- CONTRA
ABDUCCIÓN-
También
podría dar título del siguiente modo; abro tras ocho meses mis cuadernos de
poesía y textos para el ccRider encontrándome. A veces en una silla, pocas. Las
muchas con las piernas cruzadas en el suelo, descalzo. Aquí vuelvo a
encontrarme. Confinado. Prolongándome en una derramada evasión. Leo en estas
páginas lo contrario a crecer, lo contrario a creer, lo contrario a juntar, lo
contrario a la aducción. Es decir; me apoyo en la abducción. Extremidades que
tocan afuera, como si mis ojos pudieran ver y además, no pertenecerme, miran mi
ausencia. Todos sabemos que la luz puede ser compartida sin embargo la sombra…
es aquello que observo y toco sin ser yo, descentro encontrando. La luz es
quien rodea los significados. Y mis manos, o mis manos y mis palabras son
quienes se separan de mí para romper la identidad de los significados, para
calmarse en lo oculto. En su virginidad la caricia primitiva hace aparecer un
órgano abandonado, separado de mi acto.
También
podría dar título del siguiente modo; puesto que “La abducción es el proceso
por el que se forma una hipótesis explicativa. Es la única operación lógica que
introduce una idea nueva.”[Pierce,1903] (y) anhela materializar el más acá y
ampliar la palabra del poder… ¿qué
horizonte es posible? Aquel que no está construido. Aquel que no de-pende de un
comienzo. Aquel que diseña un recorrido dentro de un orden no lo es. La línea
recta, como dijo el bardo ciego, es el más terrible de los laberintos. Aquí
debo confesar, continuando este segundo posible título, me siento abducido al
abrir este cuaderno. Bajo esta última frase trazo una raya. Un horizonte que no
demarca sino pone boca arriba mi furia por (re)vivir (en)una sociedad tan
precaria, es decir; tecnológica. Ilusión por cambiar el entorno, con
respiración pesada simulando profundidad, con afecto por la opinión
temperamental. Ya nadie llena la palabra con su respiración. Nadie desprende el
mirar. ¿Tan necesario es asistir a lo “real”? Tal vez aquí deba cerrar este
segundo posible título mencionando mi aversión por los nuevos paternalismos, y
mi reciente inmersión en los diarios de Kafka, y, el libro “India”, de Chantal
Maillard.
También…