20 de junio de 2016

Need A Little Sugar In My Bowl - Bessie Smith




         Nacida entre 1894 y 1900  en Chattanooga, Tennesse, la octava hija de una familia pobre, que perdió a la madre, tuvo que ganarse la vida con apenas diez años en la calle, donde cantaba y bailaba por unas monedas. Su suerte cambió en 1912 cuando fue descubierta por Ma Rainey, pionera del blues rural, quien la vio y acogió como una hija. Aunque no prosperó economicamente sí obtuvo cierta destreza, le enseñó cargar de fuerza y significado cada palabra. Sus interpretaciones se reconocen por sus ceremonias internas, deliciosamente rítmicas, elegantes, adornadas con aparentes improvisaciones gracias a su intensa expresión.



                   







  Fue Thomas Edison, el inventor del fonógrafo, quien grabó en el año 1921 las primeras canciones de Bessie, pero optó por no editarlas al considerar que carecían de interés suficiente como para comercializarlas. También se vio obligada a ejercer como bailarina en la Compañía Moses Stokes, como cantante en cabarets, clubs, teatros y espectáculos de vaudeville. Pero los años veinte la coronaron de éxitos tocando con Armstrong, la gran orquesta de Fletcher Henderson, Coleman Hawkins, Benny Goodman y Bix Beiderbecke). Su calidad era patente, dicción rotunda, un increíble control de la altura de las notas. Dando como resultado un desgarrador gemido blues.

             Billie Holiday recuerda cuando a cambio de unas monedas limpiaba toallas en un burdel «...le decía a Alice que podía guardarse su dinero si me dejaba subir  a la sala de estar para escuchar a Bessie en su gramola». 




En la historia del blues existe más de una reina

sólo una emperatriz.





     Sutilmente se consuimió entre ginebra y candentes romances, ya fueran hombres o mujeres. La gran depresión de 1929 la hundió como a otros tantos músicos. En cambio ella todavía actuaba. Los propietarios de los locales desconfiaban de su presencia los días de la actuación. Su carácter dependía de los efectos del alcohol, y en cambio, su generosidad era una constante. Su productor se esforzó para que ahorrase y costearse una casa. Vinieron años duros. Giras sureñas y el matrimonio con un policía, aficionado al dinero fácil. Su última grabación tuvo lugar el 24 de Noviembre de 1933. Ese mismo año John  Hammond la encontró en un speakeasy (establecimiento que vendía bebidas alcohólicas durante la ley seca) de Filadelfia con una mujer de gran tamaño, que “cantaba apoyada junto a un triste pianista y estaba deprimida”. Borracha y abandonada la cantante no apreciaba ninguna cuestión artística de su acuerdo con ningún productor. Solo quería el dinero.



          Estando de gira con la compañía de la obra musical "Broadway Rastrus" el 26 de septiembre murió en un accidente de tráfico, después de ser rechazada en un hospital por el color de su piel.




     La tumba de Bessie en Pensilvania no tuvo lápida hasta 1970 y fue costeada en parte por una de sus mayores hinchas del mundo del rock, Janis Joplin, quien dijo de ella “Bessie me mostró el aire y me enseñó cómo llenarlo”.

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BESSIE (2015)HBO



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3 comentarios:

  1. Merecido recuerdo a la gran Bessie.

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  2. Siempre la ha estimado como a tantas y tantos gentes de Blues.
    La película para ser "comercial" no está mal.

    Un fuerte saludo.

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