…aquí traigo dos vínculos en el tiempo, el primero
escrito este año 2013 [Para trazar lo (im)posible] y el segundo vínculo en el año 1994 [Entre el ser y el poder]. Ambos creo enmarcan un tiempo, un nihilismo, un
tiempo de idolatrías a pálidos dioses. Vacíos de órganos, gusano aquel que
devora tierra y expulsa consistencia, copia de copia. Pues con tanta luz
redundante hasta la sombra nos quieren arrancar. El instinto es flexible,
primitivo, carece de médula axial y cede la luz, se
derrama sobre él sin excepción. Predicción que ampara el sentido pero amputa la
experiencia. El destello de lo imposible. El desafío cotidiano y anónimo. Este
saber; hemos conquistado la derrota ¿y? La docta pastoral acelera las técnicas,
lo estético se confunde con lo ético, el pensamiento de duelo… ¿y? Una sangre
racional que invade, petrifica, anula la memoria pero extrae su código
genético y lo sobreecodifica, impide la fuga… ¿y? Nos juntaremos recreando lazos lúdicos, configuraremos
espacios pasivos donde lo pasional irrita, lo provisional de las formas sobre
nosotros como una conciencia “útil” que acallará la experiencia y despertará/despierta la
teoría de la experiencia… ¿y? Fingir una respuesta. La ciudad es páramo. La
ambigüedad del órgano es conciencia. Representar, representaremos el objeto
deseado, necesario, asentado y colonizado… ¿y? Los dos vínculos que aquí os traigo
enmarcan, un tiempo pero no un espacio, en el espacio hay brecha, acusación en
la que entramos y ya no es desde un lugar donde estamos, no es lugar esta utópica
mistificación… ¿y? Tal vez el cuerpo como hilo, sutura, sombra interior que
apague, merme los espacios pasivos, evidentes, tenemos sed de vida… ¿y?
Bajo extraño
imperio, aglomerados los martirios,
y
destruidos,
perplejos,
extraviados, negada la memoria,
solos;
muerta la
sombra que protege,
lloramos,
sin tener a
quién o a dónde volver.
Estamos
delirando.
antigua elegía anónima en el libro quechua “ A pu Inca
Atavallpaman”
PARA TRAZAR LO
(IM)POSIBLE
Arturo Borra
Ed. Amargord Ediciones
Escribir en voz baja, silbando como
un viento diminuto que disemina murmullos a veces ininteligibles, simiente que
sólo reconoceremos más tarde, cuando fecunde el cuerpo de las flores, su
perfume más indócil.
Y si hay asfixia -¿cómo no invocar
el aire que nos falta?
¿Quién desea escuchar el viento de
su soledad, su movimiento transportando objetos fracturados?
¿Lo oyes? (No digas es triste: lo que daña es la falta de
aire).
Murmura: trae alegorías, rastros enterrados.
No historias: una distancia, rotura dentro del nombre.
Y lo desconocido brilla: es pasión
díscola –sopla sobre todo este desierto, raspa las piedras amnésicas, sigue
escribiendo bajo, para que el día no lo vele, para que la noche siga abrigándonos
mientras nuestras manos arriesgan su imposibilidad.
[…]
[…]
[…]
a trasluz
el día ciega
aunque las cosas se empeñen en seguir gravitando
sobre lo que no tiene fondo
el lenguaje se hace cuerda
y desafía esa caída
llamada vivir
todo raspa: el viento
silba
donde el frío
enmudece
no es que algo se hunda:
nunca hubo cumbre
sólo piedra
erosionada
arena en los ojos
el viento llama pájaros dormidos:
desafía una planicie impúdica
sobrevuela la memoria de la pérdida
un canto desterrado bate sus alas
sin temor a la lluvia
[…]
[…]
[…]
¿quién sopla
para forjar otros
continentes? ¿qué espejos
sangran con lo entrevisto
-figuras en fuga viento
raspando la superficie árida?
