No
soy persona a quien le guste crear inseguridad en el mundo, pero es recíproco.
Comúnmente disfruto lo cotidiano y a veces se transforma en percepciones
cargadas de todo tipo de significados. La inseguridad del/lo sujeto despierta
sin embargo mi deseo, creado antes y
durante la historia y la naturaleza. Caricia al mundo, y es cómodo, lo que
marchita perece y permanece, en el pasado
mano
mece
el
deseo nace en la espera, en la tranquilidad-más-allá-del-Orden
tiembla
¿Qué
sucederá mañana? ¿Tú cuándo? ¿Ayer yo?
deseo
predación.
Lo
predicado se tensa
me tiendo
me tiendo
exterior ruborizando la
desnudez
[Inquietud]
CONTRA
—MUNDO
La verdad del estoico es tan
solo la medida de su paso, su pasión va en aras de la grave maquinaria, del
trasfondo, de la sombra. El margen, es la medida de su extraño pie. Qué voz más
ridícula. La raíz del trigo sin más verdad que su alimento es más
extraordinaria. El mesianismo de lucha es la tierra. Siempre cerca. Y aún seca
germinar. El mundo se/des-hace red para un control mediático de
pensamiento dominante. De eso se sustenta. Trófica transgénica, transvir(tu)al,
a través de la lógica del capitalismo donde la ética es impensable y para
nosotros, innombrable, solo detrás del trofeo dialéctico lógico, y además ampara al
ilógico, que acaba con la vida del estoico. La palabra es el arma. El predicador
desaparece,(tú).
Así es que el mundo pasa a
ser mundo por simple acontecer. Tan solo queda una red-sucesión, préstamo,
he aquí un chasquido, allí tráfico, aquí una cuidad creada a puertas de la misma
ciudad, pues es trazado-por, más invitación a pasar que a ser paisaje,
la ciudad, suspendida sin tocar los
cielos. El habitante, ser cargado de no ser, camina lentamente, retrocede para
ceder pues se le enfrenta a la partición, a la división, a la búsqueda. Algunos
peregrinan hasta aquí, y parecer babel, sin embargo traen consigo su ego de
estampa, es sencillo, acontece.
El
mundo describe círculos, y la ciudad, hija del mundo pare círculos mientras el
transeúnte va, vuelve, vueltas, recibe trayectos, se encarga un por-venir,
anfibio del tiempo presente, digital,
sucesión de redes, maquinarias, raíces, y del tiempo infinito, el margen del pensamiento, antipredicación.
Nos
cruzamos constantemente entre los instantes y los no-instantes. Mi instante es
ahora. Pues el tiempo no es un rio. Hilo, no círculo.
Acontece
que algunas voluntades se postran erectas ante la razón pura del mundo ya
capitalizado. F.B.I Estofado. Su periódico señor. El mundo no tiene tiempo pues
ha de tramar la trampa al tiempo.
HE
AQUÍ UNA PROFUNDA CONTRADICCIÓN
El
nacimiento de la desobediencia y la insubordinación a la justicia coincide con
el nacimiento de la dominación y explotación. Todas esas acciones co-existen.
Comparten identidad y sueño. Teatro de tendencia. Ensamblar obediencia con
libertad; la dialéctica, el resultado de la aflorada contradicción. No sentimos
al otro como otro, sino como otro yo. Montesquieau o mejor La Rochefoucauld en
tres líneas resumirían la incapacidad humana de trasladar el ingenio al modo de
existir. La infelicidad, etc. La felicidad, etc. La consistencia es no querer vivir de otra
manera-otra, no guiada por este lenguaje dado, dejarse nombrar en la flaqueza por el alivio. Estar a salvo no es lenguaje que
comparece con el existente. Aquel que controla la producción y distribuye sus
riquezas. Conciencia instalada en presente. La sociedad no afronta riesgos, la sociodicéa mejor
dicho, aumenta toneladas y toneladas de tiempos otros, tiempos muertos,
hipnótica autoridad. Hay como la necesidad más que de lo sucedáneo, de lo
soluble. Del sucedáneo tal vez su des-composición. Lego.
La
mirada de la mano
refracta la zona
fractal
tú
y
después
la
intensidad de
doblar
la percepción, conllevar, llevar, crear para no creer
más
en la [Quietud]
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