscales, operaciones comerciales irregulares –jurisdicciones especiales con
pactos, ajustes, multas atenuadas, etc. La burguesía se ha reservado el dominio
fecundo de las ilegalidades de derechos. Y al mismo tiempo en que se opera esta
reparación, se afirma la necesidad de un control constante que se refiere
esencialmente a esta ilegalidad sobre los bienes.
***
78. El rechazo a negociar con las propias ideas es un
valor positivo en si mismo, un elemento precioso para la humanidad: para que
las ideas puedan cambiar, para que la conciencia pueda evolucionar, siempre
habrá que usar el propio cerebro al máximo posible, habrá que impedir desde uno
mismo la escisión entre el decir y el hacer que está en la base de la
esquizofrenia social de nuestra civilización.
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Ensayo abolicionista y
sobre la objeción
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VINCENZO GUAGLIARDO
N. 1948. Tunez
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"La escisión entre el decir y el hacer", estas palabras al final del texto que nos has puesto (tengo que confesarte que en algunos párrafos me he perdido..), me han dejado pensando..y no sé, creo que es una mal muy común en nuestros días.
ResponderEliminarUn beso, çç
hola Carmela. también me he extraviado y encontrado una lucidez necesaria en ese libro, que ahora no está conmigo pero trataré de resumir, pequeño gran libro. El escritor va más allá de una defensa de la abolición penal, para así llegar a exponer su situación pero sin llegar a centrar su caso, pues se trata de lo común. “la escisión entre el decir y el hacer…” Me sucede que cuando pienso en esa frase lo primero, la primera palabra que me viene a la cabeza es conciencia. Ultimamente con lo del brazo fracturado he estado haciendo algo que nunca suelo hacer, ver la televisión, y a pesar de sentir un sucio aprisionamiento he seguido lo del ébola y debates de todo tipo y está claro que la televisión y el imperio de la imagen son los mismo. Suero. Hay un relato muy bueno de un amigo que subiré en la próxima publicación para que puedas verlo. Un pequeño paraíso. Volviendo a los fragmentos de Vincenzo […s espacios sociales, los hábitos y la cultura que de ellos se derivan, son la realidad externa de aquella realidad interior de la que se ha venido hablando en estas páginas. Detrás de estos objetivos “de ama de casa” se esconde todo lo que tiene que ver con el sentido de la dignidad personal,… ] La realidad se ha convertido en una perpetua revolución domesticada y a la vez politizada penalmente. Las mujeres, más que los hombres, son expuestos como ganado en el consumo de una misoginia en red. Por cierto, tengo que acordarme de revelar las fotografías de esas manos talladas, casualmente del tío de un amigo, aunque a este sí que lo conozco. Abrazos y muchas gracias por pasar.
Eliminar[ccrider]
EliminarSería ridículo menospreciar las leyes de la física. Los vectores de posición y velocidad se mueven en forma circular. Vectores que son artículos conductores de deseo. Variaciones de un cuerpo, “una” boca, “una” pierna, mera facticidad que danza sobre fuego, ya que el nudo entre el pensamiento y la palabra arde y sólo hay caídos aferrados a “un” deseo. Derramados en forma de encuentro, o palabra.
...estos son los efectos de la falsa conciencia, de lo penal fuera de las cárceles,.....[[ Dany, el joven camerunés que la ONG Prodein retrató en un vídeo del salto a la valla del pasado miércoles siendo golpeado en una escalinata por agentes de la Guardia Civil, ha perdido un riñón y tiene medio cuerpo paralizado, según ha informado esta ONG melillense, que ha conseguido contactar con el migrante después de....]]
Eliminarhttp://arrezafe.blogspot.com.es/2014/10/el-joven-apaleado-en-la-valla-de.html
Gracias por tus palabras :)
ResponderEliminarUN BESO