no hay dónde mirarse: sólo
la añoranza
excava una salida
imposible
llorar desde la fractura
que nos reconoce
antes que lleguemos
a consolarla
duele dulcemente el relámpago
que iluminó esas lluvias
dentro
la promesa de ver
al fin
cómo asoman las primeras hojas
lo imposible en la frente
sacude el desierto
en la espalda
apenas esbozos
anudarse
al
pulso desatado
y
no detenerse
ante
la esclerosis
de
las raíces
también la música
nace del viento
del roce inaudito
de las hojas en la oscuridad
como una vibración de cuerda
rendida
a la pulsación de la noche
erosionando
este montón
de escombros
abandonaremos Finisterre
el viento vence la resistencia
de la piedra
en el fin del mundo vendrá una luz
tenue
a alumbrar la soledad
no disipará la bruma: un faro
se alzará al sur de las residencias
traemos Finisterre a cuestas: el aire
abre otro surco
que raspa los miedos arcaicos
la aspereza
de la piel
sobre la ausencia de suelo
otra promesa…
una vez sí una vez
uno sueña ríe vive lo que no
vivió
lo que quiso sin poder
así se aprende a vivir dos veces
soñando
cuando el desagravio
es segunda vez
nacer dos veces
en el sueño
al borde
de
lo querido
inclinados así sobre la orilla de un
río nos miramos como
si
hubiera primera vez
sin púas ni asfixia una vez sí
lo no vivido se hace vida
ríen
los sauces llorones
uno anda por el lecho rehaciendo su
torpeza
alza nuevas
tablas recorre de memoria cuerpos ahogados
se sumerge
para otra vez
salir a esta superficie arrasada
una
vez sí
una vez uno
vive lo no vivido
vive aquí
el sueño
repara lo
dañado
¿Qué quedará después del vendaval?
Sin nombres todavía. Sin más que
lugar vacío; recipiente solícito al exilio de la noche.
El viento erosiona las piedras. Se
agitan aquellas ventanas condenadas a la clausura. Todo sopla aunque no sepamos
qué permanecerá. Y si nada persiste, entregarse al fragor del aire. Vivir sin
paraje que abrigue del invierno.
Tampoco cuenta dónde: la partida es
incontable. Y no se llega.
Será partir todos los tiempos,
desafiar la posibilidad vedada de partir. Desamarrarnos.
Sin darnos cuenta, nos pusimos a
hablar de sabotaje. Y no hallamos alojo más que en el viento.
Para trazar lo (im)posible.
PARA TRAZAR LO
(IM)POSIBLE
Arturo Borra
Ed. Amargord
Ediciones
***
Entre el ser y el poder
Una apuesta por el querer vivir
Santiago López Petit
[…]
6. Epílogo: querer vivir en lo
posible-imposible
LA ARTICULACIÓN SER-PODER-NADA es un modo de ordenación en el que desde siempre
estamos insertos. El paso de la Autoposición a la Disposición, el discurso, es
nuestra palabra desplegada en su interior. Es la imagen en el espejo –aunque
imagen activa- de este orden, la música permanente que no ceja. Valle y rio.
Cuenca abierta por el rio que, a su vez, es trazado por ella. “Hoy” en la
metrópoli, el valle se ha hecho desierto y el río autopista. La música es el
persistente fragor de los coches persiguiéndose entre ellos, es simple
repetición. En cambio, esta sociedad que cada vez más se confunde con el
Estado, se ve a sí misma como la constante mutación. Nuevas tecnologías, modas
incesantes parecen llevarnos en volandas hacia un nuevo continente en el que
todo será distinto. Pero no está claro que ocurra algo nuevo. En realidad,
habría que dudar del ocurrir como tal. El poder media continuamente entre el desorden y el
orden, y lo hace poniéndose en su desvanecerse. Desaparece el centro y
los límites se hacen indeterminados. Y este acontecimiento en el que se
re-produce el desierto circular, se esfuma en su mismo repetirse. Hemos
descrito dicho mecanismo como la conjunción entre control social y producción
de diferencias. la teoría general de los sistemas, al bloquear el cambio –por
muchos intentos que se hagan de introducir el tiempo- se ajusta perfectamente a
esta realidad. El sistema funciona, o más precisamente, la integración
sistémica se basa en el individuo desencantado que “reduce la conciencia de sí
al culto de sí”. Copia de copia, individualista de estar por casa, cuya única
pasión es diseñar recorridos en el interior del orden y llamar a esto libertad.
Lo posible agotado
es un plástico que emboza lo real amortiguando los ruidos, evitando su
deterioro. Si rechazamos ser sujetos y renunciamos a este manto protector, si
nos ponemos de puntillas y asomamos la cabeza, entonces se nos aparece el
nihilismo en su esencia. Musil
decía: “Hay que hacerse con la irrealidad; la realidad ya no tiene sentido”. Nietzsche por su parte “sospechaba un
nuevo mundo” que conquistar. Pero ambos están estirando –y debatiéndose con-
este impermeable flexible que nos cubre. Quizá, en su época, aún se podían
abrigar esperanzas de detener el agotamiento de lo posible. El eterno retorno
afirmado que disuelve la identidad sería, en este sentido, el intento más
valeroso y admirable. Cuando hoy asumimos hasta el final este estar perdidos,
el nihilismo se nos muestra al descubierto. Nada. Nada queda de la coyuntura, de la diferencia entre ser y poder. O en otras palabras: el tiempo es un
pasar en el que cada vez hay menos momentos
por los que pasar.
Lo posible es la sonrisa que podría iluminar un rostro
encerrado en su seriedad, es la tierra que se divisa a lo lejos desde un barco
en apuros. Ahora, la sonrisa es un rictus inexpresivo, y la tierra una isla con
sirenas que entonan una canción adormecedora. Lo imposible que era el lugar
donde no podíamos estar, nos persigue por el contrario como una sombra, y
quiere envolvernos hasta paralizarnos. Esperar lo posible produce hastío.
Esperar lo imposible cansancio. Nuestra soledad nace en su intercambiarse.
Todo y correr hacia la nada, el momento no deja de insistir. Aunque se aleje de nosotros, sus pasos
resuenan cerca sin que el silencio consiga ahogarlos por completo.
Desencadenados de las ruinas que amenazan ruina, de la espera de la espera, lo posible-imposible se nos ofrece como el agua salada que no sacia la
sed, como el sol de invierno que no calienta. Para salir del desierto circular,
para superar la metafísica, hay que recorrer esta posibilidad enseñoreada por
la nada y que quizá nunca se hará real, sin dejar de ser por ello, posibilidad.
Contra el optimismo y el pesimismo, las dos caras de la impotencia. Y también
contra la duda escéptica que tranquiliza.
Las vías abiertas en la pared de lo posible-imposible son variadas y tienen
diversa radicalidad. En varias ocasiones, hemos aludido a estas formas de unilateralidad. Frente a la palabra
tautológica prolongada, frente a la música armónica y generadora de orden, el
desconcierto creativo del free jazz.
Contra los saberes dominantes, los saberes precarios.
En suma: primero, bajo, al lado del
sistema de la razón tal como se da históricamente constituido y re-constituido,
siempre ha existido, con formas variables y tortuosas, una racionalidad
distinta, con saberes fragmentarios sobre el sujeto, el cuerpo, la vida y la
muerte, sobre el deseo social. [M. Vegetti]
La unilateralidad puede desbordar la oposición y,
desmaterializándose, convertirse en grito sin palabra. “Decir el silencio” es,
entonces, el único objetivo. Palabra que abdica de su violencia. Metáfora
portadora de misterio. Apertura al Afuera buscando en lo que se encuentra más
allá de nuestros límites “un lenguaje que escape a este movimiento del poder
por el cual el mundo no cesa de estar relacionándose”[M.Blanchot]. O formulado
en una versión práctica: plegado de la línea del Afuera para constituir una
interioridad, una relación consigo mismo. Individualismo aristocrático
alcanzado mediante una ética en la que la vida se contempla como obra de arte a
construir. Foucault, en sus últimos
escritos sobre los griegos, presentará como propuesta moral esta idea de un
trabajo de sí sobre sí.
Afirmar lo Otro completamente Otro, decir lo
indecible, el cuidado de sí… ¿Son verdaderamente ensayos dentro de lo
posible-imposible? Nos gustaría que así fuera, pero no estamos seguros de que dichas
vías se hundan en lo inhóspito del resistir(se). Dos síntomas nos hacen dudar
de ello. Por un lado, el que siempre se salve un nucleo de identidad (el Otro,
el “sí”…) o un horizonte (el Afuera…). Por otro lado, el desfase existente
entre la formulación filosófica (radical) y la propuesta política explícita o
no (“reformista”). […esto fue escrito al finalizar la Guerra del Golfo,
donde los intelectuales postmodernos apoyaban la intervención en Irak, el
silencio de Derrida, sus discípulos a favor… excepciones, las de Agamben y
Nancy. La otra excepción había sido Deleuze, ese viejo formidable… T.Negri] En estos planteamientos existe demasiada esperanza y poca
ilusión.
Producir un acontecimiento que escape al
acontecimiento único que se extiende como tiempo. Sabotear el destino que nos
encierra. He aquí nuestra tarea siempre renovada. Podríamos intentar retornar
la disposición a la Autoposición, abrir el vacío en torno al poder. Empujarlo
hacia su posición más débil y deslegitimizarlo, encerrarlo en la tautología, aunque sin esperar que el frío hiele
su corazón. Como tampoco es verdad que el escorpión se clave su propio aguijón
cuando está rodeado por el fuego y no tiene posibilidad de huida. Retirarse de
él oponiendo su seriedad, la risa. Despegarse, enfrentándole la ausencia de
sentido. Contra el hilo musical, el ruido. Y mientras se avanza hacia nuevas
formas de socialidad y de vida, estar al
acecho de la coyuntura.
No obstante, jamás podremos anunciar con seguridad que
la metafísica ha sido superada. El pensar desde la unilateralidad diciendo el
no-sentido permanece aún atado a una concepción hermenéutica, y por tanto,
dentro del sentido; afirmando que la nada sigue ligado al ser. Por eso, la actualidad del comunismo –que no es
más que la mirada fuera del orden- se levanta como línea infranqueable para el
pensar/vivir. La actualidad del comunismo se nos presenta como una “broma
pesada” totalmente improcedente y frente a la cual nos sentimos ridículos.
Evidentemente, la gente seria que está al corriente de la historia no se ocupa
de una tontería de mal gusto. Y en este separarnos de ella –provistos de la
sonrisa de superioridad que confiere el estar de vuelta de todo- se pone como
límite. En el mismo instante, sin embargo este desprecio apaga no sólo la llama
sino también la voz. Por esta esa razón. Por esa razón, la pregunta con la que
se constituye la filosofía: “¿Por qué hay algo más bien que nada?” se
enclaustra más y más en ella, y se niega a decirnos acerca de su superación.
Pero si supiéramos estar a la altura de nuestro
tiempo, es decir, si consiguiéramos unir el estar al acecho de la coyuntura con
el encierro del poder en la tautología, entonces nos podríamos situar donde la pregunta se ejecuta prácticamente. Desde este
lugar que ya no es el de la tradición, el preguntar de la pregunta no remite a
un enigmático Ser, sino al orden del ser que el “algo” establece. Mas
esta ordenación así alzada no se sostiene, ya que la pregunta en su formulación
completa la socava. La pregunta apunta hacia fuera, hacia el des-orden, y en
tanto que es un poner en duda el Orden, se expresa también como la subversión
del Uno. Fue La Boétie quien se
atrevió a pensar afirmativamente la pregunta fundamental de la metafísica, y lo
hizo así: “¿Cómo pueden tantos hombres […] soportar a veces a un solo tirano
que no dispone de más poder que el que se le otorga?”. Con él, y en su
excepcionalidad histórica, aflora la crisis del Ser-Uno y se plantea, en
verdad, el problema de la superación de la metafísica. Pensar y orden empiezan a
desvincularse y no por el separarse del desorden –lo que siempre será un deseo
ingenuo- sino en la medida en que el orden en su juego mismo es desocupado.
A nosotros nos queda afrontar la pregunta más
originaria pensándola de esta manera
porque, en definitiva, sabotear este destino que nos lleva y salir del desierto
circular no puede consistir más que en volver una y otra vez a ella.
***
Entre el ser y el poder
Una apuesta por el querer vivir
Santiago López Petit
De lo que entendí, me pareció formidable. Y, sin embargo, ¿no es esta manía de vivir preguntándonos acerca de la vida una forma inquietante de evitar el vivir? tautología nuevamente de seres en busca de la densidad del ser cuando es, para mí, bastante claro que el ser es leve, insoportablemente leve y por eso "es". No se puede completar el ser pensando sino siendo; en la acción dinámica y tentativa está la respuesta. La respuesta, tal como lo veo yo, es la aceptación de la pregunta en su totalidad y puesto que no somos "formulables" no existe fórmula que nos defina. Nuestra forma de "ser" jamás será aprehensible y lo festejo. Que cada uno tenga su propio movimiento. El orden no debe ser controlado desde el desorden sino desde la libertad de elección del orden pre-dominante (que no dominante); pero la libertad exige responsabilidad y la responsabilidad, pesa. Es densa, exige compromiso. Bien, aquí me quedo. Hablaste de muchas cosas en este texto y creo que es suficiente; que sino me pongo densa y a mí me gusta la insoportable levedad del ser :)
ResponderEliminarUn abrazo.
“Será partir todos los tiempos, desafiar la posibilidad velada de partir./ Desamarrarnos. / Sin darnos cuenta, nos pusimos a hablar de sabotaje. Y no hallamos alojo/ más que en el viento…/ [A.Borra] Y claro Maia… actuar es el principio del olvido, poner en práctica lo pensado. Y claro esa “manía de preguntarnos acerca de la vida una forma inquietante de evitar el… “ es lo que habría que reordenar, tal vez sólo quitando los signos obtener un suelo, por lo menos levantar las cenizas de la esperanza. Allá en la entradilla hablo de un ¿Y? y me parece la única palabra digna tal vez de encerrarse entre la llama de un interrogo. Pero bueno, no puedo ponerme en la piel de un filósofo pues no lo soy, supongo que una de sus “tendencias” es preguntar, formular, ya sea dentro o fuera de un estrato social o de espíritu. La pregunta lanzada al final del texto de Petit creo que se dirige contra el Uno-Rey-Poder… y ser. Profundizando más en la lectura del libro “el querer vivir” se enfrenta a la “resistencia de lo real”. La filosofía pensamos que ha sido, y es merecida esta creencia, que carece de una perspectiva histórica, pero han sido demasiados los acontecimientos los del siglo pasado, demasiadas las teorías y críticas también que han perforado el pensamiento que será imposible hacer “hoy” una comprensión del mismo. El hoy cuando es conciencia pura, rama seca de un árbol que no se puede arrancar, pienso en las ramas del abedul por ejemplo. La posibilidad es cortarla con cuidado para que vuelva a nacer. La nada existe en su rizoma. Es anónima su consistencia. Sentir lo posible en lo imposible creo debiera ser la traza para nacer lejos de lo absurdo y lo trágico…
ResponderEliminar… he hablado de poco, me gustaría tener la constancia y consistencia necesaria pero asirla a una realidad que “diga” el agravio, desnudar la entraña con los ojos propios, la entraña, lo brutal que tan bien Arturo y Petit dicen, una inconveniente realidad… ¿y? ¿porqué no hay nada en vez de algo? La hay. Está cerca. Acerca el horizonte. La manada revela su lucha entre la boca y cerebro. Sentir. Volar la huella. Vocear. Librar la causa de su volumen más allá de la mera conciencia; la autoconciencia. Criterio. Aquí no puedo quitar la voz de, las palabras de, los pensamientos de Hanna Arendt de mi cabeza pues como te dije hace unos días visioné el film que le hicieron y es mucha, mucha, la sabiduría destilada por esa bella mujer…
…gracias por pasarte por aquí, por tu compromiso no, por tu com-pasión mejor, tu movimiento.
Abrazos enormes.
La completud no es del orden del ser; y si lo es, lo es, porque tenemos una idea inadecuada del ser como objeto acabado. Pero ademas: es que somos y no somos...
ResponderEliminarademas de que en la coyuntura presente, ya no se trata de lo que somos, sino de lo que podemos, Maia.
La libertad o mis alas de broce:
“ La libertad, pues, aparece en y como relación;lo contrario de la autonomía o de la autosuficiencia del individuo con la que desde hace tiempo venimos siendo inducidos a identificarla. El sentido originario de la idea de libertad, es así, cualquier cosa antes que negativo- no tiene nada que ver con una ausencia de impedimentos, con una ausencia de restricciones, con aquello que queda exento de opresión.
El sentido al que nos referimos es un sentido potencialmente afirmativo- simultáneamente de tipo político, biológico y físico- que se relaciona con una expansión, con un florecimiento, con un crecimiento común o que hace comunidad”
Roberto Esposito: Comunidad,inmunidad y biopolitica
joe
Más que partir, se trataría de com/partir, partir con. No podemos obviar que toda política es una política de la relación. También tendríamos que tener presente que la globalización capitalista a cerrado el mundo, clausurado sobre si y nos deja sin afuera. La llamada del poder no es exterior, sino que proviene de nuestra interioridad:
ResponderEliminarque somos íntimamente capitalistas y que luchar contra el sistema mundo, es una lucha contra lo que somos: desamarrarnos. Si para el hombre normalizado la lógica rizomatica del, y, y, suponía una herramienta (analógica), tal herramienta es insuficiente en una realidad digital, ya que la realidad, siendo una, se presenta multirrealidad. Segun Anna Arendt lo político seria la aparición, la comparecencia en el espacio publico: ¡no nos representan ! ¡no somos mercancías! Estas simples frases voceadas por las asambleas del 15M en múltiples ciudades de la península, lo desmiente y lo desborda.
Sabotaje
Cada palabra
ha de remontar el frío,
el dolor de las manos lanzadas al vuelo,
vencer la gravedad atractora que nos deja en silencio,
el día anochecido de neón,
a la noche solitaria de cansancio y derrota:
cada palabra, como arena, trabando el mecanismo;
cruelmente, amorosamente, reventar la maquinaria....